Ese mismo día en la noche Taylor se había marchado aunque quería quedarse, no podía seguir postergando sus compromisos y además dejar solar a su novia, que estaba segura que era capaz de defenderse sola con toda la responsabilidad que tiene, aun así, debía volver a su vida, porque yo era una niña grande y bien portada, además de responsable, que le gustó ir a la escuela y que no piensa que va a tener problema alguno para integrarme.
Así que esta mañana salí con mi novia de casa, metiendo unos juguitos de cajita en el refri portátil para más tarde, con unos lentes de sol porque hoy parece que amaneció más temprano de lo normal. Voy riendo e imaginando como será mi día de hoy, digo, no todo puede ser tan perfecto ¿Verdad? Y no es que quiera echarme la mala suerte o crea en supersticiones pero todo está marchando relativamente bien que me asusta. Por lo menos a mí Minina le va a dar mucho gusto cuando le cuente todo mañana.
—Camz, ¿Cómo debo tomarme que me digan nombres?— juego con el cinturón de seguridad—. Ayer una señorita con la que hablé me dijo que parecía un cerebrito rockero.
—¿Y fue grosera al decirlo?
—No, bueno, yo la vi muy curiosa y amable, es que te acuerdas que resolví el ejercicio de cálculo, ella lo dijo porque di una buena respuesta supongo.
—Yo creo que eso es algo de cada quién. A mi Dinah me dice un montón de nombres y se lo tolero porque es mi idiota mejor amiga. Pero si alguien te empieza a molestar llamándote nombres no dejes que se sobrepase, yo sé que tú puedes poner a cualquiera en su lugar— hace una pausa—, con palabras, no golpes, sé que te gusta estar de boxeadora.
—Así le quita toda la diversión— le saco la lengua—, yo lo tomé como un halago, me gusta sentirme inteligente y que la gente lo note.
—Eres muy inteligente amor— las afueras de la escuela estaban abarrotadas de gente. Vi la hora en mi móvil, ya faltaban pocos minutos para entrar—¿Te acompaño adentro?
—Yo puedo sola, soy grande— me quitó el cinturón de seguridad para acercarme a ella—. Además no quiero que se te haga tarde, sé que si se te pasa un minuto te dejan afuera de la clase, y no quiero que pierdas clases por culpa de tu novia de secundaria— rozo mi nariz con la suya—. Estás especialmente guapa hoy— le doy un beso corto.
—Eso es porque me ves con ojos de amor— si ella se viera como yo la veo, uff, creo que se enamoraría de su misma.
—Amor es lo que siento por ti— presiono mis labios contra los suyos para un beso más prolongado, sé que no podíamos tener una sesión ardiente de pasión y desenfreno, pues no quiero perder tiempo limpiandome el desastre de lips y chapstick que se va a crear—¿Pasas por mi más tarde?
—Por supuesto mi niña, vas a tener que esperarme unos minutos, pero aquí estaré. Te amo.
—Te amo, ten un día productivo.
—Tu también cerebrito rockero.
El cambio de estar en el aire acondicionado del auto a el clima exterior lo noté cuando empecé a caminar un poco rápido, demonios que Miami estaba entrando en una ola de calor, y con esta ropa que traigo más incómoda me sentía. Hoy me vine un poco más "fresca" ya que no uso chaqueta, con una camisa de una banda llamada The 1975, mis jeans negros y por supuesto mis botas. Amo tanto las botas, con como la protección más poderosa del pie y por lo tanto pegaría unas patadas aniquilantes si se requiere la ocasion. Aunque no sé si sería del tipo que se caiga a golpes con la gente, que ya lo he hecho, pero ahora soy una toda una damita, civilizada, que va a la escuela y que peina su cabello a diario, tengo que avanzar.
Llegué cuando casi cierran la puerta, tomé el mismo asiento que utilicé ayer y saludé tímidamente a las dos señoritas, Lela y McKenzie, quienes me devolvieron el saludo de una manera muy amable y sonriente. Ayer el asiento que estaba detrás de mí estaba vacío, me percato de que hoy está ocupado porque a la persona de atrás se le ha caído su lápiz y yo como buena y bondadosa persona que soy me agachó a recogerlo para devolvérselo. Cuando veo de quién se trata quiero saltar de la silla.