Capítulo 48

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Dedicado a VictoriaJPB

Salgo a toda velocidad de la habitación en la que se encuentra Liza con la preocupación carcomiendome en el pecho. Veo la familia de Liz junto a la mía, pero ellos no son mi objetivo ahora. Me atravieso en el camino del doctor que está a cargo abordandolo sin ningún tipo de reparo.

–Algo no anda bien con Liza Cox – digo demasiado alterado llamando de inmediato la atención de los demás quienes se aproximan hasta llegar a nosotros.

El doctor frunce el ceño ante lo que le digo y rápidamente empieza a caminar hacia la habitación.  Yo le caigo atrás al igual que la familia Cox quienes me bombardean con preguntas que no tengo cómo contestar.

–A qué te refieres con que algo no va bien? Ya despertó?– adivina el especialista mientras yo no tardo de responder.

–Si, despertó se ve bien de salud aparentemente, pero resulta que ella no sabe quien soy! No me reconoció! Cómo puede eso ser posible? –  le reclamo a viva voz como si el doctor fuera el culpable de todo esto.

–Qué estás diciendo Amîr!? – el señor Cox me hala por el brazo consiguiendo que el doctor continúe su trayecto solo hacia la habitación en donde se encuentra Liza – Cómo que mi hija no sabe quien eres? – me cuestiona como si yo tuviera la respuesta a eso.

–No, no me reconoció cuando despertó – logro decirle intentando no  demostrar lo realmente preocupado que estoy.

–Oh Dios mio – se lamenta cubriéndose la cara con ambas manos con evidente frustración.

–Debes calmarte Frank – empieza a decir William acercándose más hasta nosotros – Liza no reconoció a mí sobrino, pero tal vez a ustedes si - lo alienta y no sé porqué pensar que esa idea sea posible me hace sentir miserable.

Sería Liza capaz de olvidarse sólo de mí?

–Pues necesito comprobar eso ahora mismo – dice el padre de Liz yendo de inmediato a la habitación en donde se encuentra su hija con el doctor.

Sin importarme que los demás piensen que soy un entrometido, entro también al cuarto observando cómo el doctor examina a la única paciente por la que estoy aquí. Ella mira a los Cox y a mí con el ceño ligeramente fruncido, como si estuviera confundida y esa señal me da mala espina.

–Te duele algo? – le pregunta el médico y ella asiente diciendo que le duele la cabeza.

Después de unos minutos, el doctor termina su evaluación y anuncia que le tendrán que hacer una resonancia. Pero antes de todo eso, llama a la familia Cox pidiéndoles que se acerquen a donde está su hija.

–Liza, conoces a estas personas? – pregunta el doctor mientras todos nos enfocamos en la chica en la cama en espera de su respuesta.

Liza se sienta en la cama y se queda mirando a las personas que tiene en frente por unos largos segundos. La expresión de su rostro revela confusión e inseguridad, es como si estuviera buscando o repasando algo en su memoria que a la vez le cuesta mucho hacer.

–Ustedes son mis padres – dice en un tono en el cual no es claro si fue una pregunta o una afirmación. Yo en cambio por acto reflejo cierro mis ojos lamentándome porque yo si entendí lo que ella quiso expresar.

–Nos recuerdas? – pregunta su padre, pero el doctor interviene.

–Dices que estas personas son tus padres afirmandolo o fue una pregunta la que hiciste? Sabes que ellos son tus padres? – culmina el doctor y a mí de forma inesperada me rueda una lágrima por la mejilla al ver el miedo impregnado en el rostro de Liza. Es evidente que se siente presionada con este interrogatorio.

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