Una Potter serpiente [DRACO MALFOY]

CAPÍTULO (20)

CAPÍTULO VEINTE—
SANGRE SUCIA

La siguiente clase empezaba en menos de 10 minutos, así que salí rápido del Gran Comedor junto con mis amigos y caminábamos por los fríos y largos pasillos de Hogwarts, hasta llegar a la sala donde se impartía la asignatura de DCAO.

— ¿Quién es el nuevo profesor? — preguntó Theo detrás de Irma y mía, una vez que nos sentamos

— He oído que es Gilderoy Lockhart, el escritor este famosos — responde Irma sin apartar la mirada de la mesa del profesor, esperando a que llegará

— Odio a ese hombre — espetó Adanna, una mesa más adelante con Pansy — A mi madre le vuelve loquita, no lo entiendo. Pero a mí hay algo que no me cuadra — dice sacando su libro

— Me pasa igual — le sigue la pelinegra a su lado

— El otro día fui a su firma de libros en el Callejón Diagón, por Molly, la madre de los Weasley, y nos regaló a Harry y a mí una colección de todos sus libros, firmados. De repente —

— ¿Veis? Parece que solo quiere caer bien a la gente y realmente es un estafador, totalmente distinto a lo que se hace ver — explica Ada mirando molesta a la mesa del profesor

— Pues quizás sea así, pero es muy atractivo — murmura Irma dejando escapar un suspiro de entre sus labios, para después apoyar su cabeza sobre su mano

— Os presento al nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras — anuncia una voz prominente de las escaleras que llevaban al despacho del correspondiente profesor o profesora — Yo — levantó la mirada para encontrarme con el escritor rubio que nos regaló los libros. Veo como se le escurre la cabeza a Irma de su mano y se da un golpe contra sus libros, para después volver a mirar atontada al profesor — Gilderoy Lockhart, Orden de Merlín, tercera clase... — enumera mientras baja las escaleras — ...miembro Honorario de la Liga de Defensa Contra Artes Oscuras y cinco veces galardonado... — le guiña un ojo a un retrato suyo, el cual, está pintando otro retrato suyo, colgado en la pared — ...por la revista Corazón de Bruja con el premio a la Sonrisa más Encantadora — veo de reojo como la rubia a mí lado esconde dejado de sus libros una revista "Corazón de Bruja" y en la portada una gran foto del profesor — Pero no hablaremos de eso —

— Menos mal — oigo murmurar a Adanna. No me libré del presagio de una con mi sonrisa — sonrió mostrando dientes mientras reía de una forma muy falsa. Irma volvía a sonreír tonta — Eso sí, estad alerta — espetó haciendo a mi amiga salir de su trance — Es mi misión dotaros de defensas contra las más horrendas criaturas del mundo mágico — dio con su varita a lo que parecía una jaula recubierta por una tela roja — Podríais enfrentaros a los peores terrores en esta habitación. Sabed que nada malo ocurrirá mientras yo esté aquí. Os ruego que no gritéis. ¡Podría provocarlos! — gritó él antes de quitar la tela, dejándonos ver a unos pequeños duendecillos azules

— ¿Duendecillos de Cornualles? — preguntó Seamus gracioso

— Duendecillos de Cornualles recién cogidos — aclaró y Seamus rió con Neville a su lado — Ríase sí quiere, señor Finnegan pero los duendecillos pueden ser endiabladamente canallas. Veamos que podéis hacer con ellos — dijo antes de abrirla la jaulas dejando a los duendes escaparse y volarán tranquilos por toda el aula — ¡A correr tocan! ¡Recogedlos, son solo diablillos! —

— ¡Pues cójalos usted, cobarde! — exclamé dejándome ver mi cabeza por encima de la mesa

— Cállate — me pide, Irma agachándome de nuevo — Te puede quitar puntos — rió sarcástica

Todos comienzan a salir del aula, a Neville lo enganchan del candelabro y los duendes van arrasando con todo.

— ¡Soltadme! — exclama Irma cuando estos le empiezan a tirar del pelo