Continuación de la llamada.
—¿Qué es lo que voy a sentir exactamente?— cuando usa su voz infantil más ganas me dan de hacerla mía.
—¿Tienes acompañantes?—me siento sobre la cama de masaje, ya estoy lo suficientemente relajada, ahora ayudaré a mi novia a relajarse. Me alejo sujetando bien la toalla contra mi pecho.
—No, estoy sola, Ally y Taylor no están— hoy es un buen día.
—Magnifico. Dime ni niña, ¿Estás ocupada?— fui directo a los lockers en busca de mi ropa sin esperar a Dinah o a mi madre.
—Para ti nunca Camzi.
—¿Qué tienes puesto?—inhalo fuerte, imagino el olor a chicle de su piel.
—Camisa corta, shorts cortos. Sin sostén, sólo bragas— juega con las tonalidades de su voz—. Debo suponer que estás casi desnuda.
—En proceso de vestimenta— ropa que planeaba desaparecer en instantes de nuevo —¿Por qué no te quitas esos shorts para mí? Sé una buena niña.
—Ya Camzi— ronronea el apodo que me ha puesto —¿Por qué en lugar de vestirte no te desvistes?— mi ingeniosa niña traviesa.
—Yo ordeno, tu obedeces— salió mi tono imponente —. Tu estás tensa, yo te alivio ¿Quieres que te alivie Laur?
—Si, si quiero—susurra. Ha jadeado, pocas cosas pueden significar eso.