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Lisa POV.

No estuve segura de qué responder al comentario que había hecho la amiga de Rosé por lo que sólo sonreí y asentí con la cabeza. Pude ver que la rubia le dio una mirada de advertencia a su amiga pero esta se encogió de hombros con una amplia sonrisa. 

—Ya que hemos salvado la noche ¿Deberíamos volver a lo nuestro?—me preguntó Jisoo. No tenía ninguna intención de volver a observarla desde lejos pero no se me ocurría ninguna excusa para quedarme con ellas. Estaba por responder cuando la rubia se me adelantó.

—¡No!—soltó de manera abrupta agarrando mi mano. La miré curiosa a ella y luego a nuestras manos. No podía negar que me encantaba la sensación de su mano aferrándose a la mía. Al darse cuenta de lo que estaba observando me soltó inmediatamente y sentí un vacío en mi interior—Es decir... si quieren... podrían...—comenzó a morderse el labio, nerviosa.

—Lo que Rosé quiere decir es... ¿si no les gustaría unirse a nosotras?—intervino Jennie mirándome por un segundo antes de fijar su mirada en Jisoo.

—¡Qué excelente idea!—exclamó Jisoo con alegría y entonces me miró esperando mi aprobación.

—Sí, claro—dije aclarándome la garganta. Jennie nos guió hasta su mesa que por fortuna tenía dos asientos extras. Jisoo se sentó al lado de Jennie y yo hice lo propio al lado de Rosé. Inmediatamente, el camarero que nos estuvo atendiendo desde un principio se nos acercó para ofrecernos algo. 

—¿Qué están tomando las señoritas?—preguntó Jisoo mirando a Rosé y luego a Jennie con una amplia sonrisa. Jisoo tenía ese encanto imposible de resistir. Por suerte, Rosé parecía ajena a ello y eso de alguna manera me alivió. 

—Mojitos—respondió Rosé.

—Por favor, tráenos dos mojitos, un Manhattan y un San Francisco—le pedí al chico que estaba tomando nota. Jisoo abrió los ojos, completamente perpleja y le sonreí con malicia—Eres la conductora designada, Kim.

—De haberlo sabido te habría hecho a ti la conductora designada, Manobal—me fulminó con la mirada y se cruzó de brazos.

—Te recuerdo que la última vez me tocó a mi arrastrar tu ebrio trasero a casa—le recordé. Puso los ojos en blanco y entonces escuché una risita a mi lado. Rosé intentaba ocultar que reía pero fue imposible.

—Se nota que son muy cercanas—comentó Jennie.

—Hm... si, soy la única amiga que tiene. Nadie la soporta además de mí y ya ves cómo me trata—repuso Jisoo victimizándose por completo. Iba a replicar cuando la voz de Rosé nuevamente me interrumpió 

—Eso no es cierto, la presidenta es muy buena amiga de la managervJisoo me miró fijamente borrando todo rastro de humor de su rostro. Sentí la garganta seca. ¿Por qué diablos había sacado a Irene a colación?

—Sí... Irene... ella también es amiga—repuse mirando a Jisoo. Esta puso los ojos en blanco nuevamente y le di un puntapié bajo la mesa. Necesitaba que disimulara mejor. Rosé me miraba fijamente pero noté que su amiga nos miraba curiosa tanto a Jisoo como a mí. Me sentí peor cuando se formó un silencio incómodo. Por fortuna en ese momento el mesero llegó con nuestro pedido y de inmediato le di un gran sorbo al Manhattan. 

—¿Haz tratado mucho con Irene?—le preguntó Jisoo de manera casual. Quería matarla, en serio quería matarla ¿Por qué no podía cambiar de tema? Rosé negó con la cabeza. Mi chica inocente no sabía nada. 

—No, sólo un par de veces me he cruzado con ella en la oficina. Normalmente la veo cuando visita a la manager en su oficina.

—¿Oh, es así? ¿Y la visita a menudo?—preguntó Jisoo arqueando una ceja mientras me miraba.

—Sí... eso creo, es por eso que pensé que eran buenas amigas—repuso Rosé. Jisoo entrecerró los ojos por una milésima de segundo antes de volver a sonreír con tranquilidad, pero fui consciente de ello. Sentía mis manos sudar y la garganta seca otra vez.

—No te agrada mucho la presidenta ¿no es así?—le preguntó Jennie a Jisoo. Esta la miró sorprendida y por un momento se quedó sin habla.

—¿Por qué lo dices?—preguntó y Jennie se encogió de hombros.

—Tengo un sexto sentido muy agudo... y soy buena observando—respondió con tranquilidad y tragué con fuerza. Esperaba que se equivocase. 

—Interesante—comentó Jisoo con una sonrisa curiosa. Ambas se sumergieron en una conversación que no fui capaz de seguir ya que Rosé requería de mi atención.

—Me sorprende verla aquí manager.

—Hm... sí, Jisoo tenía ganas de salir—respondí.

—Es genial que conozcan al dueño, pero creí que dijo que no conocía el lugar-comentó.

—Hace tiempo que no vengo asique lo olvidé—mentí y volví a beber de mi Manhattan. Ella asintió pensativa mientras bebía de su mojito. No sabía cuánto ella había bebido antes pero no parecía ebria en absoluto. Yo por el contrario ya comenzaba a sentir mis mejillas algo entumecidas. Terminé mi Manhattan y pedí otro, cuando de pronto Rosé me tomó de las manos llamando por completo mi atención.

—¡Manager, me encanta esta canción! ¡Vamos a bailar!—pidió poniéndose de pie y arrastrándome con ella. La pista de baile se encontraba casi llena.

Reconocí la canción cuando llegamos a la pista; era "SG". Rosé se puso frente a mi y comenzó a bailar moviendo sus caderas de una manera que debería estar prohibida. Noté de inmediato que unos chicos en la barra cerca de la pista comenzaron a mirarla, por lo que sin pensarlo dos veces pasé mi brazo alrededor de su cintura acercándola mucho a mí. Ella abrió los ojos con sorpresa pero no puso resistencia. Dejé mi mano en su espalda baja y comencé a moverme al ritmo de la música. Ella siguió mi ritmo y comenzamos a bailar de una manera nada apropiada para una jefa/subordinada pero decidí culpar al alcohol por mi atrevimiento. 

Rosé se movía maravillosamente. Ella tocó mi abdomen desnudo y noté que se mordía un labio mientras lo hacía. La imaginé haciendo lo mismo en un contexto mucho más íntimo y eso me puso a mil. Totalmente intoxicada por ella acerqué mi rostro hacia su cuello desnudo y aspiré profundamente su aroma. Una mezcla de su perfume dulce y algo de sudor. Una completa tentación. Agarré fuertemente su cintura y la acerqué aún más. Ella pasó sus brazos alrededor de mi cuello y cuando levanté la cabeza, apoyé mi frente sobre la suya. Estábamos muy cerca la una de la otra y apenas unos centímetros separaban sus labios de los míos. Se relamió los labios y miraba mis ojos fijamente ¿Era aquello una invitación? Estaba acercándome cada vez más a sus labios, mi corazón latiendo a mil por hora. Me moría por probar esos labios y justo cuando estaba a un milímetro de hacerlo, una conversación que tuve con Jisoo hace no mucho tiempo cruzó mente

Es una chica... una buena chica, quizá muy buena.

Es inocente. Totalmente lo opuesto a mí.

Ese recuerdo fue lo suficiente para detenerme en el momento justo. Alejé abruptamente mi rostro del suyo lo que la sorprendió. La agarré de un brazo y la llevé la azotea que sabía era un lugar que no muchos conocían. Ella se dejó arrastrar por mí y me siguió sin decir palabra. 


What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora