Estrellas (James Sirius Potter)

69. Verano: Valle de Godric.

Alhe:

¿Qué tal estás? Espero que bien, yo te extraño muchísimo.

Tengo que contarte muchas cosas y además, si estás libre mañana quisiera invitarte a mi casa y podrías quedarte a cenar, mi papá siempre cocina y lo hace muy bien.

Espero tu respuesta.

Con amor, James.

Sonreí al leer mi carta y la dejé sobre mi escritorio para ir en busca de mamá.

—¿Mamá?—pregunté caminando por la sala.—¿Estás aquí?—continué caminando hacia el patio al no verla en la casa.—Papá.—dije al verlo sentado bebiendo una taza de té en el jardín.

—¿Qué sucede, Al?—dejó su taza sobre la mesa y dirigió su mirada hacia mi.

—¿Dónde está mamá?—pregunté apoyándome en la silla libre.

—En casa de la tía Daphne ¿Para qué la necesitas?—preguntó curioso.

—Quiero pedirle permiso para algo, pero ya que estás aquí te lo pediré a ti.

—¿Que necesitas?

—James me invitó a su casa mañana por la tarde y también a cenar.—comenté.—¿Puedo ir?

—Claro que si, le avisaré a tu madre.

—Gracias papá.—sonreí caminando de nuevo hacia la casa.

—No hay de que, Al.—continuó bebiendo su té.

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Tuve que arreglarme luego del almuerzo, Scorpius también saldría de casa así que nos turnamos para usar la chimenea.

—Adiós mamá, volveré antes de la cena.—Scorp saludó a mamá mientras se metía dentro de la chimenea.

—Adiós cariño, cuídate y envíale a Michael mis saludos.—saludó mamá y lo último que escuché de parte de Scorp fue 'Zabini Manor, Inglaterra' antes de que desapareciera.

—Adiós mamá, trataré de no volver tan tarde.—la abracé antes de meterme a la chimenea.

—Adiós cariño, pórtate bien.—me saludó también y desaparecí por la chimenea.

Todo me dió vueltas por un rato, pero luego de unos segundos aparecí en la chimenea de los Potter.

—¡Alhe! ¡Llegaste!—sonreí al escuchar a James y salí de la chimenea.

—Hola James.

—Te extrañé.—reí al sentir sus brazos al rededor mi cuerpo y correspondí al abrazo.

—También yo.—sonreí separándome para sacudirme las cenizas.

—Déjame ayudarte.—James sacó su varita del bolsillo de su pantalón y me lanzó un hechizo para limpiarme.

—Gracias.—sonríe dejando un beso en su mejilla.

—Hola Alhena.—me volteé al escuchar una voz detrás de mi.

—¡Alhe, hola!

—Hola Albus, hola Lily.—sonreí al verlos.

—James ¿ya llegó Alhena?—escuché una voz a lo lejos.

—Si mamá.—respondió James y al cabo de unos segundos, sus padres aparecieron.

—Hola, bonita.—me sonrió amablemente su madre.

—Hola, Alhena.—saludó el señor Potter.

—Hola, gracias por dejarme venir.—ambos sonrieron.