—Camila— la muevo con suavidad, por si está dormida.
—¿Mmm?— responde bajito, somnolienta.
—¿Crees que seamos unas egoístas?
No paraba de dar vueltas esa pregunta en mi cabeza. Habíamos hecho oficial con la familia que adoptariamos uno de mis bebés de mi copito, y todo andaba genial, hasta que me puse a pensar a futuro, en el proceso que será y todas las partes involucradas.
Que bonita es la vida cuando realmente eres, sin querer, ignorante de muchas cosas.
Camzi me ha dado la confianza de poder hablarle de lo que fuera, pero no había encontrado el momento, sé que está cansada, ha sido una semana dura para ambas, lo único bueno es que al final de la noche podemos acostarnos a dormir super abrazadas, me encantan sus abrazos de koala.
—¿Por qué la pregunta?— apoya su barbilla en mi pecho cuando levanta la cabeza.
—Porque vamos a quitarle un bebé a una madre para satisfacer nuestras necesidades— la encaro junto con la realidad más grande que ha salido de mis labios.
—¿Estás arrepintiéndote de adoptar al cachorro?
—No princesa para nada—me apresuro a decir—, sólo que estoy poniéndome en el lugar de Minina, no creo que sea grato para ella arrancarle uno de sus bebés.
—Bueno, ¿Le has dicho que quieres tener una mini cosita bajo nuestro cuidado?— tiene un buen punto. Su mano se interna por mi nuca, y comienza a darme cariñitos, de esos que me hacen sentir mejor cuando algo me preocupa.
— No sé cómo hablarle al respecto, no le veo nada bueno por dónde convencerla.
—Mi niña, me hace mucha ilusión tener un minino, yo sé que a ti también, pero si no te hace sentir bien del todo tenerlo entonces no lo tenemos y ya está, ¿Bien? Lo que quieras te voy a apoyar— me gusta su calma, y lo comprensiva que es en todo momento con todas mis tonterías—. Mira, descansemos, ¿Te parece? Seguro mañana después de los exámenes tendrás más lucidez, debes tener mucho corriendo por esa cabecita tuya— se inclina para darme un beso en la frente— ¿O quieres seguir platicando de esto?
— No, tienes razón bonita, necesito descansar y pensar las cosas— busco su mano debajo de las sábanas.
—Vale Laur...— se interrumpe a sí misma con un bostezo, que me da ganas de bostezar a mi también— si no puedes dormir o pasa algo más me despiertas, estoy para lo que sea— se vuelve a abrazar como koala a mi, con nuestras manos entrelazadas llevándolas a mi pecho. Es una posición no muy cómoda para mí, pero mi princesa se ve tan a gusto que no me atrevo a decirle nada— trata de descansar mi amor.
— Tu igual.
Pasó poco para que su respiración se hiciera lenta y pesada, mi Camzi se había quedado dormida en un santiamén, cerré los ojos, tratando de imitar lo calmo de su respirar, sin embargo a pesar de haberme puesto a contar ovejitas como me había dicho Taylor una vez cuando no podía dormir, yo no podía hacerlo de los nervios y la preocupación, no por los exámenes que tengo mañana de mis tutorías, que lo manejo muy bien aunque me costó al principio, sino por la conversación que tendré con mi Minina, vamos, que estamos hablando de quitarle un hijo a una madre que quiere y puede tenerlo, quererlo y cuidarlo.
Me siento como un monstruo con la idea de hacer eso, y a la vez me encantaría volver a ver crecer a un bebé felino, más ahora que puedo darle todo lo que necesita. Aunque su madre también puede darle todo ¡Ugh! Todo es tan complicado, sería mejor si estuviéramos todos en un mismo lugar, estúpidas reglas, estúpida sociedad, estúpido país.