[Capitulo 45] "Intransigente"

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Pov. Calle.
5:27 p.m.

Suspiro profundamente sintiendo el dolor en mi costilla. Estaba cansada, adolorida y aunque intentaba concentrarme en la asesoria de mis niños, apenas lo estaba consiguiendo.

Intenté guiarlos en las notas pero cada que queria cantar, sentía un aguijonazo duro y profundo en el costado. Ellos se habían dado cuenta y siendo tan hermosos como siempre, se mantuvieron lo más tranquilos que pudieron y me pidieron no seguir por si me lastimaba.

Ahora, a solo 10 minutos de terminar, solo quería salir y llegar a casa para dormir.

Casa...

Era increíble como en este corto tiempo, el departamento de Poché se había convertido en más hogar para mí de lo que nunca fue la mansión del abuelo. Pero también me sentía culpable de haberle ocultado mi incursión de esta mañana, que dicho sea de paso tampoco es que me haya salido tan bien.

Kenia estaba dispuesta a ponerme a prueba a toda costa. Me había invitado al Mistery of Sound esta noche y por más que quise librarme, ella sabía muy bien como jugar sus cartas también.

Si no iba, sería como si me estuviera retractando y no podía permitirlo. Debía sacar a Poché completamente de sus radares e iba a hacer cualquier cosa para hacerlo.

—Miss Dani —escucho que me llama Sofía, una de las niñas de la clase y le sonrío devolviendo mi atención a ella— ¿Está bien?

Sonrío enternecida

—Si. Tranquila. Ya terminamos por hoy —veo a los demás también— si quieren, pueden ir guardando sus cosas. Nos vemos en el mañana.

Los despido y ellos caminan en silencio hasta sus casilleros al final de la sala. Luego, uno a uno va saliendo para esperar a sus padres en el pasillo, mientras yo me dejó caer sobre el piano tomando un largo suspiro.

No tenía idea que los problemas vinieran todos juntos, ojalá simplemente pudiera cerrar los ojos y terminar con todo para empezar verdaderamente desde cero.

—¿Calle? —la voz de Poché me llama y me incorporo despacio para verla.

—Hola

—¿Estás bien? —pregunta preocupada, caminando desde la puerta hacia mi y asiento con una sonrisa para tranquilizarla

—Todo bien. Estoy entera y feliz de verte —respondo abriendo los brazos para recibirla y ella me envuelve en los suyos con cuidado justo antes de dejarme un besito casto en la frente.

Pero las fotos de esta mañana se me vienen a la mente y me suelto disimuladamente.

Necesitaba tener cuidado incluso en los espacios cerrados.

—¿Por qué no me esperaste para venir? —me pregunta con un pucherito tierno y el corazón se me estruja.

Ni siquiera me había dado tiempo de volver a la academia, así que solo le pude enviar un mensaje de que me estaba adelantando hacia aquí.

—Ay gorda... Estabas ocupada y yo salí temprano. Quería preparar todo para los niños —miento desviando la mirada por instinto pero luego la miro de regreso.

Tenía vergüenza de verla a los ojos pero si no lo hacía, ella se iba a dar cuenta de inmediato que algo iba mal.

—Bueno. Está bien. ¿Qué tal te fue en la mañana? —pregunta y la presión se me baja por un milisegundo

—¿En la mañana?

Me mira confundida —Si, en tus clases. ¿Tuviste alguna dificultad por no haber asistido en este tiempo?

Nunca te dije adiós 🌙 [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora