Capítulo 19

410 57 118
                                    

De enemigo a amante

HARLEEN

Yoongi llegó a mi vida con una misión, se aprovechó de la química entre ambos y traicionó mi confianza. En resumidas cuentas, él me usó. Y, sin embargo, lo que compartimos pareció tan real que no he podido denunciarlo. Todavía no puedo y creo que jamás podré. Sí, al parecer soy la policía más jodidamente corrupta del mundo.

Si antes me sentía indigna por mi pasado, ahora también lo hago por mi presente.

Han pasado tres días desde que Yoongi se fue del pueblo. Desde entonces, me carcome mi silencio. Más aún, después de lo que descubrí ayer.

Mientras revisaba mi ropero, encontré mi walkie-talkie, el que había perdido semanas atrás. Ahora estoy convencida de que no lo perdí; Yoongi me lo robó y también me lo devolvió, lo sé porque la última vez que usé mi dildo fue antes de conocer a Yoongi, y el walkie-talkie lo perdí luego. Y resulta que a este lo dejó en la misma caja de zapatos donde está el dildo. Error suyo.

Sin embargo, ¿por qué devolverlo?

Que lo haya hecho para jactarse de su habilidad para sustraer objetos ajenos y luego regresarlos sin ser descubierto me molesta sobremanera. Pero, aunque odio que esté regodeándose de ello, más odio que me haya engañado tan fácilmente. A mí.

Joder, yo... confié en él.

Recién soy consciente de que he guardado el chaleco antibala en el casillero, y ya estoy liviana, cuando sostengo el móvil entre mis manos y miro la pantalla.

Aún tengo el número de Yoongi en mis contactos.

Deslizo el dedo sobre el apodo que le puse y, no por primera vez, considero borrarlo. Debería borrarlo. ¿De qué me sirve tenerlo? Esto solo incrementa mis ganas de llamarlo e insultarlo. Quiero insultarlo. Joder. Quiero gritarle y exigirle explicaciones, y luego ir a mi casa y llorar como una niña pequeña.

Pero, más que todo eso, quiero devolverle la jugada, demostrarle cómo se siente ser traicionado.

Lo más probable, sin embargo, es que ya haya cambiado de número. Seguro lo ha hecho. Y si yo lo llamase iría al buzón de voz. Así que, antes de intentarlo y sentirme peor, deslizo el dedo hacia la derecha y... desaparece. Su contacto es eliminado de mi móvil.

Automáticamente, siento un vacío interno.

Hace casi cuatro meses, hice lo mismo con Jon. Cuando él y yo rompimos, borré su contacto. Con Jon, no obstante, fue diferente. Su número lo sabía de memoria. Aún lo sé.

Y le debo una respuesta a su petición de hace unos días, me digo para mis adentros.

Una cena con él no suena mal, ya que siempre tuvimos temas de conversación, solo que esta vez no sería para pasarla bien, sino para que Jon me diese explicaciones de su infidelidad.

Todavía con la vista en mi móvil, suspiro.

No estoy lista para ello. En realidad, no quiero estar lista, ni ahora ni nunca. Dejar todo esto atrás es lo que quiero. Merezco avanzar. Y eso es lo que haré, empezando por Jon.

Creo que lo mejor es dejar las cosas como están.

Firmar con mi nombre al final me parece innecesario. Una parte de mí, después de todo, sabe que él aún tiene mi contacto.

Entendido, Lyn. Cuídate.

Su respuesta inmediata, y concisa, no me sabe amarga como creí que lo haría. A pesar de que se siente como haber cerrado un capítulo, uno largo y doloroso, también se siente extrañamente liberador. Y raro. Jon no suele rendirse tan fácilmente.

CHERNÓBIL | YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora