21. Quinto año: La cita de Ruby.

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Era viernes por la tarde y las clases habían terminado, eso significa que la cita de Ruby se acercaba.

—¿Qué vas a ponerte hoy?.—dije mientras terminaba mi tarea de botánica, ambas estábamos en una de las mesas de la biblioteca junto a Alice.

—No lo sé bien aún, hoy hace mucho frío así que pensaba en esos pantalones blancos que llevé una vez a una fiesta, son bonitos.—dijo mientras escribía.

—Es una buena opción.—dijo Alice.—junto con un suéter o una chaqueta.

—Creo que el suéter es mejor.—dije y ambas asintieron.—¿No te dijo a dónde irán?.—pregunté.

—No.—negó Ruby.—Tal vez decidamos algo entre los dos.

—Tal vez, aunque él es algo extraño.—dijo Alice haciendo una mueca y las tres reímos.

—Volviendo al tema de la cita, te ayudaré a prepararte.—dijo cerrando mi libro.

—Eso sería genial ¿tu vienes, Alice?.—preguntó Ruby hacia la rubia.

—No, lo siento pero debo entrenar hoy.—dijo haciendo una mueca.

—No te preocupes.—le sonrío Ruby.

-o-

Luego de la cena, me encontraba junto a Ruby en la habitación tratando de buscar un lindo atuendo para ella.

—Con los tenis negros se verá bien.—dije juntando los pantalones blancos y los tenis sobre la cama.

—Y el suéter morado.—dijo sacando el suéter de su baúl.

—Me parece bien.—ambas asentimos.

—Iré a cambiarme y luego me peinaré.—aún se encontraba envuelta en una toalla por su reciente ducha así que tomó su ropa y se metió al baño para poder vestirse, una vez lista, se sentó en su escritorio para poder peinarse.—¿Cabello suelto o recogido?

—Suelto.—dije.—Tus rizos se verán bonitos.

—Tienes razón.—dejó su cabello suelto al natural y comenzó a maquillarse.

—Tengo esto que tal vez te guste.—dije buscando unos brillos en mi cajón, una vez que los encontré se los extendí.—quedan bonitos en los ojos.

—Gracias ¿me ayudas a ponerlos?.—asentí y me senté a su lado para ayudarla con su maquillaje.

—Te ves hermosa.—dije cuando estaba lista.

—Gracias.—dijo con un leve sonrojo en sus mejillas.—¿Qué hora es?.—preguntó viendo su reloj.—Mierda ya son las nueve.

—Ve entonces.—dije levantándome de la silla y ella hizo lo mismo.

—Te veo en cuando termine la cita y te contaré todo.—dijo despidiéndose con un abrazo antes de irse.

—Adiós, suerte.—cerré la puerta en cuanto ella se fue y me lancé a mi cama boca arriba mirando hacia el techo.

No tenía nada interesante que hacer, Ruby estaba en su cita, Alice y Lysander entrenaban, y Lorcan y Alec estaba viendo el entrenamiento así que decidí bajar a la sala común por un rato con un libro muggle en la mano y una bolsa de varitas de regaliz en el bolsillo del pantalón.

Me senté en uno de los sofás frente a la chimenea, abrí el libro y comencé a leerlo mientras de vez en cuando comía una varita de regaliz de la bolsa que había dejado a mi lado en el sofá, hasta que un ruido interrumpió mi lectura. No había casi nadie en la sala común y el ruido había venido de una de las sillas en las que no había nadie. La silla se había movido pero luego lentamente volvió a su lugar original y había quedado barro en el respaldo de la silla. No le di importancia y continué con mi lectura.

Me quedé así como por una hora hasta terminarme la bolsa de varitas de regaliz, seguramente me dolería el estómago mañana. Guardé la bolsa vacía en mi bolsillo y continué con mi libro hasta que una voz me interrumpió.

—¿Sola esta noche?.—James se había aparecido por detrás del sofá dándome un pequeño susto.

—Potter, me asustaste.—cerré el libro volteando hacia el.

—Lo siento.—soltó una pequeña risita.—¿Puedo?.—preguntó apuntando el lugar a mi lado y asentí.—¿Qué leías?.—preguntó una vez que tomó asiento.

—Es un libro muggle que Ruby me regaló en navidad, su padre enseña literatura y sabe donde conseguirlos así que siempre me regala uno.

—¿Qué es eso que enseña su padre?.—preguntó curioso.

—Es una asignatura muggle y te enseñan sobre libros, autores, escribir, gramática y esas cosas.—dije encogiéndome de hombros.

—Suena interesante ¿Y de que trata el libro?

—Se llama "Peter Pan" y es un cuento infantil que trata sobre un adolescente que se lleva niños perdidos a un país llamado nunca jamás, que en realidad es el cielo porque esos niños están muertos.—expliqué.

—¿Peter Pan los mató?.—preguntó algo alarmado.

—No, no, el sólo se encarga de llevarlos al cielo y cuidarlos ahí.

—No suena muy infantil.

—Te aseguro que lo es.—dije sonriendo levemente.—Cuando lo termine puedo prestártelo si quieres.

—¿En serio? eso me encantaría.—me devolvió la sonrisa.

-o-

Una hora después de eso me encontraba nuevamente en mi habitación con el pijama puesto antes de irme a dormir. Ninguna de las demás chicas estaba así que no hubo tanto alboroto pero justo cuando me senté en mi cama Ruby apareció por la puerta.

—Hola.—dijo entrando a la habitación.

—Hola.—dije con una sonrisa.—¿Qué tal te fue?.

—Bien.—dijo haciendo una mueca.

—¿Segura?.—pregunté elevando una de mis cejas y ella no dijo nada.

—Hay algo que debo decirte.—soltó luego de unos segundos, comenzaba a preocuparme.

—Sabes que puedes decirme lo que sea.—dije levantándome de la cama y quedando frente a ella.

—La cita estuvo bien sólo que no se sentía...—hizo una pausa soltando un suspiro.—...correcto.—murmuró.

—¿Algo pasó?.—pregunté preocupada.

—Nos besamos.—dijo, pero no se veían contenta.

—¿No querías hacerlo?.—pregunté algo alarmada.

—No es eso, si quería, bueno, quise por un momento pero...—se quedó callada.

—¿Pero...?

—Pero no se sintió bien porque no era ella.—soltó un leve suspiro.—No siento atracción por Brandon, nunca lo sentiré por ningún otro chico y ni siquiera el beso que tuve con Alec hace unos años se sintió bien y no es que no se haya sentido bien porque es mi amigo, no se sintió bien porque no me gustan los chicos.—me sorprendí al escucharla y me quedé callada por unos segundos.

—Ruby...—murmuré colocando mi mano sobre su espalda y ambas nos sentamos sobre mi cama pero ella tenía su cabeza baja.—Está bien, no tienes que preocuparte por eso.

—Nunca había entendido porque me sentía tan extraña conmigo misma, hasta la noche que vimos a Bonnie junto a Jazmín en la sala común. No me gusta Brandon, me gusta Bonnie.—soltó un suspiro y no dudé en abrazarla.

—No me imagino lo difícil que habrá sido para ti no poder comprenderte a ti misma ni sentirte cómoda, y lamento que hayas tenido que afrontar eso sola.—dije aún abrazándola y acariciando su espalda.—Pero no tienes porque fingir ser alguien más, menos conmigo. Eres mi mejor amiga y eso seguirá así sin importar nada, incluso esto, porque esto es parte de lo que eres y no hay nada más hermoso para mi que verte feliz aceptándote por cómo eres realmente, porque te quiero y eso jamás cambiará.—a esta altura ella estaba llorando y yo continuaba con el abrazo y las caricias.

—Gracias.—murmuró luego de unos minutos limpiándose las lágrimas.—no sabes lo mucho que significa eso para mi.

—Me alegra de que tengas la confianza no sólo en mi sino también en ti misma para poder admitirlo en voz alta. Estoy orgullosa de ti, Ru.

—¿Cómo crees que lo tomen los demás?.—preguntó acomodándose en la cama.

—¿Alec y Lorcan?.—pregunté y ella asintió.—Si realmente te quieren y te respetan entonces estoy segura de que lo tomarán bien y que no tendrán ningún problema, pero si ellos o alguien más dice algo malo sobre ti te juro que les arrancaré la cabeza sin necesidad de usar magia.—ambas soltamos una pequeña risita.—¿Tuviste que decirle a Brandon?.

—Si.—asintió.—Y fue mejor de lo que esperaba, me pidió disculpas si en algún momento el me incomodó y me pidió ser sólo amigos, y que si necesitaba hablar con alguien sobre eso el estaría encantado en ayudarme.

—Y yo que pensaba que el era un tonto.—reí y ambas nos lanzamos a mi cama boca arriba una junto a la otra.

—Es buena persona.—soltó Ruby.

Nos quedamos así como por una hora, hablando de tonterías, libros, comiendo dulces y pasando el rato disfrutando de la compañía de la otra. Momentos como estos son los que más valoraba.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora