13. Quinto año: Jazmin y sentimientos.

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Durante la semana después de la fiesta Alec y Alice estaban cada vez más cariñosos, se vieron a solas más seguido incluso si era por un corto período de tiempo como ir a la biblioteca o a la sala común, tenían más citas y a veces estudiaban juntos.

Cuando estaba en la biblioteca el jueves después de clases para devolver los libros que había sacado la semana anterior para hacer mi tarea de botánica, me detuve en seco al ver a Bonnie y Jazmín en uno de los estantes del final, Bonnie estaba con la espalda pegada a los libros y Jazmín estaba sobre ella, besándola. Me sorprendí un poco pero al notar que sobraba en la situación me di la vuelta y volví por mi camino. Si ambas estaban saliendo desde la fiesta espero que Jazmín deje de comportarse como una tonta y realmente cuide a Bonnie, ella es una persona increíble y merece ser tratada como tal.

Dejé los libros en su lugar y tomé mi mochila para volver a la sala común, en el camino me encontré con Louis quien se me acercó.

—Hola Alhena ¿haz visto a Bonnie?.— preguntó.

—Hola Louis, no, no la he visto.—mentí, tal vez el no sabía sobre Jazmín.—Tal vez esté en la sala común o en el gran comedor con James.

—O asaltando las cocinas, y hablando de James ¿lo has visto también? desapareció luego del almuerzo y no se donde se metió.— preguntó nuevamente y negué con mi cabeza.

—No, no lo he visto desde las clases de hoy.

—De acuerdo, gracias.

—De nada.—lo saludé moviendo mi mano y luego seguí mi camino hacia la sala común. Al entrar pude ver a Lorcan y Ruby jugando ajedrez mágico así que me acerqué a ellos.

—Deja de hacer trampa.—decía Ruby enojada.

—No es hacer trampa.—se defendió Lorcan mientras soltaba una risa al ver que uno de los peones de Ruby estaba derribado.

—Ya no jugaré contigo.

—Siempre dices eso.

—Esta vez lo digo en serio.

—No te creo.

Reí al verlos discutir, realmente no se porque accederíamos a jugar con Lorcan al ajedrez mágico, siempre nos quejamos de lo mismo y siempre nos gana.

Saludé a Bonnie con una sonrisa y sacudiendo mi mano al verla, ella hizo lo mismo y también saludó a Ruby y Lorcan. Venía junto a Jazmín y sonreí de lado por eso, a pesar de que no era muy agradable, Bonnie se veí feliz y con eso me basta. Ambas se sentaron en uno de los sofás frente a la chimenea, Ruby las miró por unos segundos y luego volvió a discutir con Lorcan acerca del juego, quien se quedó observando a la rubia elevando una de sus cejas, sin prestarle atención a lo que decía .

—¿Dónde está Alec?.—pregunté.

—Con Alice.—respondió Ruby mientras volvía a perder.—jódete Lorcan.

—Últimamente pasa mucho tiempo con Alice.—dije sonriendo.

—Mmbos se gustan mucho, no se porque la espera.—dijo Ruby acomodando las piezas del ajedrez con su varita.

—Alec no sabe como decírselo.—soltó Lorcan.—Y está algo asustado, es la primera chica que le gusta.

—James eso es casi imposible y lo sabes.—escuché la voz de Louis entrar a la sala común.

—Casi, tu lo dijiste.—respondió James.

—¿Y cómo lograste hacerlo? es algo realmente difícil.—dijo Louis mientras ambos caminaban hacia las habitaciones.

—Ya te dije como y de dónde lo saqué.—James rodó los ojos y ambos subieron.

—¿Qué estaban planeando esos dos ahora?.— Ruby preguntó dejando la caja del ajedrez mágico sobre los estantes.

—No llegué a leer sus cabezas.—dijo Lorcan soltando un suspiro.

Aproximadamente una hora después, Alec apareció por el cuadro, acercándose a nosotros con una sonrisa.

—Miren quien apareció.—dijo Ruby burlona.

—Sólo estábamos en la torre de astronomía.

—Que romántico.—me burlé.

—Quiero decirles algo.—dijo sentándose a mi lado.—Quiero pedirle que sea mi novia, oficialmente.

—Oh dios.—susurré con una sonrisa.

—Hazlo.—dijo Ruby apoyando ambos codos en la mesa.

—Pero ¿cómo? no puedo ir simplemente y gritárselo.

—Primero en principal, no hay necesidad de gritarle en la cara que quieres que sea su novia.—dijo Lorcan rodando sus ojos.—Debes planear lo que vas a decir, cómo, cuándo y dónde.

—Cierto, podrías practicarlo.

—Imagina que soy ella.—dijo Lorcan.—¿Qué me dirías?—Alec lo miró levantando sus cejas y luego accedió.

—Alice... eres, em... una chica maravillosa y muy bonita.—suelta un leve suspiro al ver a Lorcan hacer gestos raros tratando de imitar a Alice.—Y realmente me gustas, provoca que miles de duendecillos bailen en mi estomago, contigo me siento... especial.

—Ow Alec.—sonríe al escucharlo.—Eso sonó muy bien, aunque yo evitaría la parte de los duendecillos.

—¿Cuándo planeas hacerlo?.— preguntó Ruby.—Podría ser mañana, deja de perder el tiempo como un tonto.

—Mañana, si, mañana lo haré.—dijo decidido.—En el patio luego de las clases, la llevaré ahí, le diré todo eso y se lo preguntaré.

—Dijiste que ella amaba las mariposas, conjura un par sobre ustedes mientras se lo confiesas y le preguntas.—sugirió Ruby.

—Esa es una gran idea, me gusta.

—Debo decirles algo.—solté al recordar la carta de mi padre. No se lo había contado ni a Alec ni a Lorcan.—aunque Ruby ya lo sabe.

—¿Sucede algo?.— preguntó Alec preguntó.

—Mi padre me envió una carta hace unas semanas.—dije suspirando.—Me quiere en casa por un fin de semana a fines de noviembre, antes de las vacaciones de navidad con excusa de enviar a hacer una túnica nueva pero no le creo nada de eso. Dice que la fiesta de este año será muy importante y me quiere ahí sin excepciones pero que luego de eso podría juntarme con ustedes si así lo deseo, pero debo mostrar compromiso con asistir a la fiesta y que hablaría conmigo en las vacaciones sobre algo importante.

—Eso no suena nada bien.—murmuró Lorcan.

—Lo se.—dije.—pero quería que lo supieran.

Nos quedamos ayudando a planear a Alec cómo se le confesaría a Alice hasta la hora de la cena. Seguramente Alec no podría dormir de los nervios y eso sería algo muy gracioso de ver.

Cuando subimos a la habitación, Bonnie estaba ahí. La saludamos y las tres nos quedamos conversando y comiendo varitas de regaliz en la cama de Ruby hasta que se hizo tarde y nos fuimos a dormir.

Hoy ninguno de los cuatro pudo concentrarse en clases como debimos, estábamos nerviosos por lo de la tarde. Hablamos con Lysander en el desayuno y dijo que también estaría ahí para ayudar si es necesario.

Cuando el timbre de la última clase sonó avisando que las clases del día habían terminado puedo asegurar que Alec estuvo al borde de orinarse en los pantalones y apenas tocó su almuerzo.

—Debes comer algo.—Ruby lo regañó.

—No puedo, estoy al borde del colapso ¿Y si dice que no?

—No pienses así, estoy seguro de que dirás que si.—intenté tranquilizarlo.

—Ahora sólo queda esperar a que Lys me avise cuando ellos terminen de comer.—dijo Lorcan mientras tomaba una cucharada de sopa.

—Eso no me tranquiliza para nada.

Estuvimos un rato más hasta que Lorcan se incorporó en su asiento, volteando hacia su gemelo y luego hacia nosotros de nuevo.

—Listo, ve.—dijo una palmada en el hombro.

—Mierda.—dijo Alec levantándose del asiento.

—Llévala al árbol y nosotros iremos en un momento.—ordenó Ruby y Alec asintió. Lo seguimos con la mirada, se acercó a la mesa de Hufflepuff y se quedó hablando con Alice un rato, luego ambos se levantaron y se fueron hacia el patio.

Esa era nuestra señal, nos levantamos y Lysander se nos unió. Fuimos tras ellos a unos metros de distancia tratando de ser discretos dispersándolos en con el resto de los alumnos. Ambos se dirigieron hacia un árbol y se sentaron en el suelo. Nosotros fuimos por detrás y nos tiramos en la tierra tras unos arbustos que estaban detrás del árbol dónde ellos estaban.

—Ya va a empezar.—susurró Lysander.

—Quería decirte algo importante.—escuchamos a Alec hablar con nerviosismo y tuve que aguantarme la risa, recibiendo un codazo de Ruby.

—Dime, te escucho.—escuché a Alice hablar.

—Bueno, tu siempre me haz parecido una persona increíble y una chica maravillosa pero últimamente me ha sentido algo diferente.—comenzó.

—¿Diferente?.— preguntó Alice y nosotros cuatro nos miramos entre nosotros.

—Si pero en un buen sentido.—soltó un pequeño suspiro y continuó.—Últimamente he estado teniendo sentimientos hacia ti, sentimientos amorosos.—soltó.—Me gustas Alice, en serio me gustas y mucho. Se que no llevamos siendo amigos siempre y puede que esto te tome de sorpresa y que tal vez me rechaces pero realmente me siento especial contigo. Jamás he sentido algo así con nadie y a veces me confunde o no lo entiendo, pero de lo que estoy seguro es que quiero estar contigo, quiero abrazarte, estar contigo cuando te sientas triste, feliz, enojada, cuando quieras patear plantas o quieras bailar como una tonta en las fiestas. Quiero hacer eso y mucho más porque realmente me gustas.

—Oh por dios.—susurré ante lo que acabé de oír, jamás había estuchado a Alec decir tantas cosas coherentes en una sola oración.

—Alhena cállate.—me susurró Lorcan.

—Lo siento.—volví a susurrar.

—Alec, creo que lloraré.—dijo Alice soltando una pequeña risita.—Nadie nunca me había dicho cosas tan bonitas ni mucho menos me han hecho sentir de la manera en la que tu lo haces.

—¿Eso significa que...también te gusto?.

—Si.—asintió la rubia.—También me gustas y mucho, quiero estar ahí para ti y formar parte de tu día a día.

—Alice.—dijo Alec sujetando ambas manos de Alice con delicadeza.—¿Serías mi novia?.— preguntó y la sonrisa de la chica se agrandó.

—Si Alec, si quiero ser tu novia.—sin decir más, ambos se unieron en un beso. Ruby sacó su varita de su bolsillo y conjuró unas mariposas que volaban sobre las cabezas de ambos.

—Creo que lloraré.—dijo Lysander y lo miré mientras reía.

—Ya pueden salir chicos.—escuchamos a Alec y de inmediato los cuatro nos levantamos de la tierra y corrimos hacia ellos.

—No puedo creer que Alec haya dicho todo eso.—dije riendo.

—Y sin orinarse.

—Cállate Lorcan.

Alice soltó una risita y se acercó a besarlo de nuevo, los cuatro aplaudimos ante eso. Ambos se vieron tan felices que no me importó tener mi ropa llena de tierra.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora