32. A Dragonstone

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Robb

Finalmente llegaron aquí.

Es como hace unos meses en Meereen todos muriendo por montones y los gritos dispersandose. Ahora nuestro ejército partió y apenas somos una docena de combatientes, está vez Daenerys tiene que entender que no hay más que podamos hacer
Es lo que le digo antes que abandone la ciudad.

-Debes irte, Rhaegar y tú vuelen a Dragonstone

-No puedo dejarte

-Si si puedes y ahora-. Rhaegar corre hasta mi con mi espada en sus brazos.
-Vayan a Dragonstone los veré allí

-No, está vez Drogon está dispuesto a dejarte subir puedes..

-¡No puedo dejarlo!

Daenerys abre los ojos con sorpresa y súplica en ellos, pero en el fondo también está aterrada

-No nos dejes a nosotros Robb- exclama en protesta.

Tomo a Daenerys de los hombros y la plantó frente a mí aún cuando Rhaegar sostiene mi espada.

-Ya basta, este era el plan

-No Robb- se suelta bruscamente. Tu Basta es suficiente con lo que haces, mira la ciudad es un suicidio

-Yo partiré hacia ellos hasta que tu tengas el ejército en las puertas, no les diré que te conozco ni mucho menos hasta tener a la ciudad rendida.

-En el momento que Bran te vea te matará Robb y no servirá de nada. Les dirá que estuvimos juntos que sabías que estaba embarazada TODO

-No si lo expongo ante todos los señores y mis hermanos, necesita el cuerpo de Bran si lo matamos desaparece

-Te matará antes que tú a el

-No lo hará- mientras hablamos Profundos invaden en donde estamos obligándonos a perder a los pocos hombres que teníamos.

-No hay tiempo, ¡DAARIO! Sube llévalos a Dragonstone

-¡Robb!- me advierte Daenerys.

De un movimiento me deshago del Profundo.

-Daario lleguen a la ciudad, Kinvara estará ahí en cuanto el ejército esté establecido. Les enviaré un Cuervo con noticias de Kings Landing

-¿Estás seguro de lo que haces?

-No, pero cuidalos por favor- le digo exaltado.

-Te van a matar- suena a despedida.

Esta vez no puedo despedirme de Daenerys. Los Profundos se sitúan al frente y no tengo opción más que retroceder, Drogon quema a varios de ellos mientras los pequeños ya están en el aire sobre nosotros

-¡Rhaegar!- le grito antes que se marche una vez más.

El gira su cabeza y en sus ojos está ese brillo, la razón por la que me quedaré aquí hasta encontrarlo vivo o muerto.

-La próxima vez que nos veamos te hablaré tu padre

-Lo prometo.

___________

Estoy casi por llegar al puerto donde ya ninguno de los hombres quedan vivos y finalmente logró verlo.

Mi rival
Mi hermano

Mi corazón late casi a punto de salir de mi pecho desesperado, ojalá pudiera verlo solo así como mi rival. Como el hombre que intentará quitarme todo lo que me importa en la vida en cuanto sepa la verdad
Pero sin poder evitarlo, verlo solo hace que mi pecho suba y baje con rapidez, es el sentimiento que me invade no odio, ni rencor.

El Dragón y Los LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora