Nunca te dije adiós 🌙 [Caché]

[Capitulo 51] "Pasos para robarse a una novia"

Pov. Poché

—Por favor llévame con Daniela —me pide Juliana, pero yo no podía procesar aún toda la información que me había dado.

—pero a ver, no entiendo —digo en voz alta— por favor explícamelo de nuevo porque esto es demasiado.

—Lo sé, te entiendo. Para mí también es confuso porque también acabo de enterarme. Mi abuela murió y dejó una carta para mí en la que decía que debía venir aquí. Que buscara a mi hermanita y aquí estoy —me dice tranquila, pero su dolor y angustia es evidente— yo ya no tengo a nadie más. Enterarme que tengo una hermana aquí es como una bendición para mí, pero también quiero respuestas. 

—es que... Wow. No puedo creerlo

Ella saca su cartera y un par de fotos pequeñas aparecen.

—mi abuela me dejó esto junto a la carta. Es una foto de mi padre y mi hermana cuando era pequeña —me la entrega como si necesitara más pruebas.

Por Dios si solo con su rostro se podía adivinar que tenían la misma sangre. Por eso me pareció tan familiar desde un principio.

—mírala, no te miento —dice con algo de tristeza y levanto la foto más por curiosidad— Si tú puedes ayudarme, de verdad te lo agradecería mucho.

Calle sonreía dulce y tierna. Debía tener 3 o 4 años, estaba chiquita sobre los hombros de su padre. Mi corazón se acelera y duele. Duele porque justo ahora no sabía nada de ella y la angustia me estaba llenando cada vez más.

Ella no estaba bien, lo podía sentir muy dentro mío y no podía hacer nada. Tal vez Juliana podría ser el puente que necesitábamos. Ella había llegado en el momento justo, tenía que ser una señal. Aunque aún había algo que no me cuadraba del todo.

—¿Cómo llegaste con Dinah?

—Ella era amiga de mi abuela

—¿Qué? ¿Cómo así?

Se encoge de hombros —vine aqui porque es a la única persona que conozco en la ciudad y debía empezar por algún lado.

—¿entonces ella sabia que Daniela es tu hermana?

Niega con la cabeza —No. Pero no me extraña. En mis 27 años mi abuela apenas habló de su vida aquí. Se cambió el apellido así que solo supe que era una Calle cuando me leyeron su testamento y me entregaron esa carta hace como una semana.

—espera, me estás diciendo que tu abuela murió apenas. Osea que tú viviste con ella ¿todo este tiempo? ¿La mamá de tu papá?—asiente

—ella estuvo conmigo siempre.

—¿Pero cómo? Por lo que sé la abuela de Calle murió cuando ella era una bebé.

—Si, bueno. Por años yo también pensé que mi padre estaba muerto, pero ahora resulta que no.

Me llevo las manos a la frente y suelto un suspiro involuntario.

—Calle se va a morir cuando se entere. Siempre pensó que estaba sola.

—¿Son muy amigas? —pregunta y mi pecho aletea.

—Algo así —ella me da una sonrisa y me estudia mirándome de lado.

—Por tus ojos sé que sí

Juliana parecía más tranquila y sosegada. No como el torbellino arrollador que era Daniela. Pero si algo estaba claro era que, eran hermanas y nadie podría negarlo.

Más allá del parecido físico, había algo en su energía que tenía ciertos tientes familiares y expresiones que supe reconocer fácilmente.

Mi teléfono empieza a sonar y pego un pequeño salto. Seguíamos en el pasillo y los niños aún no habían llegado así que todo estaba realmente silencioso.