CAPÍTULO (55)

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CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO—
"ADIÓS, PADRINO"

Me despedí de Harry y Hermione en la entrada de las mazmorras y recorrí en silencio los oscuros y fríos pasillo hasta la sala común.

Cuando abrí la puerta de la sala común, que estaba con todas las luces apagadas también, escuché unos sollozos. Saqué mi varita y con un Lumus vi a Malfoy sentado en uno de los sofás con los codos sobre las rodillas. Éste se asustó al verme y enseguida adoptó una postura chulesca.

— ¿Qué haces despierta? — me preguntó con voz arrogante pero con una nota avergonzada

— Estaba haciendo cosas. ¿Y tú? —

— No podía dormir —

La curiosidad me mataba, quería sentarme a su lado y preguntarle qué pasaba pero mi orgullo podía conmigo y no me permitiría hacerlo, no sería otra vez su paño de lágrimas. Rodeé el sofá en el que se encontraba y, cuando hice el ademán de subir las escaleras hacía mi cuarto, dijo:

— ¿Puedes quedarte? —

Esa pregunta me chocó tanto que me detuve ipso facto. Quise decirle que sí, que por supuesto, pero me limité a mirarle por encima del hombro.

— ¿Para? —

— Me gustaría algo de compañía — confesó y entonces le miré

Él no me miraba, había vuelto a poner su cabeza sobre sus manos y sus codos sobre sus rodillas.

Cada día me encontraba con un Draco diferente: primero está borde, luego amable, otro día me invita a ir al Lago Negro, vuelve a ser borde, ahora me pide que me quedé con él... No entendía a éste chico en absoluto, pero quizás tampoco quisiera hacerlo.

Anduve caudalosa hacía él y me senté a su lado en el sofá. La única luz que nos iluminaba era la de mi varita y gracias a ella pude ver como Draco tenía las mejillas sonrosadas y los labios hinchados, probablemente llevará un rato llorando.

— ¿Qué pasa, Draco? — le pregunté con un hilo de voz que ni yo me esperaba

Él no me respondió pero noté su respiración más agitada.

— ¿Draco? — pronuncié de nuevo y él seguía sin decir nada

Subí mis piernas al sofá y me senté como los indios girándome para mirarlo bien.

Observé como su mano sobre su cabeza temblaba y en un acto reflejo se la cogí, la posé sobre mi rodilla y la acaricie hasta que el chico se incorporó y me miró. Me miró durante unos segundos con lágrimas corriendo por sus mejillas sonrojadas y, después, se lanzó a abrazarme mientras lloraba mas libremente. Pasé mis manos por su espalda acariciándosela, él lloraba sobre mi hombro y, verle tan delicado, me rompió el alma. Tenía ganas de llorar pero sabía que él necesitaba un apoyo y quería serlo yo.

— Lo siento — balbuceó sobre mi hombro

— ¿Por qué? —

— Por ser una cucaracha vil, odiosa, perversa — le separé de mi unos centímetros para poder mirarle bien a esos ojos grises tan bonitas que tenía — Me he comportado fatal desde hace años y lo siento —

— Draco — pase mis manos a sus hombros para intentar calmarle cuando notó que todo su cuerpo empezaba a temblar

— He sido mala persona contigo y aún así estás aquí, un día y otro, ayudándome a pesar de que lo único que hago es darte más problemas. Lo siento, Lena —

— No pasa nada —

En realidad pasaba de todo, pero no era capaz de guardarle rencor. Posiblemente mañana ya estará de nuevo metiendose con nosotros pero no podía ahora rechazar su perdón, creo que nunca sería capaz de hacerlo.

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora