Una Potter serpiente [DRACO MALFOY]

CAPÍTULO (40)

CAPÍTULO CUARENTA —
PRIMER ENCUENTRO

Al llegar a la enfermería me prohibieron el paso y la señora Pomfrey empezó a hacer su trabajo.

— Seguro que está bien —

Sorprendentemente la persona que me había sujetado era Draco y me había seguido hasta la enfermería. Ron, Hermione, mis amigos y los miembros del equipo de Gryffindor, y otros amigos de Harry, también estaban ahí.

Me senté sobre la piedra fría y me crucé de piernas, apoyé mis codos sobre mis rodillas y la cabeza sobre las palmas de mis manos. Seguí llorando ante la imagen de mi hermano tendido en el suelo bajo la cruel lluvia, Dumbledore lanzaron una ráfaga de algo plateado al par de dementores que había atacado a Harry...

Harry no se movía. No respiraba. No daba una ligera sospecha de que siguiera con vida pero el que no hubiera salido ya los profesores era algo bueno. ¿Verdad?

Media hora después, el profesorado salió y me dirigieron una mirada tranquilizadora. Solté un ahogado grito y corrí a ver a Harry. Seguía en la cama donde lo habían dejado pero ahora su pecho subía y bajaba con tranquilidad.

Las piernas me fallaron y, Draco, como había hecho desde hacía una hora, me sujetó para evitarme un desmayo. No sé si fue la emoción o que necesitaba el contacto físico, pero me di la vuelta y rodeé su cuerpo con mis brazos, apoyé la mejilla sobre su abrigo negro y sollocé mientras a mi alrededor también se emocionaban.

Irma, Theo, Ada y Enzo se fueron. Al final y al cabo no eran amigos cercanos de Harry y allí ya había demasiada gente.

— Deberías irte — le comenté en un sollozó a Draco cuando me alejé

— ¿Tu quieres que me vaya? —

Boqueé.

— Es por Harry. No creo que le haga gracia despertar y verte aquí —

Éste asintió tranquilo.

— Está bien. Luego nos vemos —

Me quedé paralizada cuando sus labios dejaron un suave beso en mi frente y se alejó a paso tranquilo.

— Ha tenido suerte de que el terreno estuviera blando —

— Creí que se había matado —

— ¡Pero si ni siquiera se ha roto las gafas! —

— Es lo más pavoroso que he visto en mi vida —

Ignoré los comentarios de las personas a mi alrededor y me centré en Harry, que abrió los ojos de golpe.

— ¡Harry! — exclamé con las lágrimas volvieron a juntarse en mis ojos — ¿Cómo te encuentras? —

Me controlé para no lanzarme a abrazarle, como nos había pedido la señora Pomfrey.

— ¿Qué ha pasado? — dijo incorporándose en la cama

— Te caíste — explicó Fred — Debieron de ser... ¿cuántos? ¿Veinte metros? —

— Creímos que te habías matado — dijo Alicia, temblando.

Ahogué un gritito. Me ardían los ojos de tanto llorar.

— Pero el partido — preguntó Harry —, ¿cómo acabó? ¿Se repetirá? —

Nadie respondió. La horrible verdad cayó sobre Harry como una losa.

— ¿No habremos... perdido? —

— Diggory atrapó la snitch — respondió George — poco después de que te cayeras. No se dio cuenta de lo que pasaba. Cuando miró hacia atrás y te vio en el suelo, quiso que se anulara. Quería que se repitiera el partido. Pero ganaron limpiamente. Incluso Wood lo ha admitido —