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Lisa POV.

Estaba un poco nerviosa. Cuando fui a buscar a Irene a su oficina no la encontré y su secretaria me informó que había salido de la oficina, sin embargo estaba decidida a hablar con ella hoy mismo. Le envié un mensaje pidiéndole reunirnos en su oficina en cuanto terminara la jornada y ella respondió con un simple "Ok". 

Cuando llegó la hora acordada subí con mi carta de renuncia hasta el piso 30 y me dirigí a su oficina. La mayoría de los empleados ya se habían marchado ya que al ser viernes todos se iban temprano. Cuando entré a la oficina de Irene la encontré completamente vacía; aquello llamó mi atención ¿Habría olvidado que nos reuniríamos esta tarde? Estaba por llamarla cuando ella entró. 

—Tranquila, ya estoy aquí—dijo con una sonrisa auto suficiente.

—¿Estuviste fuera de la oficina todo el día?—pregunté curiosa. 

—Así es. Tuve que irme temprano. No me sentía muy bien—repuso con tranquilidad sentándose en el sillón. Eso llamó mi atención. 

—¿No te sentías bien? ¿Qué sucedió?—pregunté sentándome en el sillón frente a ella. 

—Sólo una gripe. Ya me siento mejor. Alguien inesperado cuidó de mi por la tarde. Incluso me prepararon gachas—comentó con una sonrisa burlesca. Sentía que me perdía de algo pero no entendía el qué—¿Entonces? Dijiste que querías hablar conmigo de algo importante.

—Así es. Vengo a entregarte mi carta de renuncia—dije sin preámbulos. La sonrisa de su rostro se borró de inmediato.

—¿De qué estás hablando?

—Necesito alejarme de ti, Irene—expliqué—Necesito cortar todos los lazos que me unen a ti. También esperaba que accedieras a venderme las cosas que compraste para mi departamento. Si no aceptas, entonces te devolveré todo. 

—¿Esto es una broma? ¿Quieres cortar lazos conmigo y la mejor manera que se te ocurrió es renunciar?

—Tengo que hacerlo. Quiera aceptarlo o no este trabajo siempre nos mantendrá unidas. 

—¿Te lo pidió Rosé?—quiso saber y suspiré. 

—Rosé no es así, ella jamás me pediría que eligiera. Pero sí lo estoy haciendo por ella—repuse—La amo Irene, la amo tanto que me duele físicamente el estar lejos de ella y me siento enferma cuando la veo triste—los ojos de Irene estaban dolidos. No podía detenerme ahora. Tenía que seguir—Pero también es cierto que aún tengo sentimientos por ti, son esos mismos sentimientos los que no me permiten avanzar en mi relación con Rosé y es por eso que debo ponerle un fin a esto.

—¿Qué?—preguntó ilusa. Se puso de pie y se sentó a mi lado en el sillón—¿Reconoces que tienes sentimientos por mí y dices que quieres renunciar? Lo que dices no tiene sentido.

—Que reconozca estos sentimientos no quiere decir que quiero volver contigo—la miré fijamente—Irene nosotras jamás volveremos a estar juntas y necesito que lo entiendas. Tuvimos un pasado, un lindo pasado que terminó siendo una mierda pero no quiero seguir atada a eso. No quiero que mi pasado determine mi futuro. No cuando lo único que quiero es a Rosé en el. Yo quiero casarme con ella y formar una familia ¿Lo entiendes? Para mí ya no hay nadie más que Rosé—sabía que mis palabras le dolían pero no podía mentirle. Vi que lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas y su barbilla temblaba. 

—No es justo—dijo—¿Qué hay de mí? ¿Qué hay de los años que he esperado por ti? ¿Qué se supone que debo hacer con el amor que siento por ti?

—Lo siento, Irene. Pero eso es algo que debes descubrir por ti misma.

—No... No... ¡Me niego! No lo acepto—dijo tomando la carta de renuncia entre sus manos y rompiéndola. Suspiré. Sabía que tendría que hacer otra.

What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora