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Rosé POV.

Al llegar a casa Jennie me estaba esperando con la cena lista y una botella de vino ya abierta. Esperó a que me diera un baño y me pusiera mi pijama para cenar juntas. De inmediato comenzó a interrogarme sobre la manager y le conté con lujo y detalle lo que había sucedido en los últimos días. 

—Puedo decir con toda certeza que has logrado un gran avance—comentó terminando su comida—¿Qué es lo que te confunde tanto?

—No puedo evitar pensar que me ve como una amiga y no otra cosa—suspiré con pesimismo.

—Bueno, si aún tienes dudas entonces tendrás que obtener una respuesta por las malas—comentó con una sonrisa traviesa. Arqueé una ceja curiosa ya que sabía de sobra que esa sonrisa significaba problemas.

—¿A qué te refieres?

—Me alegra haber venido preparada—dijo poniéndose de pie y agarrando un bolso de viaje grande que no había notado antes. Lo abrió y comenzó a sacar todo tipo de prendas de ropa—Te traje las mejores opciones de mi clóset que utilizo sólo para conquistar. 

—Espera....¡¿Qué?!—No creía haber escuchado bien pero entonces la vi sacar todo tipo de ropa que jamás habría pensado en usar—¡Jennie! No puedo ir con transparencias al trabajo. 

—Escúchame Roseanne Park—me miró con seriedad y fijamente—Si quieres saber qué es lo que piensa tu jefa de ti entonces tienes que comenzar a arriesgarte ¡Debes tentarla! ¡Debes ser un dulce apetitoso al que no pueda sacar de su cabeza!

—No estoy segura...—dije aún no del todo convencida.

—No te verás como una puta, lo prometo—dijo haciendo el gesto de niña exploradora. Puse los ojos en blanco y suspiré derrotada. Me acerqué más a ella y me ayudó a preparar el outfit perfecto para el día siguiente. Por fortuna era viernes y si las cosas salían mal tendría el fin de semana para recoger los pedazos de mi dignidad. Jennie decidió quedarse a dormir esa noche para ayudar a prepararme al día siguiente, aunque sabía bien que en realidad quería asegurarse que no me acobardara. 

A la mañana siguiente me desperté como de costumbre, me di un baño y me preparé mentalmente para que Jennie hiciera de las suyas. Cuando vi un pantalón de vestir tres cuarto con su respectiva chaqueta negra a juego sobre mi cama pensé que aquello no estaba tan mal. Sin embargo al acercarme más me di cuenta que había una especie de corsé negro junto a ellos. 

—Estos tacones se verán perfectos con tu atuendo—dijo Jennie con un par de tacones en sus manos. La miré boquiabierta.

—¡Estás loca! ¡No puedo usar un corsé para ir a trabajar!

—Antes que digas otra cosa, debes saber que se ve muy elegante ¡Investigué! Mira—se acerco y me mostró diversas fotos en su celular de atuendos ejecutivos donde se usaba corsé. La verdad es que no se veía nada mal en las fotos... pero aún no estaba del todo convencida.

—No sé, Jennie.... ¿Qué tal si probamos algo más?

—No hay tiempo. Llegarás tarde. Vístete Roseanne Park—ordenó apuntando la ropa con su dedo. Suspiré completamente rendida y comencé a vestirme. Cuando terminé opté por maquillarme yo misma con tonos pálidos. Mientras tanto Jennie jugaba con mi cabello y optó por hacer una cola alta algo desordenada que se veía increíble. Le tendría que pedir que me enseñara. Una vez terminé el maquillaje Jennie me obligó a ponerme de pie y dar una vuelta. 

—¡Eres sexy Roseanne Park! Si no fueras mi mejor amiga me acostaría contigo—dijo sonriendo satisfecha con su trabajo. Negué con la cabeza.

—Vacía tu agenda esta tarde.

—¿Qué? ¿Por qué?—preguntó confundida.

—Porque si las cosas salen mal y REALMENTE creo que saldrán mal, tendrás que salir conmigo para levantar mi moral.

—No seas tonta. Ahora ve o llegarás tarde—dijo entregándome mi bolso—Nos vemos luego, sexy—dijo dándome un abrazo a modo de despedida.

—Gracias Jennie. Nos vemos luego—me despedí y salí de la casa. Las miradas lascivas de varios hombres durante mi trayecto a la empresa me hicieron sentir incómoda, pero al menos tenía completa certeza de que el atuendo tenía el efecto deseado. Sólo deseaba que también surtiera efecto en la manager. 

Cuando llegué a la oficina, entré directamente al elevador donde me encontré con Jungkook que no pudo evitar mirarme de pies a cabeza.

—B...Buenos días—saludó mirando un poco más de la cuenta mis pechos apretados en el corsé.

—Buen día, Jungkook—saludé nerviosa. Subimos en silencio hasta nuestro piso y apenas las puertas se abrieron él salió rápidamente y se dirigió a su escritorio.

—¿Por qué corres, acaso una de tus ex venía siguiéndote?—lo molestó Jimin al ver a un apresurado Jungkook. El mencionado no dijo nada y Jimin se giró quedando frente a mí. Al igual que Jungkook me miró de pie a cabeza con su boca entreabierta. 

—Rosé... wow... te ves... wow—tartamudeó.

—Hola Jimin ¿Gracias?—saludé dejando mis cosas sobre el escritorio. Escuché entonces el elevador que se detenía en nuestro piso. Cuando se abrieron las puertas,  Sana y la manager entraron conversando. La manager iba bebiendo un café muy atenta a lo que Sana le decía. Sólo cuando estuvo a unos pasos de nosotros se giró para observarnos. Sin embargo, cuando su mirada se clavó en mí escupió su café estrepitosamente. Comenzó a toser sin parar y me acerqué preocupada. Le di unas palmaditas en la espalda y Sana que estaba a su lado le entregó un pañuelo.

—Manager ¿se encuentra bien?—pregunté. Ella sólo asintió con la cabeza mientras recuperaba el aliento.

—Lo siento... el café... estaba muy caliente—dijo limpiando su boca. Me miró de reojo nuevamente y pude notar que me miraba de pies a cabeza—Pediré que vengan a limpiar este desastre, lo siento—dijo rápidamente y fue a su oficina casi corriendo antes de encerrarse. No tenía idea cómo interpretar su primera impresión de mi vestuario porque todo se vio interrumpido por el estúpido café. Suspiré y me senté en mi escritorio para comenzar a trabajar. 

Esa mañana Jimin estuvo muy atento conmigo. Me preparó un café y cada media hora me preguntaba si necesitaba algo. 

—¿Es idea mía o hace calor?—preguntó Sana a eso de las once. Yo también había notado que la oficina estaba demasiado caliente y eso no me permitía concentrarme.

—El aire acondicionado...está averiado—dijo Jimin aclarándose la garganta con nerviosismo. ¡Ugh! Aquello era lo peor. No quedaba de otra más que soportar ese caluroso día.

—¿Cuándo vendrán a arreglarlo? No puedo trabajar así—se quejó Sana tomando otro sorbo de su agua. Jungkook se encogió de hombros y continuó trabajando. Sentía tanto calor que no tuve más remedio que quitarme la chaqueta y dejar a la vista por completo el corsé. Noté que Jungkook estaba boquiabierto y Jimin comenzó a echarse aire con una de sus manos. 

—¡Vaya! Qué criatura más sexy ¿Cuál es la ocasión?—preguntó Sana que no pasó por alto mi cambio de vestimenta.

—Nada... en particular...—respondí nerviosa. Agaché la cabeza y me esforcé por continuar dibujando. Fingí estar concentrada para que nadie me molestara y eso funcionó a la perfección. A las una salimos a comer y volvimos para nuestras últimas horas de trabajo antes del anhelado fin de semana. 


What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora