25. Después

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Daenerys

Puedo sentir como el calor me llena las mejillas, mis ojos se clavan en los suyos y mi respiración se esparce en el aire.

-Robb..¿estás bien?

Parece abatido y débil, su mirada está perdida en la mía. Creo que esta enfermo

Toma mi cintura para apoyarse pero alzo su mano hasta mi hombro, colocó mi otra mano en su frente para verificar su temperatura como lo hago con Rhaegar

-¿Acaso te sientes mal? ¿Estás enfermo?

-No..yo, sí en realidad si. La prontitud al venir me generó algo de pesadez en la cabeza

-¿Estás seguro?

-Si, ahora vuelve con Rhaegar es muy temprano

Tomo su mano y la apretó con fuerza antes de marcharme.

-Ve a descansar de nuevo, te veo en la mañana

Cuando llegó con Rhaegar el sigue sumido en un sueño profundo. No puedo volver a dormir así que empiezo a pensar en cómo recuperare la lealtad de mis Dhotraki.
Debo mostrar mi fuerza

Y se como lograrlo para ello necesito a mi hijo Drogon que pronto no solo será el o ella. Los dragones no habrán muerto. Es una esperanza para mi dinastía

Los Targaryen y sus Dragones más fuertes que nunca.

Pasan unas horas y el llanto de hambre de Rhaegar me levanta cuando dormía sobre una almohada.

-Pensé que dormirías más, ¿te sientes mejor?- le digo a Robb.

-Si

-Bien debo hablarte de lo de Drogon.

-No me parece buena idea

-Drogon también me necesita

-Lose es por el fuego y Rhaegar, que tal si se lastima o

-Robb los Targaryen somos inmunes al fuego. El es mi hijo es un Dragón

Parece resignado

Entonces después de días de viajar a las colinas a ver a Drogon, finalmente me deja montarlo. El sentimiento es como si fuera nuevo, no recuerdo como era la última vez..no lo recuerdo

Pero me lleva algo lejos del Reino, a una cueva.

Cuando entro están frente a mi, como la primera vez. Tres huevos de dragón como rocas escamosas sobre una piedra, son grandes más de los que yo tuve.

Deberán nacer entre estos días, no hay más tiempo.

El día que los traje a la vida, fue increíble. Había llevado por tierra a mi hijo y Robb hasta llegar ahí, preparamos una pira como la última vez. Pero ahora no había dolor en mi corazón como cuando mi murió mi Sol y mis estrellas, ahora tenía solo amor y felicidad

Entre en las llamas a pesar del miedo de Robb, y pude sentir el poder por mi sangre. Cuando todo se terminó los pequeños sonidos salían de mis costados y de ellos emergieron tres hermosos dragones.

El primero completamente negro, desde sus ojos hasta sus escamas. Ni siquiera tenía el blanco de todos en los ojos, todo era de un negro profundo como la noche

El segundo era dorado, muy brillante como el sol, sus escamas brillaban con la luz del fuego

El último era blanco, uno tan claro que te cegaba a la vista. Ojos lobunos de un amarillo apagado pero el se comportaba alejado y taciturno

El Dragón y Los LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora