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Esperaba cualquier cosa oculta entre ese aura de misterio que se percibe en ese chico llamado Amîr. Soy consciente que ser homosexual no es algo que cause mucha conmoción; sin embargo no puedo evitar consternarme un poco porque en verdad no me lo imaginaba.
Independientemente de cualquier cualidad que defina su homosexualidad, pude asegurarme que ese es un chico excesivamente varonil, aunque también entiendo que eso no lo determina.
Cuando mi padre salió de mi dormitorio, me dejó anestesiada con la información. No supe que decir, pero ahora mismo, me surgen ciertas preguntas al respecto.
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Son como las 11 de la mañana del día siguiente cuando comienzo a sentir molestia en las orejas por haber durado tanto tiempo pegada al teléfono. Desde que llegué del gimnasio, me lancé al sofá para llamar a la abuela con la intención de contarle cómo me está asentando vivir acá.
Le conté que estaba tratando de adaptarme a mi nueva vida a pesar de que es muy pronto; sin embargo me mostré positiva al asegurar que lo iba a conseguir. Ella me dijo que espera que haga muchos amigos, mas le hago saber que eso será cuando entre a la facultad.
También me habló del tema de Abel y su curiosa visita a la casa después de haberme ido de Ohio. Entre otras cosas.
Volviendo a la realidad, admito que ya debería darme una ducha, mas decido quedarme un rato más tirada en el sofá reparando en el silencio de la casa.
Hubiera considerado encontrarme sola, si Isabel no se hubiese asomado por la zona sorprendiendose de verme. Y es que mientras estuve aquí hablando con la abuela no recuerdo haber visto a alguien rondando por el área.
Me alegra que en esta ocasión, no vi en el gimnasio al chico del otro día, el tal Nathan si no me equivoco. La verdad es que todo marchó con normalidad al menos por hoy.
Despues de ducharme, me voy con Isabel a la cocina y ésta me informa que Sofía está en su habitación y que Helen tuvo que salir a resolver algunos asuntos cuando yo no estaba en casa. Me cuenta que Torres la llevó a donde iba.
Miro el reloj y ya casi es hora del almuerzo, así que deben estar por llegar, de todos modos.
Efectivamente alrededor de treinta minutos ya estamos todos en la mesa. Papá regresó con Helen a casa después de que Torres la dejase en la compañía, y me cuentan que había un tráfico desmedido.
No puedo decir que estamos comiendo en silencio porque en realidad no paran de hablar. Yo podría hacerlo también, pero prefiero escuchar y comer. Soy así de simple.
-Liza – Helen llama mi atención – tu padre me dijo que mañana iremos a cenar en casa de William Cannon.
Escuchar la noticia automáticamente me hace comprender que es probable que estas actividades se realicen con frecuencia. Miento si digo que eso me anima.
-Creí que tu socio había salido de la ciudad – le digo a mi padre a la vez que me llevo un pedazo de carne a la boca.
-Si, así es, pero ya estará de vuelta mañana y quiere que vayamos. En realidad yo planeaba invitarlos a cenar acá, pero William se me adelantó – explica papá, sonriente.

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Mas de ti ©
Storie d'amoreUN FENÓMENO POR DESCUBRIR. Liza estaba acostumbrada a lo común viviendo en casa de su abuela en Ohio. No es una persona que vive mucho el drama o los escándalos. Siempre discreta, centrada en lo suyo y actuando con prudencia ante cada situación. Aho...