Capítulo 34

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Casa

YOONGI

Entre todos mis pensamientos, uno se destaca mientras conduzco fuera de la ciudad, hacia el lugar en el que Hyesoo y yo acordamos reunirnos. Ese pensamiento tiene mucha relación con Harleen y poca con mi hermana, aunque esta última debería ser mi prioridad.

Quiero proteger a Hyesoo, ayudarla a huir tan lejos de aquí como sea posible, pero también quiero permanecer junto a Harleen.

Acelero cuanto puedo sabiendo que mientras más rápido llegue a mi hermana más rápido podré volver a donde está Harleen.

En el momento en que vislumbro la primera gasolinera en mi camino, reduzco la velocidad. Mis ojos barren sus alrededores en busca de un coche. Lo encuentro. Y entonces no tardo en dirigirme a este.

Apenas me detengo junto a la puerta de acompañante, la ventanilla tintada es bajada. Ver a Hyesoo es todo lo que necesito para desprenderme del casco. Una vez libre de este, inhalo hondo y hago la única pregunta para la que necesito respuesta:

—¿Dónde queda?

Según lo que dijo Taehyung media hora atrás, ya tienen un lugar al que ir, uno apartado de la ciudad y que puede darles refugio el tiempo suficiente para que yo me encargue de resolver la situación.

Cuando él estira el brazo hacia mí desde el asiento del conductor, para mostrarme la pantalla de su móvil, mi respiración se normaliza.

Hay un punto marcado en el mapa de Google y, tal como él me aseguró, parece bastante alejado de la urbe. Mientras analizo las ventajas y desventajas de ello, memorizo cada ruta y camino que debería tomarse para llegar allí. Si bien es un sitio apartado, no es complicado llegar a este.

Confiado de que podré llegar cuando sea el momento, asiento para que Taehyung pueda retirar su móvil y luego miro a Hyesoo.

—Si no es urgente, no me escribas —le indico—. Estaré allí en cuanto pueda.

Mi hermana no es conocida por acceder fácilmente a mis indicaciones, menos por confiar en la palabra ajena, por lo que me estremezco cuando dice:

—Lo sé.

Tanto como eso puede significar que acatará mi pedido, también puede tratarse de una frase armada para dejarme tranquilo. Suspiro con inquietud.

—Por favor, Hyesoo, no te muevas de ahí —insisto.

Cuando su mirada dura se ablanda, creo haberla convencido.

—Una semana —dice, no obstante, con un tono poco flexible—. Esperaré una semana. Si no llegas...

Siento los músculos de mi rostro tensarse. Inmediatamente, redirijo mi atención a Taehyung. Él quiere a mi hermana y ella, por lo que he visto las últimas veces, lo quiere a él. Taehyung es la única persona a la que ahora puedo recurrir en busca de ayuda.

Solo él puede convencerla de quedarse apartada de todo esto.

Entiendo que Taehyung ha visto la súplica en mis ojos cuando, a escondidas de Hyesoo, me da un ligero asentimiento.

Alivio me recorre al instante y por eso, apenas me despido, no dudo en ponerme el casco y conducir de regreso al aparcamiento del motel, donde le pedí a Harleen que me esperara.

En el camino, me limito a pensar en la conversación que ella y yo tuvimos antes de mi encuentro con Hyesoo y Taehyung. Mi corazón se agita de solo imaginarla regresando al pueblo. Su ex está allí y sospecha de mí, por ende no es un lugar seguro para ella.

CHERNÓBIL | YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora