CAPÍTULO (45)

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CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO —
GRYFFINDOR VS RAVENCLAW

Enero dio paso a febrero sin que se notara, persistiendo en el mismo frío glaciar. El partido contra Ravenclaw se aproximaba, y Harry seguía sin tener escoba: pero tampoco la solicitaba. Y no solo eso. Para empeorar aún más las cosas, las clases antidementores que Lupin nos impartía no iban tan bien como esperábamos, ni mucho menos. Después de varias sesiones, éramos capaces de crear una sombra poco precisa cada vez que el dementor se acercaba, pero los patronus eran demasiado débiles para ahuyentar al dementor.

Estaba enfadada conmigo misma. Me sentía furiosa por la cantidad de burlas de Parkinson y Malfoy día sí y día también, no lograba concentrarme en las clases, volvía a soñar con la venganza a Sirius Black pero, a su vez, también me sentía culpable por el secreto deseo de volver a oír las voces de mis padres.

— Esperas demasiado de ti misma — me dijo severamente el profesor Lupin en la cuarta semana de prácticas — Para una bruja de trece años, incluso un patronus como éste es una hazaña enorme. Ya no te desmayas, ¿a que no? —

— Creí que el patronus embestiría contra los dementores — dije desanimada —, que los haría desaparecer... —

— El verdadero patronus los hace desaparecer — contestó Lupin — Pero ambos habéis logrado mucho en poco tiempo. Si los dementores hacen aparición en tu próximo partido de quidditch — dirigió sus dos apagados ojos oscuros a Harry —, serás capaz de tenerlos a raya el tiempo necesario para volver al juego —

— Usted dijo que es más difícil cuando hay muchos —repuso Harry

— Tengo total confianza en vosotros — aseguró Lupin sonriendo — Tomad, os habéis ganado una bebida. Esto es de Las Tres Escobas y supongo que no lo habréis probado antes... —

Sacó dos botellas de su maletín.

— ¡Cerveza de mantequilla! — exclamé — Sí, nos encanta. — Lupin alzó una ceja — Bueno... Ron y Hermione nos trajeron algunas cosas de Hogsmeade — mentí a toda prisa

— Ya veo — dijo Lupin, aunque parecía algo suspicaz — Bien, bebamos por la victoria de Gryffindor contra Ravenclaw. Aunque en teoría, como profesor no debo tomar partido — añadió inmediatamente

Bebimos en silencio la cerveza de mantequilla, hasta que mencioné algo en lo que llevaba algún tiempo meditando.

— ¿Qué hay debajo de la capucha de un dementor? —

El profesor Lupin, pensativo, dejó la botella.

— Humm..., bueno, los únicos que lo saben no pueden decirnos nada. El dementor sólo se baja la capucha para utilizar su última arma —

— ¿Cuál es? — preguntó Harry

— Lo llaman «Beso del dementor» — dijo Lupin con una amarga sonrisa — Es lo que hacen los dementores a aquellos a los que quieren destruir completamente. Supongo que tendrán algo parecido a una boca, porque pegan las mandíbulas a la boca de la víctima y... le sorben el alma —

Harry escupió, sin querer, un poco de cerveza de mantequilla.
— ¿Las matan? —
— No — dijo Lupin — Mucho peor que eso. Se puede vivir sin alma, mientras sigan funcionando el cerebro y el corazón. Pero no se puede tener conciencia de uno mismo, ni memoria, ni nada. No hay ninguna posibilidad de recuperarse. Uno se limita a existir. Como una concha vacía. Sin alma, perdido para siempre — Lupin bebió otro trago de cerveza de mantequilla y siguió diciendo —: Es el destino que le espera a Sirius Black. Lo decía El Profeta esta mañana. El Ministerio ha dado permiso a los dementores para besarlo cuando lo encuentren —

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora