CAPÍTULO (46)

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CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS —
HOGSMADE

A la mañana siguiente la mesa de Gryffindor estaba pálida y con ojeras que les llegaban hasta la barbilla. Los profesores tampoco estaban muy contentos y, en lugar del habitual barullo de cada desayuno, solo se oían murmullos a nuestro alrededor.

— ¿Qué narices pasa hoy? — preguntaba Enzo untándose una tostada de mermelada con trocitos de naranja

Ada, Irma y Theo se encogieron de hombros igual de confusos. Me giré hacía la mesa de Gryffindor y busqué con la mirada a Harry, lo encontré a unos metros de distancia con la mirada clavado a su plato; me levanté y caminé hasta él.

— ¿Qué os pasa? — les pregunté a él y Ron que estaba igual de pálido y ojeroso que los demás

— ¿No te has enterado? — me preguntó Neville con las cejas levantadas

— ¿De qué? —

— Nada. Es Wood, se lesionó — respondió Harry rápido interrumpiendo las palabras de Longbottom

— Harry — le regañó Hermione desde unos asientos más alejados. Seguían enfadados — Debería saberlo —

— ¿Saber qué? — repetí con un tono de voz más alto de lo normal. Empezaba a ponerme nerviosa

— Sirius Black ha atacado a Ron esta noche — balbuceó Neville con temor

— ¿Perdón? —

— Me desperté y Black estaba delante de mí — explicó Ron — ¡Con un cuchillo en la mano! —

— Me estás vacilando — asumí

— Te lo juro que no, Lena. Le preguntamos a Sir Cadogan. ¡Y dijo que sí! Había encontrado el papel donde Neville escribió todas las recientes contraseñas para que no se le olvidarán y le dejó pasar. ¡Intentó matarme, Helena! —

Esto me sobre pasaba. De verdad que sí. ¡Hogwarts era el lugar más seguro del mundo mágico! ¿¡Qué significa entonces todo esto!?

— ¿Cómo es que no te mató? —

Pregunté por curiosidad, ignorando las ganas que tenía de ir a Dumbledore y quejarme hasta la penosa seguridad del colegio.

— Se asustó cuando me desperté y grité. Salió corriendo y poco después se despertaron los demás —

En ese momento las lechuzas del colegio entraron como flechas en el Gran Comedor, llevando el correo como de costumbre, y Neville se atragantó cuando una enorme lechuza aterrizó ante él, con un sobre rojo en el pico: un vociferador.

— ¡Cógelo y vete, Neville! — le aconsejó Ron, posiblemente recordando cuando él recibió el de la señora Weasley al enterarse del "robo" del coche que usamos para llegar a Hogwarts cuando Dobby nos cerró la entrada al andén nueve y tres cuartos

Por un momento me pregunté que sería de Dobby. ¿Dónde estaría? O, ¿qué estaría haciendo? Esto último era lo que más me preocupaba.

Neville no necesitó oír dos veces la recomendación de Ron. Cogió el sobre y, sujetándolo como si se tratara de una bomba, salió del Gran Comedor corriendo, mientras la mesa de Slytherin, al verlo, estallaba en carcajadas. Oíamos el vociferador en el vestíbulo. La voz de la abuela de Neville, amplificada cien veces por medio de la magia, gritaba a Neville que había llevado la vergüenza a la familia.

Harry estaba demasiado absorto apiadándose de Neville para darse cuenta de la carta que traía Hedwig. La cogí yo y rasgué el sobre mientras la lechuza picoteaba entre los copos de maíz de Neville. La nota que había dentro decía:

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora