14. Quinto año: Fin de semana en casa.

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Ya había pasado un mes y eso significa que dentro de poco tendría que ir a casa por el fin de semana. La profesora McGonagall ya había sido informada y me había dicho que el expreso sale de la estación el viernes por la noche después de la cena y volvería el domingo por la tarde.

Hoy es jueves por la noche a mediados de noviembre así que Ruby estaba ayudándome a guardar algunas de mis cosas en mi baúl. Sólo guardé algo de ropa que no es el uniforme, mi varita, mis libros para adelantar deberes y golosinas.

Mientras terminábamos de cerrar el baúl, Bonnie entró en la habitación, se veía algo enfadada.

—¿Está todo bien?.— preguntó Ruby.

—Si, no te preocupes.—suspiró y se sentó en su cama.—¿Quién irá a casa?.— preguntó al ver el baúl cerrado.

—Yo iré por el fin de semana.—respondí bajando el baúl de la cama y dejándolo en el suelo.

—Oh ¿está todo bien?.— preguntó.

—Si, eso creo, mi padre quiere mandar a hacer túnicas nuevas.—me encogí de hombros y Bonnie asintió.

Cuando desperté al otro día lo único que quería era detener el tiempo y quedarme en mi cama por siempre, pero no, debía ir a clases.

El día pasó rápido, en el almuerzo también se nos unieron Lysander y Alice ya que no los vería en todo el fin de semana y los extrañaría. Últimamente también me volví muy unidos a ellos.

Cuando volvía a la sala común escuché a Bonnie y James discutir en un aula vacía, y se que no estuvo bien haber escuchado un poco de su conversación pero no se veían bien las cosas por la manera en la cual se hablaron.

—¿Si sabes que terminará como siempre?.—dijo James molesto.

—Tu que sabes.—respondió Bonnie enojada.—prometió que no sería así esta vez.

—Te está manipulando Bonnie.—James elevó un poco la voz.—Y no me quedaré haciendo nada mientras a mi mejor amiga la están usando como simple diversión de ratos frente a mi rostro.

Decidí ya no oír más, se notaba bastante personal así que fui metiéndome en el cuadro para entrar a la sala común donde me esperaban mis amigos.

Pasamos el resto de la tarde conversando, comiendo ranas de chocolate y disfrutando de la compañía del otro, fue agradable. Cuando dieron las ocho fuimos al gran comedor por la cena, había pasta esa noche y estaba realmente deliciosa.

—Promete que nos responderás todas las cartas.—dijo Alec mientras terminaba su plato de comida.

—Lo prometo.—sonríe de lado y continúa comiendo.

—Luego de las vacaciones es tu cumpleaños Ruby.—dijo Lorcan.—Y luego el tuyo Alhe.

—Cierto.—asentí terminando mi pasta.

—Pronto tendremos 16.—suspiró Ruby.—Aunque faltan unos meses, el mío es en abril y el de Alhe en junio. Y luego tenemos el de Alec en verano.

—pero falta mucho para eso.—respondió Alec rodando los ojos.

Ruby es la mayor de nosotros por meses, ella cumple el 10 de abril, mi cumpleaños es el 12 de junio y el de Alec es el 20 de julio, y a pesar de que cumpliera en verano, siempre encontrábamos una manera de estar los cuatro juntos ese día, mayormente en su casa junto a sus padres. Su madre siempre nos hornea pasteles y su padre hace la cena para todos.

Estuvimos al rededor de una hora en el gran comedor, de postre hubo helado y comí una gran cantidad de este, Lysander y Alice se nos unieron a la mesa luego del postre y los seis conversamos por un buen rato antes de que tenga que irme. Me despedí de Alice y Lysander con un gran abrazo y luego mis amigos me acompañaron a la sala común por mis cosas.

—Voy a extrañarte.—dijo Lorcan mientras pasaba un brazo por mis hombros. Correspondí al abrazo colocando mi brazo en su espalda.

—Será horrible dormir sin ti.—dijo Ruby uniéndose al abrazo junto a Alec.

—Tendrás a Bonnie.—dije abrazándolos también.

—Lo sé pero ella últimamente viene muy tarde o cuando ya estoy dormida.

—Lamento interrumpir su charla de pijamas pero es mi turno de decir que te extrañaré.—reí ante el comentario de Alec.

Me acompañaron hacia la salida del castillo, había aproximadamente otros diez alumnos de otras casas. Sabía que se permitió salir los fines de semana para ir a casa y dormir fuera pero nunca lo había hecho. Les di un último abrazo a cada uno y Hagrid nos acompañó a todos hasta la estación de tren, y una vez que todos estuvimos dentro y el expreso salió, el se marchó hacia el castillo no sin antes despedirse de cada uno de nosotros.

Busque un lugar vacío ya que no conocía a nadie de las demás personas que iban en el tren. Dejé mis cosas en la parte de arriba y luego me senté a pensar mientras miraba el camino. Pensaba en todo lo que podría llegar a pasar este fin de semana, deseando que realmente sólo sea por una túnica nueva. No me di cuenta en que momento me quedé dormida, lo último que recuerdo antes de cerrar los ojos es haberme acomodado mi cabeza sobre mi mano y recostándome en el asiento.

El ruido del tren me despertó, algo apresurada me levanté y tomé mis cosas, desde la ventana pude ver a mi padre que estaba esperándome cerca de los muros con su típica pose y ropa extraña. Salí del tren arrastrando mi baúl y me dirigí hacia el, quien al verme sólo tomó mi baúl en manos.

—Hola padre.—dije elevando un poco mi mentón.

—Hola Alhena.—respondió.—Vámonos que ya es tarde y el elfo te necesita mañana temprano.

Asentí y ambos salimos del andén 9 3/4 por el muro, fuimos hasta el callejón Diagon e hicimos una aparición para llegar a casa.

—Si ya cenaste entonces puedes subir.—dijo con seriedad dejando el baúl sobre el suelo y dirigiéndose a su oficina.

Suspiré quedándome parada ahí por unos segundos, hasta que el elfo doméstico apareció frente a mi.

—Joven ama ¿necesita que lleve sus pertenencias hacia su recámara?.— preguntó Boink.

—Hola Boink, si por favor.—asentí y el elfo subió las escaleras con el baúl en sus manos mientras lo seguían.—Gracias.—dije al llegar, Boink dejó el baúl en el suelo y luego se dirigió hacia mi nuevamente.

—¿Va a querer cenar, joven ama?.

—No Boink, ya cené en la escuela antes de venir, gracias por la oferta.—el elfo asintió y desapareció de la habitación chasqueando sus dedos.

Al estar sola en mi habitación solté un gran suspiro y me dirigí al baño para tomar una ducha, me puse mi pijama y me recosté en mi cama sin ni siquiera acomodar las cosas que estaban en mi baúl.

Al día siguiente boink vino a despertarme a las 06:00 am. me dijo que deberia estar lista y bajar en media hora. Obedecí y con algo de sueño caminé hacia el baño, lavé mis dientes, mi rostro y me quité el pijama para vestirme con unos jeans oscuros, una blusa color blanca y un suéter color marrón claro encima, me puse los zapatos y bajé a la sala donde mi padre ya me esperaba.

—Buenos días.—dijo seriamente mientras dejaba el diario de lado.

—Buenos días.—respondí.

—La modista y su elfo no deben tardar en llegar, aún quedan 10 minutos.—me dijo y volvió su mirada al diario. Asentí y me tomé asiento en uno de los sofás individuales de la sala.

Unos minutos después se escucharon ruidos provenientes de la chimenea, apareciendo luego la modista que siempre me hacía las túnicas junto a su elfo. La señora tiene unos 40 años, su cabello es oscuro y siempre lo lleva atado, usa ropas oscuras y largas, sus manos son huesudas y algo frías.

—Buenos días.—dijo elegante.

—Buenos días señora Fledder.—dijimos al mismo tiempo mi padre y yo.

—Alhena, haz crecido.—dijo mirándome de arriba hacia abajo mientras me levantaba el sofá.

—Algo, creo.—sonreí de lado.

—Boink, prepara un juego de té para dos.—ordenó mi padre y nuestro elfo asintió para luego desaparecerse.

El elfo de la señora Fledder puso una especie de caja dura circular para que me parara sobre ella y así lo hice.

—¿Cómo será tu túnica este año?.— preguntó mientras hacía medir mis brazos con un centímetro que controlaba con su varita.

—Debe ser el mejor que haga hasta ahora, elegante, con clase y debe tener botones dorados.—dijo mi padre mientras el elfo anotaba lo que decía.

—Podría ser color azul o verde.—sugirió la señora Fledder.

—Creo que azul estará bien.—dije.—La túnica del año pasado fue verde.

—Tienes razón, que sea azul.—asintió mi padre y tomó un poco de té cuando Boink sirvió, sirviéndole a la señora Fledder también.

—Señora Fledder ¿podría hacer la túnica sin el cuello en la parte de atrás? es que me da comezón.—pedí y ella asintió.

—Claro, podemos hacer un leve escote en V y unirlo con un botón aquí.—dijo señalando justo debajo de las clavículas.

La cosa siguió así durante una hora y media, la señora Fledder y mi padre hablaron de la túnica mientras la mujer tomaba mis medidas y hacía anotaciones, realmente quería bajarme de ahí y volver a la cama.

—Eso es todo.—dijo por fin la mujer.

—Muchas gracias señora Fledder.—dije y me bajé de la caja.

Mi padre pagó por la túnica por adelantado y ambos nos despedimos de la señora Fledder antes de ir a desayunar. Fue un desayuno silencioso pero lo bueno es que Boink había preparado pastel de fresas para mi y estaba delicioso.

Luego del almuerzo estaba en el patio mientras leía mi libro de aritmancia para adelantar mi lectura de la próxima clase cuando Boink se apareció junto a mi.

—Joven ama, el amo Colin desea verla en su oficina ahora.—dijo.

—De acuerdo, gracias Boink.—cerré mi libro y caminé de inmediato hacia la mansión, fui a la oficina de mi padre y entré.

—Siéntate.—ordenó y así hice, tomando lugar en el sofá que está delante de su escritorio.—Quiero hablarte sobre las vacaciones de navidad.

—Te escucho.—dije apoyándome sobre el respaldo.

—Vendrán más personas este año aunque nuestros invitados principales serán los Yaxley, vendrán junto a sus hijos como siempre.—explicó.—Pero también venderán viejos... amigos.—dijo tomando una pausa, me tensé al escuchar esos.—Pero ahí no termina, luego de la fiesta de navidad algunos se quedarán para una reunión y quiero que tu y el menor de los Yaxley estén ahí, interactúen o algo de eso así cuando eran niños. Será una reunión importante y quiero que te comportes, trata bien a los invitados, escucha con atención y sigue todas las órdenes que te daré ese día ¿entendido?

—Si, entendí.—asentí con mi cabeza también.

—Si cumples con tu parte, yo cumpliré con la mía y podrás ver a tus amigos luego de navidad.—me miró elevando su mentón.—Eso es todo, puedes irte.

Asentí sin chistar y me fui de ahí, volviendo al patio con mi libro en las manos. Intenté volver a leer pero no logré concentrarme por lo que mi padre acababa de decirme ¿interactuar con el menor de los Yaxley? Ese chico tiene menos carisma que las plantas de la clase de botánica ¿reunión con viejos amigos? ¿quedarme en esa reunion? ¿quienes eran esos viejos amigos y porqué debían quedarme? Jamás se me había permitido escuchar nada acerca de las reuniones. Realmente me frustró.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora