66

2.1K 141 50
                                    

He sido intencionalmente arrastrada desde la cocina a la habitación de mi mejor amiga para ver por unos solidos diez minutos como no organiza sus ideas y el único sonido en la habitación soy yo sorbiendo de mi té rojo.

Me digo que debería esperar más en lugar de decir algo tonto, ella le cuesta un poco abrirse, a la vez quiero darle su tiempo para que lo haga, asi que me recuesto de su brazo sin más, está muy en su cabeza como para sacudirme así que estoy a salvo de ser empujada a mil km de distancia.

— Creo que Normani ya no quiere estar conmigo — su tono de voz es tan apagado y en su cara ya no hay rastro de esa molestia que me dio miedo real, solo hay desilusión.

— ¿Por qué crees eso?

— Es una sensación, siempre dice estar muy ocupada, y lo sé porque he podido ver lo que es su trabajo, pero ya casi no hace tiempo para nosotras, y ¿Cómo mantenemos esto que tenemos si solo yo estoy esforzándome? — ultimamente  Dinah es la que va para donde su novia, lo he notado ya que a veces pasa varios dias sin dormir en su piso.

— China pero que no se vean todo el tiempo no quiere decir que no pueda funcionar lo que tienen — sé que puede sonar muy hipócrita desde mi posición porque he vivido con mi novia todo este tiempo y hemos estado separadas muy poco, sin embargo cuando no podemos estar juntas en el mismo espacio físico hemos estado bien.

— Si pero no sé Mila, sabes lo que me encanta la atención, ser el centro del mundo. No digo que tiene que dejar su carrera profesional por mi ni nada por el estilo pero por ejemplo si es viernes por la noche y estas libre el fin de semana por que vas a preferir adelantar trabajo a descansar o a estar con tu novia, ni siquiera le exijo un plan elaborado solamente me gustaría pasar el rato viendo drag race y comiendo porquerías. Eso me hace pensar que quizás no soy lo suficientemente madura para esto.

— No creo que sea algo de madurez, creo que es más que no están en el mismo punto de sus vidas, tu estas con la universidad y las pasantias y ella con su trabajo. Es que esto tienen que hablarlo...

— Estaba justo hablando de eso ahora...

— Hablarlo, no discutir — fue evidente que esa llamada telefónica entre ellas no terminó muy bien — DJ, yo pienso que Normani te quiere muchísimo y yo sé que tu también a ella — mi amiga tuvo un flechazo inmediato, nunca la vi así por nadie —. Las dos tienen que poner de su parte, no sirve de nada que dejes todo para ir con ella si cuando estas allá ella realmente no está contigo. Aveces solo podemos dar un poco de nosotros a la otra persona y eso está bien, pero aveces también es necesario pedir un poquito más.

— No apestas tanto en esto de conversar, pareces hasta lista — le ha cambiado el semblante a uno más sereno —. Voy a pensar las cosas mejor, esto de estar en una relación adulta es nuevo para mi, no había caído en cuenta de todo lo que conlleva convivir de esta manera con otra persona, es que, al principio siempre es divertido y fácil, feo se pone luego de que encuentras cosas cómo éstas. Supongo que tengo que aprender otras cosas — juega con sus manos —. Ahora, te doy permiso de darme un abrazo de máximo cinco segundos.

— Para estos casos es adecuado por lo menos diez — me lanzo en sus brazos antes de que se arrepienta y me aviente de la cama —. Trata de no hacerte historias trágicas en la cabeza, sé que te cuesta, pero también piensa que te mereces lo mejor — en este momento de alguna manera se ha vuelto pequeñita entre mis brazos.

— Esto de ser tan vulnerable todo el tiempo no me está gustando — puedo sentir sus enormes manos desprendiendome de su cuerpo.

— La vulnerabilidad combina con tus ojos — pestañea varias veces de forma coqueta y sonríe — ¿Te sientes mal por haber discutido con ella? — asiente como perrito abandonado — Entonces déjale al menos un mensaje, no ganas nada siendo orgullosa, sé que estás cansada de ser tu la de los primeros pasos, solo déjale saber que estas esperando a que ella tome esa iniciativa. Ahora, ¿Quién está lista para más abrazos?

Mi Chica de Cuidad | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora