—Lauren perdón, perdón en serio— su cuerpo está en mi dirección pero sus ojos están enfocados en el suelo.
—Te perdono si dejas que te diga vaquita Lola— no busco insultarla ni mucho menos, es que esa canción me gusta mucho y a ella le va genial ese apodo—. Está todo bien, no hiciste nada con malas intenciones. Voy a hablar con la entrenadora para que te levante la suspensión, eres mi compañera y tenemos que entrenar juntas para estar en sincronía.
—¿De verdad?— levantó la mirada— Eso significaría mucho para mí, y, no sé por qué me tratas tan bien después de lo que pasó.
—No voy a ganar nada siendo tu enemiga y no me gusta ser mala con personas que no lo merecen—le dedico una sonrisa aunque ella no esté mirando hacia mi cara—, además no tienes la culpa, la defectuosa soy yo.
Yo sé que no hay nada malo conmigo que no se pueda solucionar pero todo esto se dio de algo que yo tengo y que nadie sabe, no puedo simplemente echarle la culpa a otros por algo que es mío y yo hice. Porque tengo estos episodios, que no los quiero pero los tengo, y debí anticipar que desde que el agua y yo no tenemos un buen pasado un plan como este no saldría del todo bien. Así que no puedo echarle la culpa a Lola, ni a la entrenadora por colocar esa práctica, yo me siento como la principal responsable de lo que me sucedió y yo debo tomar medidas para que no vuelva a ocurrir, no quiero terminar dejando natación porque realmente me gusta mucho y siento que soy buena, quiero tener una vida lo más normal posible dentro de lo que se entiende como normal. Quiero vencer mis miedos y dejarlos tan derrotados que más nunca puedan aparecer.
Dentro del ambiente escolar me di cuenta de que no es muy normal sacar el tema de la salud mental, es como si todo el mundo supiera de ello pero nadie se atreve a decir nada. Creo que a la gente le da vergüenza admitir que tiene un problema, o que lo tachen de diferente por tener una condición que no todo el mundo tiene. No es como si yo, o cualquier otra persona que esté pasando por lo mismo o algo similar, hubiera elegido sentirse así. A veces el mundo es injusto. Supongo que esto aplica para todo, la sociedad trata de reprimir en lo más que se pueda y hasta da miedo expresarse. Da miedo todo maldición.
Empiezo a ver que no todo es tan genial como creía al principio, sigue siendo divertido y un buen ambiente, pero la primera cosa que hagas "mal" o que no esté en el standard de lo correcto estás siendo la comidilla de todos, incluso de gente que no sabes de su existencia y tu menos sabes de ellos. Me sentí incómoda caminando por los pasillos y en los salones de clases, es como si todo el mundo supiera y todo el mundo hablará de ello, ¿Qué están hablando? ¿Qué es lo que saben? No es su problema, no entiendo porqué tiene que ser tema de conversación. Ni siquiera saben lo que sucedió. Y si antes me hacía sentir mal tener este tipo de episodios ahora me hace sentir peor, y no quiero hablarlo con el director o la consejera, porque en el momento dónde me ponga en un lugar vulnerable frente a ellos, será igual con los profesores, y no quiero un trato preferencial por tener una "condición especial" ni mucho menos. Quiero ser normal.
—¿Lauren?— escucho mi nombre, las voces y los sonidos son como algo de fondo en mi cabeza y estoy escuchando mis pensamientos tan altos que no me doy cuenta de que me están hablando—¿Lauren?
—¿Si?
—¿Estás bien? Hoy te ves un poco fuera de ti— estoy segura de que mi siamesa presiente que algo no está bien conmigo por nuestra conexión especial— ¿Estás ansiosa?
—¿Ansiosa?
—No dejas de mover tu pierna y estás destrozando la pajilla con tus dientes— miro mis manos y luego miro mis piernas, no me había dado cuenta de que estaba haciendo tal cosa—. Si te sientes mal podemos ir a la enfermería.