[Capitulo 41] "Rutina"

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Pov. Poché.

Llevo horas viendo a Daniela dormir en mi cama. Las sábanas la cubren casi por completo y la expresión pacífica de su rostro me llena. Diría incluso que esta experiencia es mágica y extremadamente tierna, de no ser por su muñeca vendada y los raspones en su mejilla derecha.

Ella decía que el golpe no había sido fuerte, pero con solo verla podía decir que había sido mucho más que eso, y por supuesto que no fue ningún accidente. Cualquiera con dos dedos de frente lo sabría. Porque qué casualidad que la tarde en la que ella decide por fin liberarse, la atropellen sin razón aparente.

La ira me carcome por dentro. Ni siquiera puedo dormir pensando en el animal que pudo ser capaz de causarle tanto daño. Espero que algún día pague y con creces lo que ella está sufriendo.

Ushh lo peor es que , aunque me lo niegue, estoy segura que ella sabe quién ordenó esto. Pero no haría nada al respecto y obviamente, tampoco me dejaría hacerlo a mi.

Lo único que me quedaba era cuidarla. Cuidarla y protegerla a toda costa, porque si yo estaba bien y esto lo había mandado a hacer su propia gente, no quería saber que más intentarían.

—¿Poché? —Escucho su voz adormilada y reacciono. Por un instante me había perdido en mi mente.

—¿Mmm? Si, aquí estoy —me levanto de un salto de la silla en dónde estaba y me acerco— ¿Necesitas algo?

Ella niega con la cabeza.

—¿No puedes dormir? —niego con la cabeza tambien intentando sonreír y ella suspira

—¿Qué hora es?

Veo la pantalla de mi celular —las 5:30 a.m.

—¿Y no has dormido nada?

—Tranquila. Está bien —quería estar atenta por si necesitaba algo.

El médico nos dejó salir solo firmando un acta de alta voluntaria y dejó muy claro que sí había alguna cosa rara, por chiquita que fuera, debíamos correr al hospital de nuevo.

Por suerte no había pasado, pero tampoco me arriesgaría.

—No. No está bien. Debes dormir

—Pero no tengo sueño. Estoy bien —miento y ella entrecierra los ojos— solo quiero cuidarte, Calle.

—Pero no es necesario ser tan estrictas —me regaña y palmea el espacio a su lado en la cama— Ven aquí y duerme un poco.

—es que... —me mira enarcando una ceja de forma amenazante y sé que no me queda más opción— bien, pero con cuidado que no quiero hacerte daño.

Me acerco y me acuesto a su lado despacio, cuidando ni siquiera rozarla y ella pone los ojos en blanco.

—no me voy a romper, Poché —se acerca a mi y trata de acurrucarse en mis brazos, pero hace una mueca de dolor y yo me alejo poniéndome de pie de nuevo.

—Y no lo vamos a experimentar hoy ¿Bueno? Tu mejor quietecita que así te ves más bonita

Estira su brazo bueno hacia mi y toma mi mano para devolverme a la cama —O vienes a dormir o nos quedamos despiertas las dos.

Suspiro —odio que seas tan terca.

—y yo amo que te preocupes por mi, pero no a costa de ti misma —me responde con autosuficiencia y se apoya en el codo para sentarse con algo de dificultad.

Apoyo la rodilla en el colchón y suspiro rindiéndome.

—bien, tu ganas.

Una sonrisa leve se le forma en la cara. Dios... ¿Era competitiva hasta en situaciones como esta? Definitivamente es única.

Nunca te dije adiós 🌙 [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora