12. Quinto año: Enfermería.

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Cuando desperté estaba acostada en una camilla de la enfermería y Madame Pomfey estaba junto a mi.

—Despertaste cariño.—me dijo dulcemente mientras preparaba una poción.—Te diste un golpe duro pero con esto el dolor pasará.—me entregó la poción en un vaso y la tomé sin chistar.

—Gracias.—murmuré.—¿Qué me pasó?

—Caíste de tu escoba y te diste la cabeza contra el suelo, te desmayaste y la nariz te sangró.—me respondió quitándome el vaso de las manos y asentí volviendo a acostarme.—La poción tardará un par de minutos en hacer efecto pero el dolor pasará, tendrás que quedarte aquí por lo menos esta noche.

—De acuerdo.—asentí suavemente, mi cabeza dolía muchísimo.—Gracias Madame Pomfey.

—No es nada cariño.—me dedicó una sonrisa antes de irse.

Al rato, cuando el dolor comenzó a disminuir, Alec abrió la cortina de una manera exagerada y vino junto a Lorcan, Ruby, Lysander y Alice.

—¡Casi te matas!.—me dijo exageradamente y reí ante eso.—¿Qué tal estás?

—Ya no duele tanto.—respondí encogiéndome de hombros.

—¿Qué fue lo que pasó?.— preguntó Ruby tomando mi mano.

—Lo último que recuerdo es a una bludger venir hacia mi ya Nott gritándome para avisarme que venía, intenté irme hacia abajo pero iba muy rápido y me desequilibré, y luego todo se oscureció.—suspiré.—¿Quién ganó el partido ?

—Slytherin.—respondió Lysander y volvió a suspirar.

—Pero no fue tu culpa, las bludger estaban locas hoy.—dijo Alice sentándose a mi lado.

—Es cierto, casi te golpea antes de eso al igual que a Fred y a Michael Zabini.—dijo Lorcan e hice una mueca.

—Nosotros esperaremos afuera, el equipo quiere verte.—dijo Alec y asentí. Los cinco salieron y entraron por la cortina algunos miembros del equipo, Dennis, Roxanne, Fred y James.

—Por dios Alhena ¿Estás bien?.—me preguntó Roxanne acercándose a la camilla.

—Algo.—respondí soltando una leve risa.

—Lo siento, no llegué a quitar la bludger del camino.—dijo Fred con preocupación.

—no te preocupes Fred, no es tu culpa.—dijo intentando calmarlo.—las bludger estaban locas hoy.

—Alteras hasta a las bludgers, eh.—dijo James soltando una risa y aunque rodé los ojos no pude evitar reírme también.

—Chicos, deben irse, la señorita Avery debe descansar.—dijo Madame Pomfey mientras entraba por las cortinas con mantas en la mano.—Te traje esto, cariño.—extendió la manta en la cama y le sonríe con cariño.

—Gracias.—murmuré y me cubrí con las mantas.

—Adiós Alhena, nos vemos luego.—Roxanne me sonrío y se fue junto a Fred.

—Descansa así podrás jugar pronto.—reí ante el comentario de Dennis y se fue.

—Adiós, cuídate.—voltee hacia James cuando me habló y le dediqué una pequeña sonrisa que fue correspondida, luego de unos segundos se fue.

Cuando quedé sola fue realmente extraño, jamás había estado toda una noche en la enfermería, lo máximo había sido una tarde entera cuando me lastimé el dedo jugando Quidditch en tercer año. Intenté dormir un poco pero fue inútil, así que me dedique a conjurar pequeños muñequitos de papel con mi varita para entretenerme.

Quedé así un rato hasta que escuché unos ruidos provenientes del suelo, más específicamente por debajo de la cama. Me quedé quieta en mi lugar y a los segundos el zorro del bosque se sentó en sus patas traseras sobre la silla que estaba junto a la cama.

—¿Qué haces aquí?.—murmuré y me senté en la cama con cuidado de no mover mi cabeza.—No tengo galletas para ti, casi muero hoy.—expliqué como si el zorro me was a respondedor.

El pequeño zorro de acercamiento con cuidado y de un leve salto se subió a la cama, quedando sentado a mi lado. Extendí mi mano hacia el y acaricié su cabeza suavemente, provocando que cerrara los ojos.

—Aún debo pensar en un nombre para ti.—dije mientras continuaba acariciándolo.—Aunque es extraño ver un zorro en Hogwarts ¿de dónde habrás salido?.—volví a recostarme en la cama y el zorro apoyó su cabeza sobre mi brazo.

Me quedé pensando por varios minutos, en parte un nombre para el zorro y en parte de donde habrá salido, jamás había visto otro en los terrenos de Hogwarts, ni siquiera en Hogsmeade. Sin darme cuenta me quedé profundamente dormida.


Cuando desperté a la mañana siguiente el zorro ya no estaba a mi lado así que aproveché para acomodarme mejor en la cama. Un tiempo después los elfos trajeron el desayuno. Pasada una hora, Madame Pomfey entró también.

—Buenos días ¿Qué tal te encuentras hoy?.— preguntó amablemente.

—Buenos días Madame Pomfey.—respondí.—Mucho mejor, apenas siento dolor.—ella asintió y me dió otra poción que bebí.

—Hoy irás a tu sala común pero te haré una nota para tus maestros, no podrás ir a clases mañana y pasarás todo el resto del día y mañana en tu cama en la torre de Gryffindor y el lunes vendrás por la tarde para una revisión ¿De acuerdo?.—explicó y asentí.

Luego de que Madame Pomfey hiciera las notas y me las entregara, me acompañó a mi sala común donde me esperaban mis amigos. Ruby me ayudó a subir hacia la habitación y me dejó sobre la cama.

—Hola Alhe.—escuché la voz de Bonnie y sonríe.

—Hola Bonnie.—la saludé y ella se sentó a mi lado en la cama.

—¿Qué tal estás?.— preguntó la castaña.

—Mucho mejor aunque aún me duele un poco la cabeza.—respondí haciendo una mueca.

—Lamento eso.—hizo una mueca con sus labios y sacó una bolsa de golosinas de su bolsillo.—Te conseguí estos ayer, tal vez que ayuden a sentirte mejor.—extendió la bolsa hacia mi y la tomé.

—Gracias Bonnie.—le sonríe mostrándole los dientes.—Es muy amable de tu parte.

—No hay de que.—sonrío de vuelta.

Me pasé todo el domingo en mi cama, comí un par de golosinas que Bonnie me obsequió, Ruby estuvo a mi lado todo el día, adelanté un par de deberes y luego Alec y Lorcan lograron colarse al dormitorio, aunque no era la primera vez, y pude dormir sin problemas aunque la cabeza aun me dolía un poco.

Cuando desperté el lunes por la mañana le entregué a Ruby las notas para los maestros y luego se fue, un elfo me sacó el desayuno a la cama, adelanté más deberes y con cuidado tomé una ducha, el agua tibia ayudó mucho y la cabeza ya no me dolía.

Para la hora del almuerzo ya me sentí perfectamente, ningún dolor y aunque tuve que almorzar en mi cama, Ruby y Bonnie aparecieron luego de que la hora del almuerzo terminara.

—¿Qué tal estás?.— preguntó Ruby dejando su mochila sobre su cama.

—En perfecto estado.—dije sentándome sobre el colchón.

—Te traje los apuntes de botánica y cuidado de criaturas mágicas, y Alec me dió los suyos de adivinación para ti.—dijo sacando unos pergaminos de su mochila y entregándomelos.—Y Alice te manda saludos.

—Gracias Ru.—le sonreí y tomé los pergaminos.—Cuando termine de copiarlos te los devuelvo.

—Oh y James te manda los suyos de aritmancia.—me dijo Bonnie dándome los pergaminos de James.

—Gracias Bonnie.—le agradecí.—Cuando termine de copiarlos se los devuelvo, lo haré ahora para luego ir a la enfermería por mi revisión.

Sin más me levanté de la cama para ir a mi mesa y comenzar a copiar los pergaminos, estuve aproximadamente una hora y le devolví a Ruby los suyos. Bonnie se había ido y no sabía dónde darle a los de James así que decidió que se los daría si la veía a ella o a James de camino a la enfermería.

Bajé a la sala común y me acerqué a Lorcan y Alec, saludándolos con una sonrisa al verlos.

—¿Estás mejor?.— preguntó Lorcan al verme y asentí.—Mamá te envío pudín.

—Muchas gracias Lorc, envíale saludos y mis agradecimientos.—dije tomando el pequeño paquete que Lorcan me dió y guardándolo en el bolsillo de mi suéter. Amo los pudines de la señora Scamander.—Ten Alec, gracias por tus notas.—le devolví los pergaminos a Alec.

—Oh, no agradezcas.—tomó sus pergaminos y me dió una caricia en el hombro.

—Los veo luego chicos, debo ir a la enfermería por una revisión.—ambos asintieron y luego me fui.

Cuando salía por el cuadro me encontré con Louis y Fred Weasley, quienes entraron a la sala común.

—Viviste.—dijo Louis al verme y asentí soltando una risa.

—¿Estás mejor?.— preguntó Fred.

—Si Fred, no te preocupes.—le dediqué una pequeña.—Por cierto ¿sabes dónde está James?

—Creo que lo vi yendo hacia el gran comedor.

—De acuerdo, gracias.—me despedí de ambos y fui directo a la enfermería, si veía a James le daría sus pergaminos.

Cuando entré vi a Madame Pomfey espetándome con una cariñosa sonrisa, me acerqué sentándome en la camilla como me indica.

—¿Cómo pasaste la noche?.— preguntó dándome un chequeo general con sus herramientas.

—Muy bien, ya no duele nada y pude caminar sin problemas y sin ningún dolor.—expliqué moviendo mis pies.

—Bien, podrás volver a las clases mañana pero nada de Quidditch por dos semanas.—suspiré al escucharla.—Te daré una nota para que se la entregues a Wood.—asentí y ella escribió la nota mientras continuaba moviendo mis pies.—Ten cariño.—tomé la nota y me levanté de la camilla.—Ante cualquier cosa que sientas ven de inmediato para aquí.

—Si Madame Pomfey, muchísimas gracias.—agradecí con una sonrisa y me fui de la enfermería.

Caminaba hacia la sala común cuando me crucé a James, iba solo a diferencia de siempre y tenía la cara llena de polvo y olía a tierra mojada.

—James.—lo llamé y el se volteó hacia mi.

—Hola.—me sonrío levemente y le devolví el gesto.

—Quería devolverte esto y gracias por dejármelos.—extendí los pergaminos hacia el y los tomados.

—No hay de que.—los dobló a la mitad y los guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.—¿Te sientes mejor?

—Muchísimo pero no podré jugar por dos semanas, Madame Pomfey terminó de darme una nota para Wood sobre eso.—mordí mi labio inferior haciendo una mueca.

—Se alterará.—dijo riendo.—Y tendrá que buscar una suplente para nuestra mejor cazadora, no será fácil.—sonríe ante eso.—¿Hacia dónde ibas?

—La sala común.—respondí.

—¿Te molesta si te acompaña? Prometo quedarme callado.

—Bien, vamos.—reí y ambos caminamos en silencio hacia la sala común.

No fue incómodo para nada y cumplió su promesa de quedarse callado. Nos separamos al entrar a la sala común y me acerqué a Dennis quien estaba haciendo deberes en una de las mesas.

—Hola Dennis.—dije nerviosa.

—Hola Alhena ¿Cómo te sientes?.—dejó sus libros de lado para mirarme.

—Mejor.—asentí moviendo mis pies.—Pero tengo malas noticias.—hice una mueca al ver su rostro.—Madame Pomfey dice que no puedo jugar por dos semanas.—extendí la nota hacia el y se la entregué, la leyó con una expresión de preocupación en su rostro.

—Mierda tendré que buscar un suplente para los siguientes dos partidos.—dijo suspirando y dejando la nota de lado.—Pero lo importante es que estás mejor y que vas a descansar estas dos semanas para volver al campo como nueva.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora