Capítulo 8

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Escuchar detrás de las paredes no se me da muy a menudo, y sé que eso no se hace; aunque por alguna razón, me pica la curiosidad por saber de lo que están hablando respecto a él.

Intento activar mis oídos y concentrarme lo más que puedo para enterarme de lo que mi padre le está contando a Helen discretamente. Ambos se notan con semblante preocupado logrando de esta manera que mi curiosidad crezca; no obstante mi conciencia me recomienda olvidar este asunto. 

Estoy a punto de regresar a la cocina, pues me reniego a involucrarme; mas mis pies se frenan cuando la voz de Helen suena un poco mas alta. Sin dar espacio a dudas alcanzo a escuchar las palabras a pesar de la distancia. Oigo claramente cuando ella acongojada le pregunta a mi padre si él está bien, y es en ese instante cuando realmente me focalizo en los acontecimientos, porque ahora quiero saber que qué pasa.

Mi padre le contesta y muero de intriga cuando no alcanzo a escuchar la respuesta que le da a pesar de que ya estoy caminando hacia ellos. 

Analizo que lo que sea que esta pasando es en torno a Amîr porque su nombre lo capté hace un momento.

-¿Pasó algo? – pregunto de forma casual al llegar hasta ellos. Ambos me observan mientras tomo asiento junto a ellos. Helen toma la palabra.

–Amîr se ha puesto mal – recibo la información y de inmediato mi naturaleza humana se activa generándome una genuina preocupación. 

Miro hacia mi padre en busca de detalles, ya que probablemente él fue testigo de todo. Quisiera preguntarle directamente porque aunque Amîr no sea un alma de Dios, no significa que no me conduela con lo que le esté sucediendo. 

– Qué fue lo que pasó exactamente? – le hablo quedándome a la espera de su respuesta.

– No lo sé en verdad – dice negando con la cabeza como si estuviera lamentando la situación. Luego continúa – Llegué a la casa junto a William después de salir de una reunión, y en tan solo unos minutos de haber entrado a la sala principal, el chico llega asfixiándose, débil y pálido - me explica, mientras yo me descubro preocupada de verdad a pesar de que él no se lo merece.

Yo no sé qué decir, ni como reaccionar. En serio no esperaba esto y me siento mal por él. No entiendo cómo y en qué momento empezó a sentirse así tomando en cuenta que él lucía en perfecto estado cuando salió de aquí. 

– Lo llevaron al hospital? – pregunto porque eso sería lo lógico.

-Lo llevamos a emergencias, pero Amîr, a pesar de su dolor sólo pedía una y otra vez que no le avisaran a sus padres. Era lo único que parecía preocuparle – continúa mi padre con el relato.

Al escuchar lo que dice mi progenitor, no puedo evitar imaginar a Amîr en ese momento. Al parecer ya lo voy conociendo, comprendo que aunque las circunstancias sean difíciles para él, su orgullo y su necedad tienen más peso.

-Helen me dijo que él estaba contigo. ¿No notaste algo? – Niego en respuesta porque en verdad lo único extraño que noté en él, es que cambió a una postura mas amigable conmigo.

Mi padre se rasca el cuello en respuesta a mi negación mientras comenta que espera que el chico mejore. Yo también deseo lo mismo aunque no lo expreso con palabras.

Después de almorzar, me paro de la mesa y tomo distancia para tomar una llamada. 

–Hola?– contesto sin mirar quien está llamando.

– Qué hay? – responden del otro lado, e inmediatamente sonrío al reconocer la voz enérgica de mi amiga, entonces decido subir a mi habitación para poder hablar con mas tranquilidad. 

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