University College Hospital: Elizabeth Garrett Anderson Wing
9:23 p.m.
—Te digo que estoy bien —suspira por enésima vez encima de la camilla de urgencias del hospital, pero su rostro aún se veía algo adolorido.
—Ya lo veremos —respondo suspirando— el médico debe estar por llegar. Solo quedate quieta.
—no me gustan los hospitales —murmura por lo bajo y entiendo perfectamente la razón.
Me acerco y me siento a su lado —si no es nada, nos iremos tan pronto como te revisen.
—¿Por qué te importa tanto? —pregunta y su sonrisa de lado me pone nerviosa de inmediato.
Está absurda sensación debía parar.
Desvío la mirada —porque falta muy poco para la presentación y no puedo dejar que nada la perjudique.
—¿Solo por eso?
Obviamente no. Mi corazón estaba arrugado por la simple duda de saber si se había lastimado realmente.
Asiento —¿Por qué más seria si no?
—No sé, tu dime —me guiña un ojo
Suelto un risa sarcástica. Que tal esta...
—No te creas tan importante. Además, siempre que me encuentro con gatos heridos en la calle, los llevo a curar. Esto no es diferente.
—¿me estás diciendo que soy un gato herido para ti?
Una gata cautivadora, hermosa y sumamente irritante.
—no, te estoy diciendo que estás en la misma situación.
Abre la boca para responder pero una voz más grave nos interrumpe —Buenas noches señoritas.
Saluda y me giro para ver al doctor ingresar por la puerta junto a una enfermera. El hombre alto y mayor se acerca a nosotras y me hago a un lado para darle más espacio.
—¿Qué tenemos aquí?
—No es nada, doctor. sólo una torcedura leve —responde María José y hombre asiente escuchandola.
—Estaba bailando y se tropezó —intervengo— ella es bailarina, Por favor revíse su tobillo, estaba muy hinchado después de la caída.
Poché pone los ojos en blanco, pero no me importa. Tal vez a ella le pareciera una tontería, pero yo no estaría tranquila hasta que me dijeran que estaba bien y no por el trabajo como le había dicho sino, por ella. Porque sabía lo que significaba la danza en su vida.
El hombre se acercó a su pie y en cuanto empezó a revisarla, la mueca de dolor en su rostro fue más profunda. Intentaba disimularlo pero estaba fallando totalmente.
Después, le hizo un par de preguntas y cuando terminó, solo asintió.
—Es una torcedura —dijo finalmente y algo muy dentro de mi se tranquilizó
—¿Entonces estará bien? —el hombre asiente
—Te lo dije —Poché sonríe victoriosa y yo pongo los ojos en blanco por reflejo aunque no lo siento necesario.
Era más que obvio que me alegraba que estuviera bien.
—¿Pero por qué está hinchado? —pregunto para quitarme la duda.
—Parece que al caer se golpeó el hueso y eso causó la hinchazón. Tendrá un moretón muy grande, pero nada más allá.
—¡Genial! —celebra Poché mirándome con suficiencia y no puedo hacer más que negar con la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Nunca te dije adiós 🌙 [Caché]
أدب الهواةEl pasado siempre nos marca. Para bien o para mal, algunas acciones y decisiones dejan heridas difíciles de superar y Daniela Calle, no está segura de estar lista para perdonar.