Una Potter serpiente [DRACO MALFOY]

CAPITULO (38)

CAPÍTULO TREINTA Y OCHO —
LAGO NEGRO

En pocos días la Clase de Defensa Contras las Artes Oscuras se volvió una de mis asignaturas favoritas junto a Cuidado de Criaturas Mágicas, la clase que impartía Hagrid.

Eran principios de octubre y entre que Harry estaba muy ocupado con los entrenos de Quidditch, Ada no hacía otra cosa que estudiar, casi tanto como Hermione, que se la pasaba estudiando una cantidad indigente de asignaturas de este curso, e Irma que no se despegaba de su primo Enzo y Theo no se separaba de ella... solo me quedaba Ron. No me malinterpretéis, le amo, es mi mejor amigo pero últimamente no estaba del mejor humor para aguantarle.

Dormía poco. Cada noche soñaba con Sirius Black o con mis padres, con lord Voldemort...

También se acercaba el fin de semana y con él, la salida a Hogsmade. Dudaba que nos dejaran ir y eso me puso de peor humor. Black no iba a intentar matarnos en mitad de Las Tres Escobas, o en Zonko, ni siquiera por la misma calle llena de magos, brujas y personal docente.

Esa mañana Ron no hablaba a Hermione, supuestamente Crookshanks había vuelto a "atacar" a Scabbers.

— ¿Cómo está Scabbers? — le preguntó Hermione acobardada, de camino a Transformaciones

— Está escondida debajo de mi cama, sin dejar de temblar — dijo Ron malhumorado

Harry y yo estábamos decididos a acercarnos a la profesora McGonagall y pedirle que nos autorizara ella misma para ir a Hogsmade. Nos distrajo un alboroto al final del pasillo. Lavender estaba llorando. Parvati la rodeaba con el brazo y explicaba algo a Seamus y a Dean, que escuchaban muy serios.

— ¿Qué ocurre, Lavender? — preguntó preocupada Hermione, cuando nos acercamos al grupo

— Esta mañana ha recibido una carta de casa — susurró Parvati — Se trata de su conejo Binky. Un zorro lo ha matado —

— ¡Vaya! — dijo Hermione — Lo siento, Lavender —

— ¡Tendría que habérmelo imaginado! — dijo Lavender en tono trágico — ¿Sabéis qué día es hoy? —

— Eh... — nos miramos tratando de no poner ninguna mueca

— ¡Dieciséis de octubre! ¡«Eso que temes ocurrirá el viernes dieciséis de octubre»! ¿Os acordáis? ¡Tenía razón! —

Toda la clase se acababa de reunir alrededor de Lavender; Irma, Ada, Theo y Enzo se habían puesto a mi lado y me preguntaba que ocurría. Theo cabeceó con pesadumbre. Irma titubeó. Luego dijo:

— Tú, tú... ¿temías que un zorro matara a Binky? —

— Bueno, no necesariamente un zorro — dijo Lavender, alzando la mirada hacia Irma y con los ojos llenos de lágrimas — Pero tenía miedo de que muriera —

— Vaya — se entristeció la rubia. Volvió a guardar silencio. Luego preguntó —: ¿Era viejo? —

— No... — sollozó Lavander — ¡So... sólo era una cría! —

Parvati le estrechó los hombros con más fuerza.

— Pero entonces, ¿por qué temías que muriera? —preguntó Hermione. Parvati la fulminó con la mirada — Bueno, miradlo lógicamente — añadió hacia el resto del grupo — Lo que quiero decir es que..., bueno, Binky ni siquiera ha muerto hoy. Hoy es cuando Lavender ha recibido la noticia... — Lavender gimió — Y no puede haberlo temido, porque la ha pillado completamente por sorpresa —

— No le hagas caso, Lavender — dijo Ron — Las mascotas de los demás no le importan en absoluto —

Entre unas cosas y otras el fin de semana pasó y no pudimos preguntarle a McGonagall por la autorización. Pero aún teníamos la esperanza en el sábado.