[Capitulo 31] "Al diablo"

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Pov. Daniela.

Mi humor se debatía entre el enojo y la diversión. Que Poché se hubiera puesto celosa de si misma se me hacía realmente cómico, pero el que asumiera que estaba jugando con ella al decir que estaba en una "fila de espera", realmente me enojaba.

—Por favor, perdóname —escucho su voz susurrándome mientras acomodo las partituras en el piano

—No es el momento, María José —respondo en el mismo volumen de voz. Estábamos a punto de presentar nuestro trabajo ¿En qué estaba pensando?

—Si, si. Lo sé, lo siento. Pero prométeme que hablaremos saliendo

—¿Cómo está tu tobillo? ¿Lo aseguraste bien? —asiente confundida por el cambio brusco, pero teniendo en cuenta las circunstancias, era más lógico hablar de eso en lugar de lo otro.

—Calle, por favor —me ruega intentando volver a su anterior pregunta y yo solo puedo asentir antes de oír la voz del Sr. Masen.

—Y bien chicas ¿Qué prepararon? —estaba parado justo al frente nuestro. Cómo siempre, muy elegante con un traje azul marino y el cabello perfectamente arreglado.

A su lado, sentados en las sillas del borde del tabladillo, estaba una comitiva de cuatro personas más, a dos de ellas las conocía, eran mi maestra de expresión y el ex director de carrera que ahora se había convertido en el jefe de actividades.  A las otras dos las había visto antes en la junta directiva de la facultad, de eso estaba segura pero ahora mismo no recordaba ni sus nombres, ni sus cargos. Todos igual de elegantes y con trajes sobrios.

Por lo demás, el ambiente estaba vacío. Sin más sillas ni escritorios. Me recordaba mucho a la audición que hice para entrar aquí ya hace 4 años.

Poché me mira cediendome la palabra y yo solo comienzo a hablar.

El Sr. Masen ya sabía que íbamos a presentar una pieza de música y baile totalmente nuevas dado que en estas semanas nos había pedido los avances, pero el resto no sabía nada y explicar el concepto era parte de la calificación. Esta presentación era lo que lo definía todo. Aquí se decidía si nuestra pieza era o no lo suficientemente buena para usarse en el centenario.

Al terminar, nos dieron el permiso de iniciar y todos esperaron en silencio a que lo hiciéramos.

Tanto María José como yo, entramos en un modo bastante profesional. En este momento no importaba nada de lo que habia pasado afuera. Aquí y ahora solo debíamos mostrar la calidad de nuestro trabajo.

Al sentarme en el piano me doy dos segundos para concentrarme y le doy una mirada a Poché para saber si está lista. En cuanto ella me da un ligero asentimiento de cabeza, mis manos empiezan a moverse sobre las teclas del piano. Me concentro en sentir la melodía y darle la fuerza emocional que llevaba a cada nota. Después de todo, había nacido a partir de un sentimiento complejo y caótico en dónde las altas y bajas se fusionaban indistintamente.

Durante toda la presentación, veo muy poco a Poché, pero internamente ruego porque su tobillo no se lastime más de lo que ya estaba. Después de todo no había pasado mucho desde su torcedura.

Cuando termino la canción, suspiro liberando todo el aire que tenía retenido en la garganta.

Unos segundos después, levanto la vista hacia Poché y ella me mira agitada pero con una sonrisa plena. Era como decirme que todo había salido bien.  Pero aún debíamos enfrentar a los evaluadores.

Los nervios me suben hasta el estómago y me muerdo la mejilla internamente. Así era yo, normalmente nada me asustaba ni ponía nerviosa, hasta que llegaba el momento de la evaluación. Siempre me ponía ansiosa el que pudieran darme una mala crítica o un mal comentario sobre mi trabajo. Por eso siempre me esforzaba el doble.

Nunca te dije adiós 🌙 [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora