— Estuve investigando señorita doctora, hay algo llamado risoterapia.
— Eso es correcto.
— ¿Eso de verdad funciona? Porque yo me río mucho, pero no por eso mi vida es mejor.
Al decir eso no quiero dar a ver que llevo una mala vida, todo lo contrario, puedo tener todo lo que quiera que se pueda comprar, vivo en una condición increible, tengo una novia que me ama mucho como yo a ella, familia maravillosa y la mejor pantera del mundo. Lo unico que no puedo cambiar es como funciona mi mente. Por lo menos no tan rápido como me gustaría, por eso vengo todos los miércoles con la doctora, quiero tenerlo todo bajo control, disfrutar lo que tengo sin sentirme mal al respecto.
— La risoterapia no significa una solución absoluta a tus problemas — hoy le había traido un té de naranja y canela con unas galletitas, hay que variar —. Es una forma de terapia que se utiliza más para aliviar el estrés, hay varios tipos de estrés, y no todos se pueden atacar de la misma forma.
— Es que no lo entiendo, si me estreso porque no puedo hacer una formula bien en quimica no se me va a pasar riéndome, sino haciendolo para aprobar la clase— muevo mis pasitas dentro de su bolsa.
Recién habia descubierto que las pasas son uvas pasadas, y nada me habia parecido mejor que eso.
— A veces la risoterapia puede o no ser efectiva, dependiendo de la situación.
— Dice entonces que no recomienda este tipo de terapia.
— Me refiero a que no todas las terapias funcionan para todos por igual — asiento varias veces. Supongo que reírme de manera forzosa de la nada hasta que en algún momento me cause risa de verdad no es para mi — Tu por ejemplo haces varios deportes, ¿Crees que eso te ayuda con el estrés?
— Si... pero hay una cosa señorita, creo que le tengo miedo al agua, yo hago natación, me gusta nadar, pero últimamente el agua dispara algo en mi que me descontrola, yo quiero tener el control — cuando se pone a anotar cosas en su libreta me pregunto si es algo malo.
— Es primera vez que hablas de tener el control — la pequeña doctora asiente. A veces me recuerda a mi jefesita la señorita Allyson —. Hace varias semanas cuando iniciamos estas sesiones estabas dispuesta a dejar que las cosas fueran desordenadas si ese era el caso, ¿Qué crees que ha cambiado?
— Todo, mire — me acomodo en el sofá —. Quiero ser sincera, me parece que el mundo está loco, y la cabeza me va por alla y por aca, y si no es el agua entonces son los ruidos fuertes, o la lluvia, o ver en peligro a los demás. Descubrí lo que es la contaminación ambiental de verdad, viniendo donde vengo, sabe el impacto que tuvo y tiene eso en mi cabeza — doy golpecitos a un lado de la frente con el dedo —. Ya no es todo tan emocionante ni lindo, no se trata de todas las comidas que nunca he probado ni todo esto de la tecnología, ¿sabe que? Estoy harta de mi movil y del internet, ayer vi que hubo un tiroteo en una escuela, yo estoy yendo a la escuela, ¿por qué es legal portar armas, o por que existen? ¿es de verdad seguro este pais o este planeta? ¿por qué hay un candidato a la presidencia que se expresa tan mal de las mujeres? ¿y los impuestos? No entiendo los impuestos — la cantidad de información que quiero soltar está saliendo no solo por mi boca sino también por todo mi cuerpo —. Y vi esta cosa, esta tonteria doctora, que hace como 50 años era ilegal casarse entre diferentes etnias, y hasta el año pasado no se podían casar las personas del mismo género, ¿Qué sentido tiene eso? Entonces si me hubiera perdido en otra época no tuviera todos esos "derechos" — hago comillas con los dedos — que tengo ahora, porque soy latina y me gustan las mujeres, ¿Qué... quien decide eso? ¿Por que alguien tiene que tener un control tan grande sobre mi, mi cuerpo, con quien comparto mi vida?