Nevermind ✅

~Caricias y algunos golpes~

Luego del episodio de la tarde de ayer con Jeon, estaba en mi cama mirando el techo de mi habitación intentando conciliar el sueño ya que eran las 2 de la mañana y esta mañana tendría mi primer practica con el equipo de baile. La angustia continuaba invadiendo mi garganta y mi pecho, decidí ir por un vaso de leche tibia a la cocina. 

-¿No puedes dormir?-preguntó mi madre preparando lo mismo que yo estaba por buscar. Asentí.

Varios meses pasaron desde que nos mudamos, desde que Bostón dejo de ser nuestro hogar y aún así las cosas con mis padres continuaban tibias por mi causa, me sentía mal por ello definitivamente. Pero ellos no cooperaban tampoco, y eso complicaba más todo.

-¿Quieres?-preguntó señalando la jarra de leche en sus manos. Asentí.

Me senté en el sofá mientras esperaba por la bebida, mi pecho subía y bajaba lentamente debido a la pesadez de mis suspiros por la congoja que me atacaba en mi interior. ¿Estos son los momentos en los que anhelas un abrazo maternal no? Desearía perderme en su pecho y dejar ir mis preocupaciones en lagrimas. 

-Ten.-ofreció la bebida, sentándose a mi lado. Suspiró.- ¿Que sucede?-preguntó. La mire de inmediato, ¿es tan obvio?

-Nada...-conteste. Suspiró.

-¿Sabes que sigo siendo tu madre no?-recordó. Asentí, sintiendo el nudo en mi garganta presionar más. 

Trague duro cuando ella dejo la taza sobre la mesa y se acercó a mi. Acarició mi cabeza.

-No pude dormir porque escuchaba que tu no podías cariño.-habló acariciando mi cabello, lo sentía, las lagrimas iban a brotar de mi.- ¿Te paso algo en el instituto? ¿Algún chico?-indagó. Justo en el clavo. 

-Mamá...-intenté hablar, pero no pude. Las lagrimas cortaron mis palabras y ella me abrazo para dejarme ser. 

No tenia un reloj cerca, pero estaba segura que al menos una hora transcurrió mientras lloraba entre sus brazos. No supe hasta este momento cuanto extrañaba su calidez, su olor, sus manos tibias consolándome como cuando fallaba en calculo o la presión y ansiedad me atacaban debido a las exigencias que yo misma me imponía. Respiré con tranquilidad una vez que las lagrimas ya no brotaban por mi rostro, seque el resto de ellas pero no me salí de su agarre. Me quede con la cabeza recostada en su regazo mientras acariciaba mi cabello como cuando era niña y papá me regañaba por romper algo que no debería haber tocado en un principio.

-¿Tienes novio?-indagó mi madre. Negué con la cabeza.-¿Tenias?- indagó nuevamente. Suspiré.

-No eramos novios, pero nos estábamos viendo hace unos meses.-conté. 

-¿Como se llama? ¿Como es contigo? Cuéntame sobre él cariño-pidió. Sonreí.

-Jeon Jungkook es su nombre, es capital del equipo de fútbol es muy bueno, aunque no lo es tanto con los estudios.-sonreí.- Es un chico amable, tiene muchos amigos que me presentó y me compartió.-suspiré.- Él tiene dos hermanos pequeños, a los que les doy tutorias.-comenté.

-Ese es tu empleo entonces...-dijo. Asentí.- Se escucha como un buen chico, ¿que sucedió?-preguntó. Suspire.

-No confié en él por una situación que no viene al caso.-hablé.- Fui una tonta mamá, yo realmente no quise lastimarlo y lo hice. Ahora no quiere saber nada más conmigo.-conteste, sintiendo las lagrimas caer por mis mejillas.

Ella seco las lagrimas acariciando mis mejillas. Sus ojos eran de pura ternura, como disfrutando el escucharme.

-Lo siento por haber actuado tan inmadura durante estos meses.-me disculpe.- Pero estaba enfadada, mi vida, mis logros quedaron allí.- recordé con pesar. Negó con lagrimas brotando de sus ojos.