CAPÍTULO (15)

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CAPÍTULO QUINCE —
LA COPA DE LA CASA

Me desperté con un gran dolor de cabeza. Me encontraba en una cama, en una cama de la enfermería del colegio. Me incorporé y vi, en la cama de enfrente, a mi hermano poniéndose sus gafas. Y, enfrente de nuestras camas, había dos mesas con mucha comida, chocolatinas y demás.

En eso, apareció Dumbledore en la sala.

— Buenas trades, chicos — nos saludó el hombre mientras se acercaba a nuestras camas y miraba las mesas con la comida — ¿Regalos de vuestros admiradores? —

— ¿Admiradores? — preguntamos Harry y yo al unísono

— Lo que ha ocurrido entre vosotros y el profesor Quirell es un secreto absoluto. De modo que, naturalmente, lo sabe toda la escuela — nos dijo consiguiendo que soltáramos una risilla — Veo que tu amigo Ronalds te ha ahorrado la molestia de abrir tus ranas de chocolate — le dijo a Harry mirando su mesa

— ¿Ron estaba aquí? ¿Está bien? — preguntó mi hermano — ¿Y Hermione? —

— Bien. Ambos están muy bien —

— ¿Qué ha pasado con la piedra? — le pregunté

— Calma, chicos — nos detuvo cuando Harry iba a decir otra cosa — La piedra ha sido destruida — nos informó — Mi amigo Nícolas y yo hemos tenido una pequeña charla y hemos acordado que era lo mejor —

— Pero entonces, Flamel morirá, ¿no es así? — preguntó Harry

— Tiene suficiente Elixir para poner sus asuntos en orden — le respondió sentándose en su cama — Pero después, sí, morirá —

— ¿Cómo llegó la piedra a mi bolsillo, señor? — le pregunté curiosa — Estaba mirando al espejo y de repente... —

— ¿Ves? Sólo una persona que quiera encontrar la piedra, encontrarla, pero no usarla — concretó — es capas de conseguirla. Está es una de mis más brillantes ideas — me dijo inclinándose hacía mi dirección — Y, entre vosotros y yo, eso lo dice todo — sonreí

— ¿significa eso, que una vez desaparecida la piedra, Voldemort nunca volverá? — le preguntó Harry

— Me temo, que hay medios con los que podría volver — nos dijo — Chicos, ¿sabéis por qué el profesor Quirell no se atrevió a tocaros? — nosotros nos miramos y después, mientras mirabas de nuevo al director, negamos — Fue por vuestra madre. Ella se sacrificó por vosotros, y ese tipo de hazañas deja una marca — el castaño se fue e llevar una mano a su cicatriz pero el hombre le negó — Esa marca no es visible. Se lleva bajo la piel —

— ¿Qué es? — le pregunté

— Amor, Helena. Amor — me dijo con una sonrisa. Le posó una mano sobre la coronilla a Harry y después se levantó — Oh, grageas Bertie Bott de todos los sabores. Fui muy desafortunado en mi juventud al dar con una de sabor a vómito — nos dijo mirando el paquete — Desde entonces he perdido el gusto por ellas. Pero creo que puedo estar seguro con una de toffee — comentó llevándose una a la boca — Vaya. Cera de los oídos —

A las pocas horas, después de que nos hicieran unas pruebas más, nos pudimos ir.

Mientras caminábamos hacía las escaleras principales, nos encontramos arriba del todo, en la barandilla, a Ron y Hermione hablando. Estos se giraron para vernos y nos sonrieron, al igual que nosotros a ellos.

— ¿Todo bien, Ron? — le preguntó Harry

— Muy bien, ¿y tú? —

— Bien, ¿Hermione? —

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora