~Omitir no es mentir~

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En cuanto llegué a casa mis padres estaban en la sala esperando por mi. Mire a ambos y les ofrecí una leve reverencia. 

-¿Estás bien cariño?-preguntó mi madre. Asentí.

Mi padre no dijo nada, no dije nada y continué mi camino a mi habitación. Después de todo, seguira todo igual. Suspire dejándome caer sobre mi cama. 

***

Desperté temprano en la mañana, teníamos entrenamiento antes de clases. Nada me hacía más feliz en este momento que escapar el mayor tiempo posible de mi casa. En cuanto llegué al gimnasio mis amigos estaban allí divertidos esperando por ingresar.

-¡Hey Kook!- saludó Nam. Los demás lo imitaron.

-¿No pudiste al menos tirar los jodidos condones antes de irte?- reclamó Jimin.- Tuve que deshacerme de tus niños porque mi padre llegá hoy.- se quejo haciendo reír a los demás.

-¡Wow! Alguien estuvo muy activo este fin de semana.- habló el entrenador.- Esperó que la misma energía esté en la cancha.- reclamó.- Ingresen de inmediato.- exigió.

Sin emitir ni una sola palabra nos adentramos, y el entrenamiento fue jodidamente exigente. Pero nos divertimos como cada vez que pasabamos tiempo juntos, mi mente siempre estaba a salvo lejos de casa.

***

Estaba esperando a Lisa en la entrada del instituto cuando apareció Nayeon frente a mi. Una jodida sonrisa maliciosa se tornó mientras se acercaba a mi. 

-¿Qué es lo que quieres?- reclamé.

-¿Esas son formas de tratar a tu ex?-dijo con un puchero.

-No...-bufé, era inútil intentar siquiera explicarle algo.- ¿Necesitas algo?- pregunté lo más neutral que pude. Sonrió.

-Alguien domesticó a la bestia.- bromeó.- ¿Porque nunca fuiste así conmigo Kookie?-reclamó con la voz pesada.

Era cierto, fui un patán con ella. Era una charla que le debía a ella y me debía a mi por sobretodo. Suspiré.

-Lo siento Nayeon, fui un patán contigo.- sus ojos se ampliaron.- No debí haber jugado contigo de la forma que lo hice, lo siento realmente. Estoy intentando ser mejor persona.-confesó con sinceridad.

Sus ojos me veían con incredulidad, no la juzgaría porque hasta a mi me cuesta creer el cambio que Lisa provocó en mi. Pero era cierto, fui un completo idiota y estaba bien sí ella no me perdonaba.

-Espere por tanto tiempo escuchar esas palabras Jeon.- habló.- Pero de alguna forma se sienten como la misma mierda ahora que sé quien te hizo decirlas.-siseó. La miré de inmediato.

-Lisa no me dijo que te dijera nada, lo hago porque lo siento.-aclaré. Rió.

-¿Las sientes? Wow, definitivamente estas hasta la médula por la zorra esa.- soltó. 

Ahí es donde mi amabilidad terminaba. Nadie ofende a mi novia, mucho menos en mi presencia.

-No la llames así.-solté furioso. 

-Ahí está el Jeon que tanto me gusta.- mordió sus labios.- Lo siento pero te alejo de mí, así que sí, es una zorra.-dijo sonriendo. Mi rostro se tensó.

-No vuelvas a decir algo así...-repetí con calma. 

-Tranquilo, espere paciente este momento.-dijo.

-¿De que estas hablando?-pregunte confundido. Rió y tocó la punta de mi nariz con su dedo índice.

-Dije que te arrepentirías tarde o temprano.- sonrió.- Y adivina ¿qué?... el momento llegó.- cubrió su boca como si contara un chiste divertido.

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