40. Invierno en Kings Landing

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Narrador Omnisciente

La noche había llegado, el fuego consumía el leño brindando luz y calor, aunque ni siquiera podían sentir un atismo de él. El pecho de Daenerys estaba helado, el frío entraba y no hacía más que cristalizar su corazón, sus pestañas bailaban una y otra vez esperando que la puerta se abriera.

Al otro lado de la mesa estaba él apretando la mandíbula y susurrando para si mismo, sus dedos golpeaban la madera en escalera dejando un pequeño sonido tras él que ponía más nerviosa a Daenerys. En cada cierto tiempo cruzaban miradas para luego esquivar a otro lado evitando develar su preocupación, su miedo, su curiosidad.

Habían estado de acuerdo, habían dicho que sí, pero a su modo ninguno estaría listo nunca para ello

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Habían estado de acuerdo, habían dicho que sí, pero a su modo ninguno estaría listo nunca para ello. Rhaegar más que nadie podía ser un verdadero dilema, y ahora con una guerra en sus puertas, un pueblo diezmado, Reinos divididos más hermanos enfrentados. Pedir hablar con Jon era sencillamente lo más peligroso que podía suceder, ese hecho llevaría por un camino complicado o..
sangriento.

-Ha partido hace horas, debe haber sucedido algo- decía Daenerys claramente molesta, nerviosa, su garganta temblaba pero su voz era firme, precisa.

-Debe tener mucho que decir- difirió el norteño en tono igual de duro.

-Ahora me pregunto si ha sido buena idea

-Es tarde para retractarse, las cosas han tomado el lugar que debían. La sangre llama, y el deber prevalece. Rhaegar quería esto hace tiempo

Lo único que obtuvo fue una mirada pensativa de ella, volviendo a sumergirse en el silencio.

Por fuera parecían ser padres afligidos pero duros y fuertes, pero por dentro las dudas, la incertidumbre de lo que vendría. El fuego quemaba los sentidos del lobo mientras que helaba la sangre del dragón.
Ella sentía la reserva y distanciamiento de él, se preguntaba si era por su permisión pero algo más había allí, nunca le gustó ser una mujer intensa, ese era trabajo de sus amantes, la mujer debía ser enaltecida, presionada, aclamada por oír sus deseos sus pensamientos. No al revés

Así que se limitó a callar sus preguntas, y volcar su revuelo a su hijo. Claro que no se lo preguntaría, y conociendo el carácter de ese hombre no era alguien abierto a expresar su sensibilidad

Se dieron una última mirada antes de que los ruidos afuera llamarán su atención y poniéndose de pie salieron hacia el pasillo lleno de guardias corriendo hacia ellos.

A su costado también se acercaban Tyrion Lannister y Sansa Stark, ella activamente luciendo su azul oscuro usual con el bordado de lobo en el pecho, y el más pequeño refiriendo una inclinación ante su mirada reprimida. No se acercaron lo suficiente para parecer un grupo pero sin duda oirían las palabras de sus Inmaculados.

Después de varias frases del soldado y que todos los presentes vieran a su Reina estrujar su frente y alzar la voz en un ¡Nę! Sabían que algo malo se suscitaba

El Dragón y Los LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora