Nunca te dije adiós 🌙 [Caché]

[Capitulo 50] "Trato justo"

Pov. Calle.

—¿De cuánto es la deuda? —pregunto tragando saliva.

—mucho. Que te baste saber eso —responde

—¿Cuánto? —repito y mi padre se encoje de hombros

—lo suficiente como para que vaya a la cárcel por al menos 5 años si no la cancela pronto.

—no te pregunté eso. Quiero saber el monto exacto.

—¿Para qué?

—Tengo derecho a saberlo. Cómo mínimo me debes eso, papá —digo la última palabra con resentimiento y él baja la mirada con ¿Culpa?

Claro, como si eso fuera suficiente después de lo que me estaba haciendo.

—medio millón de libras —dice finalmente y un jadeo silencioso sale de mi boca.

—¿Tanto? ¿Por qué?

—los intereses son... algo altos —responde mi padre mientras mi abuelo entra a mi habitación sin siquiera preguntar.

—Entonces... ¿Qué decidiste, querida?

—esto es asqueroso. Lo sabes ¿Verdad? Hasta para ti, abuelo  —lo enfrento con los brazos cruzados.

—Daniela... —mi padre intenta callarme pero no me detengo. Ya estoy harta de todo esto.

—¿Qué? ¿Daniela qué?

Hace dos días me tenían encerrada en mi cuarto, DOS DIAS totalmente incomunicada. Ni siquiera me dejaban hablar con Erika y hasta Adelaida estaba amenazada.

Hoy solo se habían dignado a venir porque tenían noticias para mí. Habían adelantado la dichosa boda y si no accedía, acusarían de fraude al papá de Poché.

Dios ¿Cómo es uqe nunca supe que él trabajó para mí familia?

—Si me van a obligar a esto, al menos tengo el derecho a decir lo que pienso y no me voy a callar —les advierto miradolos a los ojos— y tú Lord Germán, ten algo en mente. No solo perdiste una hija por culpa de tu padre. Perdiste a dos.

—tú... ¿Cómo sabes eso? —Mi padre me mira y sé que lo he herido, pero no tanto como él me me estaba hiriendo a mí.

—¿lo de mi hermana? Lo oí en el hospital, cuando ustedes estaban hablando. Lo que no puedo entender es porqué nunca la buscaste. Porque nunca me hablaste de ella.

—No es momento para hablar de eso. Hay cosas más importantes que resolver —interrumpe el abuelo y mi papá suspira. Se levanta sin decir nada y camina hacia la puerta para solo salir.

—¿Ah sí? ¿Cómo que? —Trago saliva. El abuelo me mira impasible y niega con la cabeza en desaprobación.

—Tu respuesta, niña. ¿Qué decidiste?

—¿Acaso tengo opción? —El dinero que debía en papá de Poché era demasiado— engañaron a un hombre honesto y se aprovecharon de su necesidad.

La niña de la que estaban hablando en el hospital era Poché. Ellos hicieron que se fuera arreglando todo desde las sombras. Todo porque siempre supieron lo que pasaba entre las dos. Incluso antes que nosotras mismas.

—Son negocios, querida. Míralo de esta manera. Sin nuestra ayuda, ni siquiera hubiera podido pagar el funeral y ahora, con la tuya no irá a la cárcel. Me parece un trato justo.

—Un trato justo... —repito mordiéndome la lengua y mirando al techo con dolor.

Aunque le hicieron creer que era un favor de la empresa por sus largos años se servicio y que podía pagarlo poco a poco directamente, por su desesperación no vió todos los papeles que estaba firmando y ahora mi abuelo tenía en su poder declaraciones juradas y compromisos de pago vencidos por casi 6 meses y los intereses seguían subiendo.