48. Ayer, Hoy y Siempre

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"Tres corazones, tres latidos, tres niños. El primero llorará lágrimas dulces compitiendo con el amargo sabor de la despedida, el segundo vivirá bajo la luz hasta que la oscuridad destruya las barreras del tiempo y venga en busca de su reclamo, pero el tercero..nunca nacerá, sangrará en el vientre mientras los cuerpos se consumen bajo las llamas y el sacrificio selle sus labios por toda la eternidad

Ese es el AYER, el HOY y el SIEMPRE. Los tres niños. Esa es la señal.."

Kinvara

La sonrisa en el rostro de la salvaje se hace evidente después de cumplir su cometido. La sangre de su hombre y del soldado tiñen el piso en señal de aceptación. La Reina cambia su gesto y con una orden la pequeña sala se vacía dejando solo a dos de nuestros hombres y dos de los suyos. Baja de su Trono tomando asiento en la cabecera principal, Tyrion y yo hacemos los propio y empezamos con la reunión.

-Iniciemos con algo importante que mi frío amigo mencionó -dijo desviando sus ojos por un segundo al cadáver estaba antes en el suelo.

-¿Por qué no vino él? Una Corona nunca le peso cuando inocentes estaban en medio. Dudo mucho que su lealtad cambiara de manos en tan poco tiempo. ¿Ganaron todas sus guerras o no?

-Pagamos el precio. Esas victorias nos vistieron de alivio sí, pero también de un enorme dolor.

Val mueve la cabeza con curiosidad en dirección del enano.

-Al igual que usted, el Rey y la Reina perdieron familia en manos de Tytos Brax. Por eso buscaban tenerlo con vida y saldar su deuda. Los Siete Reinos estuvieron de luto por la pérdida de su hermano. El Lord Robb Stark, Guardián del Norte. Su Majestad tiene asuntos que atender en la capital pero confió que al compartir un largo periodo como líder de su pueblo, se entienda con nosotros y lleguemos a un acuerdo.

-¿Un largo periodo dijo? Fue uno de los más cortos -respondió Val. -¿Qué hay de su Reina? La Madre de Dragones.

-La Reina esperaba acompañar esta reunión, pero los asuntos..

-Una niña según escuche. Dio a luz una hija, una bastarda dicen algunos, nunca entendí mucho las costumbres sureñas.

Tyrion cruza mi mirada y es momento de empezar el tema.

-La Reina y la princesa Rhaella gozan de buena salud. Una que esperan su pueblo comparta en el futuro, Majestad. Es por eso que le trajimos las palabras del Rey.

<<Toma a tu pueblo, perdónalos, acogelos y comparte tu pan, tu techo y tu abrigo. El Invierno ha levantado su condena pero sabes tan bien como yo que no durará para siempre, y cuando la nieve endure el piso bajo nuestros pies, nuestros ejércitos deben alinearse en el campo de batalla. Los Profundos volverán y no solo en las bestias de la nieve que conocemos, no solo tienen cuernos y ojos rojos, no solo destripan y arrancan tu corazón, las criaturas que se acercan nos comerán vivos. Cuando la guerra nos reclame, te necesito. Necesito al pueblo que me abrió las puertas más de una vez, y confío en que su Reina responderá un llamado del Sur. Un llamado que debe esperar en las tierras que domina, y no en fríos castillos resguardados. Val, una vez me llamaste tu líder y tu Rey, ahora pido esa confianza una vez más. Solo una vez más>>

Val leyó el pergamino sellado y firmado por Jon Snow, más no Aegon Targaryen.

-¿Se supone que esto me convencerá de irme de aquí y sacrificar la otra mitad de mi ejército?

El Dragón y Los LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora