19. Nacimiento

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Daario

Maldita sea, siento como si la garganta se me cerrara con todo lo que tengo por decir. Estabamos tan bien hasta ahora, al fin podía sentir sus dulces labios con los míos, un poco más de tiempo y habría cedido ante mi, podría haber estado entre ella.

Talvez ahora no sea el momento para eso pero si ella no le hubiera molestado, hubiera sido el más feliz.

Tenia que ser interrumpido por el Stark, cada vez noto como le disgusta mi cercanía incluso la incomodidad que le genera a mi Reina. Aunque tampoco puedo dejar que esto arruine lo que quiero para mí para ambos, a Daenerys como mi Reina y yo a su lado a su costado donde ella me quiera. Incluso puedo ser el padre de ese niño que lleva, nada me daría más satisfacción que si al menos no pude ser yo quien le diera a su hijo anhelado, sea yo quien lo críe.

No pasa mucho tiempo en el que vuelvo a cruzarme con él, había bajado a distraerme mientras el enojo pasará cruzando puertas y soldados, pensando unos minutos antes de volver pero aquí está una vez más.

Esta notablemente furioso pero no es suficiente para apartarme, aprovecho esta oportunidad para molestarlo aún más.

-Oh miren quién viene- digo riendome sarcásticamente. Dime algo a los Stark les gusta entrometerse en todo no es verdad

El solo pasa por mi lado y sigue su camino, pero antes juego mi última carta.

-No te preocupes yo no seré tan estúpido como tu hermano el bastardo, yo si voy a gozar a mi Reina. Mejor vete antes que tu cabeza también termine en una lanza de exhibición como tu padre

Ni siquiera puedo reaccionar rápido porque lanza un puñetazo en mi cara haciéndome caer, pero me levanto enseguida intento golpearlo pero me esquiva y me da una patada, antes de que me vuelva a golpear me muevo y lo lanzo hacia la pared. Da resultado porque su cabeza sangra de un lado, me estoy riendo de nuevo y puedo sentir el sabor metálico de la sangre en mi boca.

Antes de continuar, soldados nos detienen y tras de ellos Daenerys de nuevo, parece abrumada por la situación.

Sus ojos pasan directamente a la cara del Stark, luego a la mía.

-Daario vuelve adentro quiero hablar contigo  

No puedo sentirme más victorioso que ahora, antes de voltearme ellos se mantienen perdidos en sus miradas por lo que me cruzo al frente y el se marcha.

Cuando finalmente entramos a sus aposentos de nuevo, ella estalla en órdenes y frialdad justo cuando iba a plantarle otro beso.

-Daario es la última vez que dices y haces cosas como esta, la próxima no solo te apartaras de mi sino que me perderás y pondré a otro sobre los Segundos Hijos. Yo no soy tu mujer y nunca voy a serlo, no soy una cría o un objeto soy tu Reina

-Mi Reina, porque esto ahora solo conversábamos entre hombres. Es algo común además

-No vuelvas a interrumpirme Daario, no me interesa ningún roce que tengas con el hombre pero en mi palacio abstente de realizar este tipo de cosas, mucho menos a ponerte en alguna posición que seguramente te imaginas.

-No me imaginé ninguna situación, tu también querías. Hasta que ese Lord Traidor entró, ¿que es lo que sucede?- me intento acercar de nuevo.

-El primer día que nos vemos después de que estuviste muerta para mi y ¿es así como terminará? No sabes cómo me sentí mi Reina cuando supe de tu muerte, por semanas ahogue mis penas en mujeres, casi parto a tomar venganza en tu nombre. No me alejes así por un extranjero

-No es por nada de eso Daario, ya sabes que no puede haber nada entre nosotros siempre lo supiste, así era antes y así continuará

-¿Por qué? Porque no soy un Lord importante o no tengo títulos, tengo un ejército y un cuerpo que es capaz de destrozar enemigos y todo eso te pertenece. ¿Qué es lo que debo hacer? Asesinarte también para que me ames

El Dragón y Los LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora