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—Repiteme por qué ella está aquí— no intentaba ocultar la ironía de su voz.

—Te recuerdo que tu apareciste en último minuto, tu eres la que está de más cariñito— como me gusta decirle la verdad.

Después de llegar de la universidad mi madre me planteó salir, cosa que no hacemos desde ya hace tanto tiempo que no puedo recordar. Me pareció una idea excelente, necesitamos ponernos al día, también retomar nuestra relación, disfrutar de nosotras, porque me di cuenta lo rápido que puedo perder a las personas, hoy ella está aquí, mañana quizás no. La parte donde Dinah entra en esta ecuación es simple viniendo de ella, estaba en su casa recogiendo algunas cosas para llevarlas a su piso y decidió darse una vuelta por mi casa, a pesar de haberla dejado hace unas dos horas. Ella dice que no, pero yo sé que me extrañó y que por eso vino a visitarme.

—¿Sabes qué? Para esta cacharra tuya que me bajo, no merezco este desprecio— alguien necesita a Normani con urgencia.

—Deja la estupidez DJ, admite que te gusta mi camioneta y que mi madre no te cae tan mal— no es que yo anda intuyendo cosas, pero me gusta insinuar las que me gustaría que estuvieran pasando a ver si tengo suerte.

—Yo podría decir que Dinah Jane es un poco más tolerable ahora— oí ese murmuro con claridad por parte de mi madre.

—Y yo que es menos bruja que antes— le doy una mirada de desaprobación por el retrovisor, estamos haciendo un avance, debe colaborar— ¿Qué? Eso es algo bueno, de bruja descendió a hechicera. ¿Qué más quieres que diga?— seguía mirándola mal en cada momento que podía— Si puedo decir que es tolerante ahora Sinuhe, me cae mejor desde que ya no intenta oprimir a Camila hasta cuando quiere respirar— vamos de mal en peor.

—Estoy consciente de eso, no te lo discutire porque tienes razón— frene de golpe sin tener ningún auto alrededor, luego acelere ¿Escuché bien? ¿Mamá le dio la razón a Dinah?

—Si sigue así, apoyando a Camila en lo que haga y decida, puede que me agrade— agrega mi mejor amiga.

—Si fallo en el intento sé que tu no lo harás, nunca has abandonado a Camila, aprecio eso. Y aunque no seas mi persona favorita sé que eres buena para ella— me voy a desmayar.

—Aww, no puede ser por qué no estoy grabando— reacciono después de un momento de silencio. Toco el claxon, emocionada—. Podemos ahora ir a esas cabinas de fotos instantáneas, hacer varias sesiones, y repartirnos las fotos para ponerlas en nuestras carteras.

—Calmate ñoña, esto no es una película— Dinah insiste en romper todas y cada una de mis ilusiones—. No es sorpresa, soy la mejor en todo, no sé por qué te emocionas.

—Las quiero— sentencio con una sonrisa.

—Yo también te quiero cariño— mi madre no debería acariciarme el cabello mientras manejo.

—Chinita...— no se puede resistir a mi, yo lo sé.

—Ya babosa, sabes que yo también— gruñe, invadiendo más el espacio desde la parte central trasera de mi camioneta —. Me tienes varios días obligándome a decirte que te quiero, tus cupos se están agotando Camilita.

—Si claro, admite que te encanta decirmelo— con su mano mutante me dio una palmada en la frente. No se vale que me pegue cuando estoy manejando—¿Adonde vamos?

—Yo pensaba... en ir al spa— sugirió mi madre por lo bajo.

—Sinuhe, por más baños de chocolate que se dé la piel no se le va a rejuvenecer entiendalo— Dinah acaba de iniciar la guerra de nuevo. Por suerte, mi mamá la ignoró—. Mejor vamos al supermercado.

Mi Chica de Cuidad | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora