CAPÍTULO (21)

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CAPÍTULO VEINTIUNO—
LA VOZ

Aquella tarde pasó en un santiamén y cuando quise darme cuenta ya eran las ocho menos cinco. Salí del tercer invernadero lo más rápido que mis piernas me permitieron poniendo rumbo al despacho de Lockhart para cumplir con el castigo.

Caminaba por el corredor desierto con los pies entumecidos por el frío, cuando me encontré a alguien que parecía tan preocupado como yo. Nick Casi Decapitado, el fantasma de la torre de Gryffindor, miraba por una ventana, murmurando para sí: «No cumplo con las características... Un centímetro... Si eso...»

— Hola, Nick — saludé al fantasma

— Hola, hola — respondió Nick Casi Decapitado, dando un respingo y mirando alrededor. Llevaba un sombrero de plumas muy elegante sobre su largo pelo ondulado, y una túnica con gorguera, que disimulaba el hecho de que su cuello estaba casi completamente seccionado. Tenía la piel pálida como el humo, y a través de él Harry podía ver el cielo oscuro y la lluvia torrencial del exterior — Parecéis preocupada, joven Potter — dijo Nick, plegando una carta transparente mientras hablaba, y metiéndosela bajo el jubón.

— Igual que usted —

—¡Bah! — Nick Casi Decapitado hizo un elegante gesto con la mano —, un asunto sin importancia... No es que realmente tuviera interés en pertenecer... aunque lo solicitara, pero por lo visto «no cumplo con las características» — a pesar de su tono displicente, tenía amargura en el rostro — Pero cualquiera pensaría, cualquiera — estalló de repente, volviendo a sacar la carta del bolsillo —, que cuarenta y cinco hachazos en el cuello dados con un hacha mal afilada serían suficientes para permitirle a uno pertenecer al Club de Cazadores Sin Cabeza —

— Desde luego — dije dándome cuenta de que él esperaba que le diera la razón

— Por supuesto, nadie tenía más interés que yo en que todo resultase limpio y rápido, y habría preferido que mi cabeza se hubiera desprendido adecuadamente, quiero decir que eso me habría ahorrado mucho dolor y ridículo. Sin embargo... — Nick Casi Decapitado abrió la carta y leyó indignado:

Sólo nos es posible admitir cazadores cuya cabeza esté separada del correspondiente cuerpo. Comprenderá que, en caso contrario, a los miembros del club les resultaría imposible participar en actividades tales como los Juegos malabares de cabeza sobre el caballo o el Cabeza Polo. Lamentándolo profundamente, por tanto, es mi deber informarle de que usted no cumple con las características requeridas para pertenecer al club. Con mis mejores deseos,

Sir Patrick Delaney-Podmore

Indignado, Nick Casi Decapitado volvió a guardar la carta.

— ¡Un centímetro de piel y tendón sostiene la cabeza,Lena! La mayoría de la gente pensaría que estoy bastante decapitado, pero no, eso no es suficiente para sir Bien Decapitado-Podmore —

Nick Casi Decapitado respiró varias veces y dijo después, en un tono más tranquilo:

— Bueno, ¿y a vos qué os pasa? ¿Puedo ayudaros en algo? —

— No — negué — A menos que sepa cómo puedo llegar a las mazmorras en menos de tres minut... —

El resto de la frase no se pudo oír porque se escuchó, no muy lejos, un maullido estridente que llegó de algún lugar cercano a mis tobillos. Bajé la vista y me encontré un par de ojos amarillos que brillaban como luces. Era la Señora Norris, la gata gris y esquelética que el conserje, Argus Filch, utilizaba como una especie de segundo de a bordo en su guerra sin cuartel contra los estudiantes.

— Será mejor que os vayáis, Helena —dijo Nick apresuradamente — Filch no está de buen humor. Tiene gripe y unos de tercero, por accidente, pusieron perdido de cerebro de rana el techo de la mazmorra 5; se ha pasado la mañana limpiando, y si os ve manchando el suelo de barro...

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora