CAPÍTULO (4)

683 46 1
                                    


CAPITULO CUATRO —
HOGWARTS EXPRESS

Nuestro último mes con los Dursley no fue divertido. Es cierto que Dudley nos tenía miedo y no se quedaba con nosotros en la misma habitación, y que tía Petunia y tío Vernon no nos encerraban en la alacena ni nos obligaban a hacer nada ni tampoco nos gritaban. En realidad, ni siquiera nos dirigían la palabra. Mitad aterrorizados, mitad furiosos, se comportaban como si las sillas que ocupábamos estuvieran vacías. Aunque aquello significaba una mejora en muchos aspectos, después de un tiempo resultaba un poco deprimente.

Nos solíamos quedar en nuestra nueva habitación, la antigua de juegos de Dudley, junto a nuestros animales de compañía. Harry decidió llamar a su lechuza Hedwig, un nombre que encontró en "Una historia de la magia". Yo, había llamado a mi gata Charity, que significaba en griego: amor incondicional. Ese iba a ser el amor que tendría por esa gata. Los libros del colegio eran muy interesantes. Por la noche leíamos en la cama hasta tarde, mientras Hedwig entraba y salía a su antojo por la ventana abierta y Charity mullía la manta de mi cama. Era una suerte que tía Petunia ya no entrara en la habitación, porque Hedwig llevaba ratones muertos y charity peces del laguito que había en el barrio. Cada noche, antes de dormir, marcaba otro día en la hoja de papel que tenía en la pared, hasta el uno de septiembre.

El último día de agosto pensamos que era mejor hablar con nuestros tíos para poder ir a la estación de King's Cross, al día siguiente. Así que bajamos al salón, dónde estaban viendo la televisión. Me aclaré la garganta, para que supieran que estábamos allí, y Dudley gritó y salió corriendo.

— Hum... ¿Tío Vernon? — balbuceé

Tío Vernon gruñó, para demostrar que me escuchaba.

— Hum... necesitamos estar mañana en King's Cross para... para ir a Hogwarts —

Tío Vernon gruñó otra vez.

— ¿Podría ser que nos llevases hasta allí? —

Otro gruñido. Harry y yo interpretamos que quería decir sí.

— Muchas gracias — agradeció mi hermano

Estábamos a punto de volver a subir la escalera, cuando tío Vernon finalmente habló.

— Qué forma curiosa de ir a una escuela de magos, en tren. ¿Las alfombras mágicas estarán todas pinchadas? —

No respondimos nada.

— ¿Y dónde queda ese colegio? —

— No lo sé — respondí dándome cuenta de eso por primera vez. Harry sacó del bolsillo uno de los billetes que Hagrid nos había dado — Tenemos que coger el tren que sale del andén nueve y tres cuartos, a las once de la mañana —leyó.

Nuestros tíos nos miraron asombrados.

— ¿Andén qué? —

— Nueve y tres cuartos —

— No digas estupideces — dijo tío Vernon — No hay ningún andén nueve y tres cuartos —

— Eso dice el billete —

— Equivocados — dijo tío Vernon — Totalmente locos, todos ellos. Ya lo veréis. Vosotros esperar. Muy bien, os llevaremos a King's Cross. De todos modos, tenemos que ir a Londres mañana. Si no, ni me molestaría —

—¿Por qué vais a Londres? —pregunté tratando de mantener el tono amistoso

— Llevamos a Dudley al hospital — gruñó tío Vernon— Para que le quiten esa maldita cola antes de que vaya a Smeltings

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora