CAPÍTULO (13)

286 21 2
                                    

CAPITULO TRECE —
EL BOSQUE PROHIBIDO

Después de que pasara el finde semana: recibimos una lechuza de la Profesora McGonagall indicándonos que nuestro castigo tendría lugar esta noche. Así a las donde de aquella noche, me despedí de las chicas en la sala común y bajé al vestíbulo de entrada donde ya estaba mi hermano, Hermione y Neville; detrás mía venía Malfoy. Había olvidado que a Malfoy lo habían castigado también.

— Que lastima que no se castigue como antes — se quejaba Filch mientras salimos del castillo — Antes la reclusión consistía en colgar a los alumnos de los pulgares en las mazmorras. Cómo echo de menos los gritos — llegamos a la cabaña de Hagrid, el cual salía de ella con otro candelabro — Esta noche cumpliréis el castigo con Hagrid. Tiene un trabajito que hacer, en el Bosque Oscuro — nos acercamos a una hoguera donde se había parado el gigante — Lo siento mucho, Hagrid — ese sollozó — Oh, venga ya, ¿no seguirás pensando en ese dichoso dragón? —

— Norberto se ha ido — nos dijo mientras cogía una ballesta — Dumbledore le ha enviado a Rumanía a vivir en una colonia —

— Pero eso es bueno, vivirá con los de su especie — le animaba Hermione

— ¿Y si no le gusta Rumanía? ¿Y si los demás dragones son malos con él? Es sólo un bebé —

— Por el amor de Merlín, pon los pies en la tierra, amigo. Hay que adentrarse en el bosque — le interrumpía Flint — Y necesitas tener la mente despejada —

— ¿El bosque? Creí que era una broma — decía Malfoy — no podemos entrar —

— ¿Qué pasa? ¿Te dan miedo unos árboles? — me burlé

— Los alumnos lo tienen prohibido — se excusó — Además hay... — se oyeron unos aullidos — ... hombres lobo — Hay más que hombres lobo entre esos árboles, chiquillo... de eso puedes estar seguro — decía Flint — Buenas noches — se despidió

— Está bien — anunció Hagrid — En marcha —

Nos fuimos adentrando en el bosque, todos en fila siguiendo a Hagrid. Nos detuvimos en un momento, cuando Hagrid se agachó y con sus dedos toco una sustancia líquida y algo viscosa de color plata.

— Hagrid, ¿qué es eso? — le preguntó Harry

— A lo que hemos venido — respondió — ¿Veis eso? Es sangre de unicornio, eso es. Encontré uno muerto hace unas semanas. Éste a sido malherido con algo —

En eso sentí una escalofrío recorrer mi columna y por visitó miré hacía ambos lados, empecé por la izquierda y terminé por la derecha. Donde vi algo. Una figura alta con capa negra entre los arboles a lo lejos. Después, desapareció.

— Es nuestra misión — volvió a hablar Hagrid después de mirar en la misma dirección que yo — Encontrar al pobre animal. Ron conmigo, Hermione con Harry y Malfoy con Helena —

— No, me niego a ir con el rubio pollo teñido — me quejé

— Helena — me llamó la atención Hagrid

— Iremos con Fang — intervir Malfoy

— De acuerdo — dijo el hombre — Pero que sepas que es un maldito cobarde —

Hagrid nos repartió un candelabro a cada grupo nos separamos. Malfoy y yo fuimos hacía la derecha, justo por donde vimos la maldita figura que tanto mal royo me había dado.

— Ya verás mis padres cuando se enteren de esto — me decía el rubio

— No te callas ni debajo del Lago Negro, ¿verdad? — le dije cuando no paraba de repetirme lo mismo una y otra vez

— Es tarea para sirvientes — me ignoró

— Si no me equivoco, Malfoy, diría que estás asustado — me burlé

— No estoy asustado, Potter — me dijo y en eso se olla algo a lo lejos, a nuestras espaldas, como un aullido. Este se dio la vuelta nervioso — ¿Has oído eso? — me preguntó y yo negué con la cabeza para después reírme a carcajadas

— Vamos Fang — le dijo Malfoy al perro que se había entretenido oliendo algo — ¿De qué te ríes? — me preguntó

— De ti — seguí riendo — No estoy asustado — le imité — ¿Has oído eso? — le volví a imitar poniendo su voz aguda y mostrando miedo en mi rostro mientras reía

— Yo no hablo así —

— Casi — seguí riendo y entonces se me quedo mirando — ¿Qué? — le pregunté un tanto nerviosa y este no tardó en abalanzarse sobre mí para empezar una mini pelea entre ambos — Vale, ya — reí agotada

Seguimos andando hasta que Fang se detuvo y comenzó a gruñir. Malfoy también se detuvo y entonces, yo, que estaba mirando hacía atrás, miré al perro.

— ¿Qué pasa, Fang? — le pregunté con una nota nerviosa

Noté como tanto el animal como Malfoy miraban al mismo punto fijamente. Miré hacía el frente y me encontré con la figura que había visto antes entre los árboles, pero estaba vez la tenía a apenas cinco metros. Estaba agachada mordiéndole o haciéndole algo a un unicornio muerto. Entonces sentí un gran dolor detrás de mi oreja, en mi cicatriz, me la sobé y cuando la persona -o lo que sea que sea esa cosa- me miró el dolor me aumentó.

Malfoy gritó asustado y salió corriendo con Fang siguiendo mientras ladraba. Yo me quedé petrificada, quería correr igual que Malfoy, incluso quería llorar por el dolor de la cicatriz, pero no podía. No podía hacer absolutamente nada, por más que quisiera. Lo único que pude hacer es ir hacía a tres en línea recta, hasta que me tropecé con una rama y caí al suelo. Me arrastré hacía atrás, hacía las raíces de un árbol mientras mi respiración aumentaba a cada segundo, más cuando se empezó, también, a acercar él o ella.

Por un momento pensé que mi vida habría llegado hasta aquí, que moriría igual que ese unicornio y encima de una forma patética. Es que me lo imagino.

¿De qué murió Helena Potter? —

— Se quedó totalmente quieta mientras un ser extraño se acercaba a ella con ganas de querer matarla —

Por suerte para mí, mi imaginación dejó de pensar en como lo anunciarían cuando un centauro apareció detrás mía de la nada y el bicho rara con capa negra salió huyendo.

Me levanté temblorosa del suelo mientras el centauro se acercaba tranquilo hacía mi.

— Helena Potter, debes huir — me decía el centauro — Eres conocida por muchas criaturas aquí. El Bosque no es seguro estos días y menos para ti —

— ¿Pero qué era esa cosa de la que me has salvado? — le pregunté

— Un ser monstruoso. Es un crimen horrible sacrificar a un unicornio. Beber sangre de un unicornio te mantiene con vida aunque estés al borde de la muerte. Pero a un alto precio... habrás de matar a algo tan puro que desde el instante en que su sangre roce tus labios tendrás media vida, una vida maldita — me explicó

— ¿Quién querría una vida así? — pregunté

— ¿No sé te ocurre nadie? —

— ¿Estás insinuando que... lo que mató a ese unicornio, el que bebía su sangre... era Voldemort? —

— ¿Sabes lo que está ocultado en la escuela en este mismo instante? — se me acercó lo bastante como para poder sentir su aliento en toda mi cara

— pensé por unos instantes y entonces lo supe — La Piedra Filosofal — murmuré

— ¡Helena! — exclamó Hagrid — Hola, Firenze. Veo que has conocido a nuestra joven Helena Potter. ¿Estás bien Helena? — me preguntó y yo asentí con la cabeza

— Helena Potter — me llamó Firenze, el centauro — Aquí te dejo. Ahora estás a salvo. Buena suerte — se despidió antes de desaparecer entre la densa niebla

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora