Capítulo 24 | Primera parte

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Hyesoo

YOONGI

A una velocidad normal en coche, se tarda tres horas en ir desde La posada del rey a la ciudad de Castacana. En mi moto, y con la noticia que recibí por móvil dando vueltas en mi cabeza incesantemente, demoré dos. Ese lapso de tiempo fue borrado de mi memoria en cuanto puse mis pies dentro del departamento donde supuestamente estaba quedándose mi hermana. Aquí no encontré a Hyesoo, sino a Taehyung, quien me confirmó las palabras anteriormente dichas por móvil.

Sigue sin aparecer.

Hyesoo, mi única hermana, está desaparecida.

A pesar del temor que me inunda, lo primero que hago es interrogar sobre ello a Seokjin, a quien le pedí ayuda días atrás para cuidarla. Él no aporta mucho además de una mueca incómoda y un profundo sentimiento de culpa. Lo único útil que menciona es que Hyesoo tuvo una cita anoche, pero no tiene idea de con quién.

Por otro lado, está Kan Taehyung. Sí, el modelo que tuvimos secuestrado durante tres semanas y quien me llamó para comunicarme la desaparición de mi hermana, está aquí. Pero tampoco contribuye mucho cuando le pregunto si tiene alguna idea de dónde está ella. Solo me dice que cuando llegó esta mañana al edificio, Hyesoo ya no estaba. Seokjin confirmó sus palabras.

Así que, a partir de estas averiguaciones y un par de observaciones que hice dentro del departamento, no tengo mucho. Mierda. Lo único que tengo son escalofríos cuando miro hacia la mancha de vino en el suelo y la botella de vidrio, rota, que encontré dentro del tacho de residuos.

Hyesoo no está, nadie sabe nada de ella desde ayer y... y jodidamente empiezo a pensar lo peor.

Sin embargo, me opongo a la idea de buscarla cuando Taehyung se ofrece para hacerlo. Y es que, aunque ella está desaparecida, todavía no estoy seguro de que realmente lo esté por razones externas. Una parte de mí, egoísta quizá, desea que Hyesoo haya desaparecido por voluntad propia para alejarse de Taehyung. Necesito creer esto para mantenerme estable. Mierda. Eso sería mejor que la otra opción.

—Antes de dar por hecho su desaparición, comprobaré la información con mis contactos —respondo, entre dientes, a la propuesta de Taehyung.

Además, no sería bueno que él anduviera afuera, con su cara jodidamente conocida, preguntando por mi hermana. Esto incluso podría ser perjudicial.

Mi teoría de que Hyesoo siguió viéndose con Taehyung luego de la liberación toma fuerza cuando él aprieta la mandíbula. Con esa expresión dice más de lo que cualquier persona podría con mil palabras. Él está desesperado. Quiere a Hyesoo, no me cabe duda.

Vi a mi hermana enamorándose de él durante la estadía en su casa de la infancia, pero ella hizo lo correcto y lo dejó ir. Kan no parece haberla dejado ir en absoluto.

Ellos han estado viéndose los últimos días. Esto explicaría por qué Taehyung está tan preocupado. Él fue la cita misteriosa que Hyesoo tuvo anoche, pero tal vez algo salió mal y ella decidió huir. Maldita sea. Necesito que ella me llame por móvil y me confirme esto.

Tal es mi desesperación que cuando mi móvil suena y veo un número en la pantalla, automáticamente lo asocio con ella.

Pero, me confundo. Es RM. Y llama para avisarme que está en camino. Según sus palabras, estaba en Weakland cuando Taehyung lo llamó hace tres horas. Él nunca habla de su vida privada, por lo que cuando corta la llamada, solo sé que no tendré su ayuda hasta llegada la noche.

Como si su ausencia no fuera suficiente, apenas he guardado mi móvil en el bolsillo trasero del pantalón cuando Taehyung deja salir la idea más imbécil de todas: quiere hacer pública la desaparición de mi hermana.

—No, no lo harás —digo tenso.

—¿Por qué no? —­me devuelve también de mal humor—. Ella está desaparecida. Ya han pasado tres horas desde que llegaste y aún no tenemos noticias suyas. Además, no sabemos si está desaparecida de antes, y cada minuto que pasa podría ser peor para ella. Creo que deberíamos dejar esto en manos de la policía.

—No —insisto­—. Nosotros tenemos más recursos. Además, a Hyesoo no le gustaría que su nombre quedara registrado.

Sería un movimiento estúpido de nuestra parte, sobre todo si tenemos en cuenta lo reciente y llamativa que fue la liberación de Taehyung. Si la policía se inmiscuyera en esto, no tardarían en dejar de ver a Hyesoo como víctima y comenzar a verla como sospechosa. Ellos no solo la investigarían a fondo a ella, sino también a su entorno. Buscarían pistas en su pasado y... no, jodidamente no lo harán. Esto está fuera de discusión.

—Sin denuncias entonces —dice Taehyung antes de rodearme.

—¿Qué harás? ­—siseo.

Ya cerca de la puerta, dice:

—Interrogaré a sus vecinos. Alguien debe haber visto algo.

Luego sale y yo quedo dentro del departamento con Seokjin, quien sigue mirándome con culpa, como si realmente él fuera el responsable de esto.

Esquivo sus ojos y aprieto la mandíbula.

Si alguien tiene la culpa de que Hyesoo no esté aquí, ese soy yo. Si yo no me hubiera ido de su lado, esto definitivamente no estaría pasando.

Debí quedarme cerca y cuidarla, tal como hice cada vez que dijimos que nos separaríamos por un mes. Debí permanecer a su alrededor, escondido de su vista pero atento a cada detalle. Debí protegerla.

En su lugar, tomé la decisión más egoísta de todas. Fui a follar a Harleen.

Mis dientes chirrían al chocarse entre sí.

—Haré una llamada —informo a Seokjin, antes de caminar hacia una esquina de la sala y coger mi móvil otra vez.

Tengo un contacto en China que puede conseguirme el número de todas las personas que podrían tener idea de dónde se encuentra Hyesoo. Si ella ha recurrido a alguien para esfumarse, entonces alguno de ellos debe saber su paradero.

CHERNÓBIL | YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora