CAPÍTULO (50)

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CAPÍTULO CINCUENTA —
LA CASA DE LOS GRITOS

— ¡Au! — chilló Ron de pronto — ¡Me ha mordido! ¡Scabbers! — comenzó a correr

— Ron. ¡Ron! — lo llamó Hermione pero el solo siguió corriendo

— ¡Scabbers, vuelve! — gritaba éste corriendo detrás del animal

— ¡Espera! — le grité corriendo tras él junto a Harry y Hermione

Scabbers, me has mordido — dijo el pelirrojo agachándose a recoger a la rata

— Chicos, ¿os dais cuenta de qué árbol es ese? — nos preguntó Hermione

— Eso no es bueno. ¡Ron, corre! — le pidió el castaño

— ¡Harry, Helena, Hermione, correr! — nos gritó de vuelta — ¡Es el Grim! —

Nos giramos rápidamente para encontrarnos a un lobo negro de ojos amarillo brillantes. Éste empezó a correr hacía nosotros, o eso creíamos hasta que nos saltó por encima y fue directo a por Ron. Le enganchó de la pierna y comenzó a tirar de él hacía el árbol. Ron luchaba sin pausa, pero su cabeza y su torso se estaban perdiendo de vista por el interior del árbol.

— ¡Harry! — sollozaba el chico — ¡Ayudarme! —

Harry se lanzó hacía él intentando cogerle de la mano pero antes de que pudiera desapareció tras un hueco bajo el árbol. Nos quedamos de pie sin saber que hacer hasta que una rama nos golpeó en el estómago y nos apartó unos cuantos metros del árbol. Caímos al suelo pero enseguida nos levantamos. Escuchamos los gritos de nuestro amigo dentro del árbol y volvimos a intentar llegar hasta él.

— ¡Agachaos! — exclamó Hermione

Yo la seguí, en cambio, Harry, fue golpeado con la rama que venía con fuerza hacía nosotros. Ésta volvió y está vez la saltamos, me agaché de nuevo y cuando me levanté vi como la rama se llevaba a Hermione. De un momento a otro que me distraje la rama también me cogió a mí. Me enganché a la misma que Hermione y después de que arañará la cara con las pequeñas ramas que había en su interior enganché a mi hermano de la camiseta.

El árbol volvió a atacarnos con sus ramas, dándonos latigazos. Haciéndonos más cortes.

— Si ese perro ha podido entrar, nosotros también —jadeaba Harry

— ¡Socorro, socorro! — gritaba Hermione, como una histérica, dando puñetazos a la rama que la envolvía — ¡Por favor...! —

Crookshanks dio un salto al frente. Se deslizó como una serpiente por entre las ramas que azotaban el aire y se agarró con las zarpas a un nudo del tronco.

De repente, como si el árbol se hubiera vuelto de piedra, dejó de moverse y los tres caimos al césped húmedo.

— ¡Crookshanks! — gritó Hermione — ¿Cómo sabía...? —

— Es amigo del perro — dije con tristeza — Los he visto juntos... Vamos. Tened la varita a punto —

En unos segundos recorrimos la distancia que nos separaba del tronco, pero antes de que llegáramos al hueco que había entre las raíces, Crookshanks se metió por él agitando la cola de brocha. Entramos a gatas, metiendo primero la cabeza, y nos deslizamos por una rampa de tierra hasta la boca de un túnel de techo muy bajo. Crookshanks estaba ya lejos de nosotros y sus ojos brillaban a la luz de mi varita.

— ¿Dónde está Ron? — preguntó Hermione con voz aterrorizada

— Por aquí — indiqué, poniéndome en camino con la espalda arqueada, siguiendo a Crookshanks

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora