~Algo más entre nosotros~

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El deber de confesar antes que ser descubiertos...

La mirada acusadora de Jimin me acecho durante las ultimas tres semanas. Posteriormente a ser descubiertos aquella tarde en casa de Jeon, lo que para él era un juego divertido de ponerme ansiosa, para mi era un dolor de cabeza, uno que resulto ser tortuoso.

-Detente de una vez- pedí, mientras él reía a carcajadas.

-Lo siento, es divertido verte nerviosa por ser descubierta- rió.

-Idiota ¿que te dije de molestarla?- se quejo Jeon ingresando a la habitación. 

Nos encontrábamos en casa de Jeon. Desde que nos descubrieron aquella tarde, comencé a quedarme con ellos, resulto practico para que Hyori no sospechará de lo que sucedía entre nosotros, y fue bueno poder pasar más tiempo juntos cuando las tutorias terminaban, o cuando se reunían a ocasionalmente los tres, sí, Taehyung también se nos unía de vez en cuando, aunque al principio resulto algo incomodo, él termino integrándome para que no se sienta raro. Ya no eramos como solíamos ser al inicio, pero era cuestión de tiempo el volver a serlo y ese era mi plan. Recuperar la amistad que inicialmente debimos construir.

-Deberías hablar con las chicas para que este idiota se detenga.- aconsejo Tae, asentí.

-O podrías ayudarme con Rosie y no te molestaría más...- insinuó Jimin.  Arquee la ceja y negué.

-Ya lo intente- suspiré- Te dije que ella no se siente segura contigo.- añadí, Jimin puso una mano en su pecho con dolor. 

Era cierto, intente meterlo por los ojos de Rosie, para ella solo es un jodido fuckboy, y no pude sacar eso de su cabeza. No la juzgo, incluso yo sigo pensando eso de Jeon... pero lo callaba, porque me gustaba pasar tiempo con él, aunque una gran parte de mi tiene miedo de admitir la existencia de esto que tenemos. Vivo con el temor de que rompa mi corazón en cuanto baje la guardia, tengo pánico de convertirme en la burla de todos, en realidad, de ser una más  en la lista de las ingenuas que ya lo intentaron cambiar y fallaron con honores. Suspiré, Jeon me miro preocupado. Sonreí falsamente y me acerque a su lado.

-Llego la hora de ir a comprar algo...- avisó Jimin mirando a Tae, esté ultimo lo siguió dejándonos solos en la habitación. Ambos sonreímos y nos dimos un casto beso cuando aquellos salieron.

-Tengo unos muy buenos amigos.- hablo Jeon mientras una seguidilla de besos pequeños se esparcían en mi rostro, provocando cosquillas.- Me gustaría no tener que ocultarme...- susurro sin dejar de repartir besos. Me aleje y lo miré.

-¿Que quieres decir?- pregunte confundida.

-Sé que tienes miedo muñeca- suspiró- No estoy enfadado, creo que entiendo las cosas que pasan por tu mente... -avisó- No hace falta que lo gritemos a los cuatro vientos, solo con nuestro grupo cercano seamos sinceros, podemos decir que existe algo más entre nosotros.-añadió.- Así puedo besarte tranquilamente en la azotea del instituto- se quejó. Sonreí.

-Bien, hagamos eso.- respondí, una sonrisa esbozo de sus bonitos labios, esos deliciosos que me cuesta solo admirar cuando estamos en el instituto o cuando estamos compartiendo cualquier espacio en donde decido mantener las apariencias. Se paró y trabo la puerta de la habitación, siempre estaba atento a cualquier detalle que me pusiera intranquila, adoraba eso de él. Se sentó nuevamente a mi lado en la cama para besarme tan perdidamente como cada tarde, sí, lo sé, cuestionaba si era una buena idea este lugar para encontrarnos secretamente, porque los besos que nos proporcionábamos eran cada vez más... jodidamente calientes.

Jeon nunca se aprovecho de la situación en la que nos encontrábamos, aunque notaba que cada vez que la sesión de besos terminaba debido al retorno de los chicos, inmediatamente se iba al baño. No necesitaba un dibujo para saber que al igual que me sucedía a mi, el deseo estaba creciendo a pasos agigantados entre nosotros.

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