090

932 67 4
                                    

Rosé POV.

Me encontraba frente a aquella conocida puerta que pensé nunca volvería a ver. Jamás me imaginé que me armaría de valor para volver a este lugar pero no tenía otra opción. Desde que mi mejor amiga había cortado la llamada sin aviso gritando el nombre de Lisa, no había podido contactarme nuevamente con ella. Ni con ella ni con Jisoo. Sin pensarlo dos veces había guardado mis pertenencias y tomé el primer tren de regreso a Seúl; necesitaba saber qué había pasado con Lisa. Y ahí me encontraba... frente a esa puerta intentando decidir qué hacer. Cuando compré el boleto para el viaje, cuando tomé el tren y cuando tomé el taxi camino a su edificio estaba segura que estaba haciendo lo correcto. Pero ahora empezaba a cuestionar todo ¿Acaso ella querría verme? ¿Y qué se supone que haría si tocaba y me abría alguna mujer? Incluso estaba la posibilidad de que Irene fuese quien abriera la puerta. Ya me estaba arrepintiendo de mi imprudente decisión pero no había vuelta atrás. Tomé una profunda respiración y juntando todo el valor que me quedaba, toqué su puerta. No se escuchó nada y volví a tocar. Alcancé a oír unos rápidos pasos acercándose a la puerta y la abrieron rápidamente.

—Jisoo ¿Acaso olvidaste tu...?—Jennie no alcanzó a completar la oración ya que me miraba tan sorprendida como yo la miraba a ella—¿Rosé?

—¿Qué haces aquí?—pregunté confundida.

—¿Qué haces... tú... aquí?—preguntó nerviosa mirando dentro de la casa. Jennie no era la mejor actriz, se notaba que estaba nerviosa. 

—Vine a ver a Lisa—expliqué como si fuera lo más obvio.

—¿Por qué?—preguntó sin moverse ni un centímetro. 

—¿Qué mierda Jennie?—dije perdiendo los papeles—¿Por qué anoche terminaste la llamada? ¿Por qué no contestaste el maldito teléfono? ¿Por qué estás en casa de Lisa? ¿Por qué estás tan nerviosa?

—Rosé yo...—ella se mordió un labio y miró adentro—Lo siento, no puedes ver a Lisa hoy.

—¿Cómo dices? ¿Por qué?—pregunté sin entender nada. 

—Ella... Ahora no es un buen momento, Rosé—dijo acariciando mi brazo—¿Por qué no me esperas en casa? Yo iré pronto y podremos hablar—sugirió. 

—No voy a irme hasta ver a Lisa—dije con determinación.

—Rosé... —dijo conflictuada. En ese momento escuché una familiar voz que venía desde dentro. 

—¡Jennie! Necesito tu ayuda—la mencionada miró dentro del departamento y luego me miró a mí. Mantuvimos nuestras miradas fijas la una en la otra hasta que sin darle tiempo a reaccionar entré rápidamente al departamento, empujándola de paso. 

—¡Espera!—dijo siguiéndome pero afortunadamente yo era más rápida. Entré directo a la sala de estar pero no había nadie. 

—Jennie necesito que me ayudes a...—Lisa salía de su habitación y se detuvo al verme en su sala. Por otro lado, yo me había quedado inmóvil al verla. Había salido del baño sólo con unos pantalones deportivos y un sujetador, su brazo izquierdo estaba vendado hasta el hombro así como su torso. Pese a eso, veía que parte de su abdomen y brazos estaban llenos de moretones. Tenía un gran corte en el puente de la nariz y parecía que su pómulo había necesitado de algunos puntos. Su labio inferior estaba roto. Y ella estaba increíblemente pálida. Casi de forma automática me acerqué unos pasos a ella.

—¿Qué... Qué pasó?—pregunté sin poder quitarle los ojos de encima. Lisa me miraba aún atónita pero no decía palabra y tampoco movía ni un sólo músculo. 

—No es nada—intervino Jennie a mi espalda—Sólo un pequeño accidente.

Volví a acercarme unos pasos hasta quedar frente a Lisa. Mi corazón reaccionaba de forma errática al estar tan cerca de ella pero a la vez dolía al verla en ese estado. 

What does Chaelisa say?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora