Capítulo 49

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Sarangjé

HARLEEN

Han pasado doce horas desde que oí a Yoongi por última vez. Para mí, han sido las más largas de toda mi vida, a pesar de que apenas unas horas después de haber ingresado con él al hospital me dijeran que estaba fuera de peligro, que si bien la bala había provocado hemorragia interna, la herida había sido perforante, es decir, que ya no estaba en su cuerpo, que así como había entrado también había salido.

Él no alcanzó a perder mucha sangre debido a la asistencia médica que tuvo apenas hubo perdido la consciencia. La ambulancia llegó rápido, gracias al pedido de Sheridan, y Yoongi fue trasladado inmediatamente al hospital.

Desde entonces, he estado aquí.

Sigo aquí, más que temiendo por su salud, ansiando verlo para quejarme con él por haber actuado a mis espaldas, por haber intervenido sin mi ayuda en el plan para atrapar al Clan Dunn, pero principalmente para insultarlo por haber puesto en riesgo su vida.

Joder. Él arriesgó su vida.

Más allá de que tenía un chaleco antibalas que lo protegía en gran medida, pienso que no tuvo en cuenta que mi tío podría haberle disparado en la cabeza. Él le hubiera pegado un tiro en medio de la frente si... si Hopper no hubiese actuado antes.

Al recordar ese preciso momento, mi corazón se estremece como si estuviese volviéndolo a vivir.

Todo pasó muy rápido.

En un segundo, yo estaba observando la escena delante de mis ojos, con miedo y asombro, y al siguiente vi que mi tío se desplomaba en el suelo tras haber recibido un disparo a la distancia. Él cayó frente a Yoongi, pero lo peor aún estaba por venir y lo supe en cuanto oí un segundo disparo.

Jared, a tres metros de distancia, había apuntado a la espalda de Yoongi y disparado a matar. Su puntería hizo que la bala ingresara justo por debajo de su axila, en el espacio que el chaleco lo dejaba sin protección. Por suerte, la bala rozó sus costillas y no logró dar con ningún órgano vital.

Si la bala se hubiese desviado apenas unos centímetros, entonces quizá las cosas serían muy diferentes ahora.

Tan diferentes que, en vez de estar leyendo el papel entre mis manos con una sonrisa, estaría llorando desconsolada, y sin Yoongi a metros de distancia, con su pecho elevándose y bajando constantemente en señal de que respira, de que vive y de que podré volver a verlo a los ojos.

Sentada a dos metros de la camilla donde está él, vuelvo la vista al papel que, aunque arrugado, descansa en mi regazo. Lo encontré en el bolsillo de mi pantalón hace una hora, cuando fui autorizada para entrar a la habitación y me senté aquí, en este mismo sitio, a la espera de que Yoongi despertara.

Faltan quince minutos para que sean las nueve de la mañana y yo todavía no puedo dejar de leer mis propias palabras.

Si nunca te vuelvo a ver, quiero que sepas que te amé.

Te amé incluso antes de conocerte bien y sé que, de haber tenido más tiempo, te hubiera amado hasta el final de mis días.

Tú fuiste el hombre de mis sueños, Choi Yoongi.

Tuya,

Harleen

El aire nostálgico en esta breve carta, la forma en que me despedí de él por si las cosas salían mal, me desestabiliza cada vez que la leo, pero a la vez me hace sentir afortunada de que nuestra historia no haya seguido ese rumbo.

CHERNÓBIL | YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora