Nunca te dije adiós 🌙 [Caché]

[Capitulo 3] "¿Por qué?"

Pov. Calle

No lo creía. Simplemente estaba en shock. No entendía cómo con una sola mirada me había desarmado y puesto tan vulnerable que me temblaban hasta las piernas.

¿Cuándo había vuelto? ¿para qué? Y... ¿Cómo tenía el valor de siquiera hablarme después de todas las cosas que hizo y dijo esa noche? ¿Cómo tenía el valor de pararse al frente y sin culpa? ¡¿Cómo?!

Mi cabeza estaba hecha un lío. Mi más grande debilidad había regresado y después de tanto tiempo nada había cambiado. El dolor continuaba ahí, muy adentro de mi pecho como un agujero negro.

Me había jurado olvidar todo sobre ella. Me había obligado a borrar su rostro de mi cabeza y ahora la brecha en mi corazón se había abierto como el primer día. Sólo había bastado la puta mención de mi nombre en su boca para devolverme el dolor con la intensidad de una bomba nuclear.

Todos los recuerdos explotaban mi mente. Todo lo que había querido enterrar estaba saliendo y cobrando vida como si no hubiera pasado ya más de un año... todo... el día en el que mis problemas comenzaron... El día en el que me dio cuenta que estaba empezando a sentir cosas más profundas que solo amistad...  el día en el que se marchó sin siquiera despedirse y su voz fría diciéndome que me olvidara de ella.

¡¿Porqué volviste María José?!

Lo peor era que, aunque lo negara todos los días, sí la extrañaba. Sí la había añorado cada día de su ausencia y aún contra mi voluntad, la seguía amando con todo mi ser. 

¿Acaso no podía solo quedarse donde estaba? ¿Acaso no le bastó con destruirme una vez? 

—sabía que estarías aquí —la voz de mi mejor amiga me saca del trance y enfoco la vista con los ojos llenos de lágrimas sin derramar.

No sabía cuándo ni cómo, pero había llegado hasta la parte más alejada de la academia.

—¿Cómo estás?

Me dolía el pecho, mis ojos ardían y casi no podía respirar.

—Bien —miento con un hilo de voz. 

Laura se pone a mi lado y me estudia. Sabe perfectamente que le estoy mintiendo, pero espera —¿Segura?

Suelto el aire que estaba contenido junto a mis ganas de gritar—¿por qué carajos tuvo que regresar? ¿Qué mierda quiere conmigo? ¿me quiere volver loca? —me quejo sin aire y una lágrima amarga se me cae por la mejilla— Ella misma me pidió que la olvidara y ahora viene como si nada a buscar quién sabe qué cosa de mí. ¡¿Por qué?! —se me corta la voz. 

—No lo sé —me contesta sincera y lleva una mano a mi hombro— ...pero juro que pude ver el dolor en sus ojos cuando fingiste no conocerla.

—¡¿Y eso qué?! Ella me lastimó de formas que jamás hubiera creído posibles. No tiene derecho a buscarme.

—Calle, cálmate.

—No puedo. 

—Respira. Estás muy roja.

Respiro rabia. 

—¿Sabes qué? No le voy a dar el gusto —No. Ella no me iba a volver a joder la vida. No señora.

—¿De qué hablas?

—De que me importa un pepino que haya vuelto. Si lo que quería era descolocarme, no lo va a conseguir —declaro y doy media vuelta para regresar.

—¿A donde vas? —pregunta confundida.

—a clase obviamente. Ya es tarde y no pienso dejar que su sola presencia me vuelva a joder.