CAPÍTULO (70)

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CAPÍTULO SETENTA Y UNO —
BEAUXBATONS Y DURMSTRANG

Cuando llegamos al vestíbulo, tras la clase de DCAO, no pudimos pasar debido a la multitud de estudiantes que estaban arremolinados al pie de la escalinata de mármol, alrededor de un gran letrero. Ron, el más alto de los cuatro, se puso de puntillas para echar un vistazo por encima de las cabezas de la multitud, y leyó en voz alta el cartel:

— "Torneo de los tres magos. Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegarán a las seis en punto del viernes 30 de octubre. Las clases se interrumpirán media hora antes —

— ¡Estupendo! — dijo Harry — ¡La última clase del viernes es Pociones! ¡A Snape no le dará tiempo de envenenarnos a todos! —

— "Los estudiantes — siguió Ron — deberán llevar sus libros y mochilas a los dormitorios y reunirse a la salida del castillo para recibir a nuestros huéspedes antes del banquete de bienvenida" —

— ¡Sólo falta una semana! — dijo emocionada Irma, saliendo junto a los demás de la aglomeración —

— Me pregunto si Cedric estará enterado — decía Ernie Mcmillan, un alumno de Hufflepuff — Me parece que voy a decírselo... —

— ¿Cedric? — dijo Ron sin comprender, mientras Ernie se iba a toda prisa

— Diggory — explicó Enzo — Querrá participar en el Torneo —

— ¿Ese idiota, campeón de Hogwarts? — gruñó Ron mientras nos abríamos camino hacia la escalera por entre la bulliciosa multitud

— No es idiota. Lo que pasa es que no te gusta porque venció al equipo de Gryffindor en el partido de quidditch —repuso Theo chocando los cinco con Enzo

— He oído que es un estudiante realmente bueno. Y es prefecto — añadió Hermione

Lo dijo como si eso zanjara la cuestión.

— Sólo te gusta porque es guapo — dijo Ron mordazmente

— Perdona, a mí no me gusta la gente sólo porque sea guapa — repuso Hermione indignada

Ron fingió que tosía, y su tos sonó algo así como: «¡Lockhart!». Se me escapó una risilla y tuve que mirar la reacción de Irma, que estaba igual o más colorada que Hermione.

El cartel del vestíbulo causó un gran revuelo entre los habitantes del castillo. Durante la semana siguiente, y fuera donde fuera, no había más que un tema de conversación: el Torneo de los tres magos. Los rumores pasaban de un alumno a otro como gérmenes altamente contagiosos: quién se iba a proponer para campeón de Hogwarts, en qué consistiría el Torneo, en qué nos diferenciábamos nosotros de los alumnos de Beauxbatons y Durmstrang...

Noté, además, que el castillo parecía estar sometido a una limpieza especialmente concienzuda. Habían restregado algunos retratos mugrientos, para irritación de los retratados, que se acurrucaban dentro del marco murmurando cosas y muriéndose de vergüenza por el color sonrosado de su cara. Las armaduras aparecían de repente brillantes y se movían sin chirriar, y Argus Filch, el conserje, se mostraba tan feroz con cualquier estudiante que olvidara limpiarse los zapatos que aterrorizó a dos alumnas de primero hasta la histeria.

Los profesores también parecían algo nerviosos.

— ¡Longbottom, ten la amabilidad de no decir delante de nadie de Durmstrang que no eres capaz de llevar a cabo un sencillo encantamiento permutador! — gritó la profesora McGonagall al final de una clase especialmente difícil en la que Neville se había equivocado y le había injertado a un cactus sus propias orejas

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora